Cuando llega la primavera, cambia el clima, los animales salen de su estado de hibernación y por decirlo poco, el mundo se transforma en otro. Todo se vuelve más colorido, más nítido, aunque conserva algo del frio invierno, poco a poco empieza a traer alegría y brillo a la vida de todos. Así estaba ahora Asura. Con el cambio de estación, parecía que todo había florecido. Las calles volvían a ser igual de ruidosas que el año pasado o aún más. Muchos mercaderes se habían ido en bancarrota, pero otros nuevos entusiastas ocupaban su lugar. Los niños del año pasado, ahora llevaban túnicas para alistarse en las escuelas del dios del agua y ahora otros niños, aún más pequeños que ellos, corrían por las calles. Todo estaba progresando, tanto por dentro como por fuera, para bien o para mal. Como por ejemplo, hoy en día el mercado de esclavos era una cosa normal. Por lo general eran vendidos los que cayeron en deudas que no podían pagar o los que cometían crímenes. Bueno, eso era solo en el mercado formal. En el informal podías encontrar de todo. Dentro de toda esta oferta y demanda. Kain se encontró con varias cosas desagradables. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, fue detenido por Reída y nunca más volvió a pasar por esos lugares. Cabe mencionar que el asunto no termino ahí. Los mercaderes de esclavos jamás se atrevieron a pasar cerca de la casa de Kain. La advertencia quedo hecha, pero nunca se concretó nada.
-Debes calmar ese temperamento- dijo Reída con una voz estricta mientras avanzaba por la calle y trataba de alcanzar a Kain
-Esas basuras estaban vendiendo una niña que ni siquiera había llegado a la pubertad- le respondió Kain en un tono mordaz -¿Qué esperabas que hiciera? ¿Qué creyera que una niña que ni siquiera entiende el valor del dinero, cayó en una deuda?-
-Así funciona el mundo-
-Así funciona porque es cómodo para otros-
-Sabes que las cosas no son tan fáciles. Mientras todos no sean amenazados de la misma forma, la gente encontrara esto normal-
-Lo que sea-
-No te enojes conmigo, yo no tengo la culpa-
-Nadie dijo que sea tu culpa Reída-
Después de eso, Kain y Reída caminaron en completo silencio. Esquivaron las calles que estaban atestadas de gente. Utilizaron los callejones, cruzaron el mercado y trataron de pasar por el sector comercial. Al principio de la calle se veía el letrero de su tienda, no era el negoció más visitado, pero tenía muchos clientes. Victoria había dejado poco a poco de ayudar con los que haceres de la casa y ahora era la vendedora estrella, por no decir que era la única. Lilia a veces la ayudaba, pero fue muy poco. Por lo general se preocupaba de llevar las cuentas y hacer el aseo. Kain, bueno, digamos que el ayudaba no desordenando. Por otro lado, él era el que creaba los más anillos, collares y aros. Estos últimos fueron furor últimamente, ya que su diseño era en base a una flor de diferentes colores. Muy en consonancia con la temporada. Victoria a pesar de lo cansada que estaba, se sentía orgullosa. Dijo que después de esta primavera podrían emprender un negocio de mayor escala. A lo mejor podrían transportar materiales desde Asura a Millis. Esa sería una de las mejores opciones. Con Kain como guarda espaldas, se podían ahorrarse ese dinero y no correrían peligro. Kain le dijo que no había problema, pero que por ahora lo planificara al largo plazo.
El último cliente salió de la tienda y Kain y Reída entraron. En el mostraron estaba Victoria desparramada sobre la mesón. Ella murmuraba algunas cosas. Como que Kain debía premiarla pronto, que debía hacer más negocios. También que tenía que conversar de algo con Lilia y otras tantas ideas que al parecer, estaban próximas a ocurrir. Reída al parecer escucho algo que no le gusto, miro a Kain con recelo y le dijo -pervertido orejas largas-. Se dio la vuelta y fue a ver a su hija al patio trasero. Kain sonrió, miró como se contoneaban esas caderas. Todo estaba apretadito, pensó. Como se esperaba de una artista marcial. A pesar de que Reída estaba en sus treinta y cinco, su cuerpo era más firme que el de una chica de veinte.
-Jejejeje- se rio Kain mientras se deleitaba con la vista y alguien le pregunto -¿te gusta lo que vez?-. Entonces salió de sus pensamientos y vio a Lilia a su lado. Ella tenía un rostro estoico, pero esos ojos lo acusaban de algo. Kain sonrió tratando de ignorar la pregunta y la abrazo, le planto un beso y alguien lo volvió a interrumpir.
Victoria hizo una disimulada tos y le dijo -si vas a repartir, deberías ser parejo. Yo también estoy esperando-
-Este era mi momento- reclamo Lilia
-Sí querida, pero no seas codiciosa, él no es solo tuyo- le respondió Victoria. Las dos se miraron como rivales, Lilia se aparto y agrego -tenemos un acuerdo, espero que lo respetes-
-No te preocupes, no me meteré en tu camino y tu no te meterás en el mío. Todo en paz para que podamos prosperar- Entonces las dos asintieron con seriedad.
-¿Vas a cerrar la tienda?- pregunto Kain
-Sí, ya vendí todo. Ahora tendremos que cerrar hasta que hagas mas joyas- respondió Victoria
-Eso es bueno ¿vamos a comer?-
-Dame un minuto- respondió Lilia -solo le faltaba un par de minutos-
-o-
Por la tarde, Kain estaba en el patio. Había colocado una mesa y sillas bajo el naranjo. Ahí estaba fumando mientras Reída lo acompañaba. Ella por otro lado bebía. Después de tomar un largo trago, se saboreó los labios y pensó que el vino que tenía este lujurioso orejas largas era demasiado bueno. Kain sonrió al ver esa lengua rosada pasar por los delicados labios de la Dios del agua. Le dio una profunda fumada a la pipa y le pregunto -¿Por qué no me enseñas tu estilo?-
-Eso salió de la nada- respondió Reída
-No es que me interese, pero tengo curiosidad-
-Cobro caro-
-¿Cuánto?- pregunto Kain con una mirada sugestiva.
Reída se enojó y lo regaño -puedes dejar de ser tan lujurioso, no quiero ese tipo de paga-
La risa de Kain reverbero por todo el patio y le respondió -¿Cómo puedes decir que no te interesa ese tipo de paga si todavía no has probado la mercadería?-
Reída aparto la mirada con las mejillas enrojecidas y le dijo en un tono bajo -pervertido-
-¡Ey!, soy un hombre virtuoso. Cuando tuvimos el duelo, en ningún momento me aproveche de ti, ni de tu familia-
-Eso es eso, y esto es esto. No los mezcles- ella lo miro a los ojos y continuo -quiero que hagas espadas para mi hija y mi yerno-
-Claro ¿Por qué no?-
-Tan fácil, pensé que te opondrías. Te escuche el otro día cuando te negaste a esa niña Victoria-
-¡Ah! Eso, bueno, lo que pasa es que ella quería vender mis bebés a un montón de basura noble. Mis espadas no son para los novatos. Pero Lara y Clark tienen alguna habilidad, así que no hay problema. Dime ¿Cuántas espadas quieres?-
-Una para mi hija y una para Clark-
-Bien ¿Con qué propiedades?, puedo crear con regeneración de estamina, regeneración de mana, de salud y también imbuidas en elementos-
-¿Estas fanfarroneando?-
Kain boto los residuos de la pipa, le coloco más tabaco y lo prendió, le dio una gran fumada y soltó el humo. Después le dijo -no, para nada, por el material estoy limitado a una habilidad, pero puedo hacer eso- Kain mostró una amplia sonrisa y agrego -ya te lo dije, soy un hombre virtuoso jejejeje-
-Fanfarrón. Bien, quiero una que regenere el estamina y la otra la mana. Ese niño Clark quiere empezar a aprender magia, dudo que llegue muy lejos, pero esa espada le ayudara-
-No hay problema, me demorare unos dos meses. El precio son cincuenta mil monedas de oro por espada-
Reída justo había tomado un trago de vino, el cual escupió al escucharlo y después tosió por un instante. Después miro a Kain mientras se pasaba la mano por la boca y le pregunto -¿te crees Yulián Jalisco?-
-No- respondió Kain mientras aspiraba la pipa y botaba el humo -por eso mis espadas solo valen cincuenta mil. Si tuviera un nombre reconocido, pediría cien mil-
-Muéstrame tus espadas-
Kain torno los ojos al cielo. Saco una de sus katanas y le dijo -que mujer más desconfiada-
Reída reviso las katanas. Se levanto, desenfundo y la blandió de izquierda a derecha. Las siguió examinando y comprobó que el peso del pomo y la hoja estaban en perfecto balance. Después miro las terminaciones y con una mirada aprensiva le dijo -bien, pagare esa suma y te enseñaré el estilo del dios del agua. Espero tu mejor trabajo-
-Claro- respondió Kain mientras se paraba. Camino hasta Reída que con su metro setenta era diez centímetros mas baja que él. Le tomo la mano y le quito la espada. Ella se sonrojo y Kain guardo la espada en el anillo. A ella no le gustaba este sentimiento. Ella era una viuda y seguidora de Millis. ¿Cómo podía andarse fijando en un muchacho mas joven?. También esta el hecho de que a tenido sueños húmedos estos últimos días.
Kain se volvió a sentar y de forma casual le pregunto -¿te vas a quedar ahí? Ven a sentarte. Dime ¿Cómo Reída, la gran diosa del estilo Dios del Agua, me va a enseñar?-
-Odioso- le contesto Reída mientras se sentaba con el ceño fruncido. Kain por otro lado la miraba tranquilo y podía decir que le gustaba esa cara de reproche, tenía su, no sé qué. Era un sentimiento confuso, pero tenía su encanto.
-o-
En los siguientes días, la tienda solo se abrió el lunes y el viernes. Victoria solo trabajaba esos días y el resto del tiempo andaba investigando el mercado. Salía acompañada de Lilia durante todo el día y en la noche volvían con los pies hechos bolsas. En ese momento Kain les daba un pequeño masaje. Utilizaba varias plantas y les dejaba en reposo por un tiempo. Después de darse un baño, ellas se sentían cansadas, así que solo hacían su camino a la cama y se dormían. Kain en esos días comía solo, pero como vio a las chicas esforzándose, nunca se quejó.
Después de eso, estaban los entrenamientos. Como Reída era una mujer experimentada, tenía buenas habilidades de enseñanza. Muy diferente del viejo elfo, que todo lo que le enseño a Kain, fue a través de métodos barbáricos. Reída por otro lado, era metódica, muy instruida, con una suave pronunciación y un rico léxico. Ella era, después de todo, la Dios del Agua. Así que sus clases eran magistrales. Los tiempos consistían en periodos de tres horas. Dos teóricos y filosóficos, y una práctica. Kain poco a poco fue adquiriendo la técnica. Se aplico así mismo un sello de restricción de fuerza y solo con técnica trato de desviar los golpes de Reída. Como esta era una clase a otro nivel, la mayor parte del tiempo la pasaba herido. Por otro lado, Reída estuvo molesta y orgullosa a la vez. Si tuviera que admitirlo, Kain sería su alumno más aventajado hasta este momento (incluso más que su hija y su yerno). Él fluía como la misma agua. Tenía muchas ideas y conceptos novedosos. Pero como nunca lo admitiría y menos delante de Kain, se lo guardo todo para sí misma.
Kain entre medio de todas estas cosas que estaban sucediendo en simultaneo, empezó a fabricar las espadas. Saco uno de los carbones que tomo del mundo oscuro, uno normal, y empezó a formar las espadas. Nunca ocupo titanita, ni menos titanita centellante. Digamos que todas las cosas de ese mundo se las guardo para sí mismo. Después de todo, había visto lo que le paso a un mundo por desarrollar sus técnicas y magias en base a la fuerza del alma. Él no deseaba que este mundo terminara igual. Así que ocupo el acero local. Lo estuvo procesando por una semana. Pasaba jornadas de tres a cuatro horas diarias y recién a mediados del primer mes pudo terminar la primera espada. La segunda quedó lista a finales del siguiente mes.
-o-
Hoy era otro lunes, así que las muchachas estaban levantadas desde temprano. Por otro lado, Kain se levantó con pereza y fue a la cocina vestido solo con un pantalón. Tenía el pelo suelto y desordenado. Una vez que bajo al primer piso y llego a la cocina y puso la tetera. Después se sentó en la mesa y escuchó como unos cinco metros más allá, en la tienda, Victoria atendía a una mujer de habla exagerado. Parecía que pronunciaba las palabras como si tuviera una papa en la boca. Por lo cual, Kain soltó una pequeña risita mientras se rascaba la cabeza. Después de que la tetera hirvió, saco una tasa y mientras se servía, se escucharon unos pasos. Kain no se molestó en mirar y siguió con su café, saco queso y pan y se volvió a sentar.
-Vístete hombre indecente- le reprocho Reida con una voz estricta
Kain suspiro, tomo un sorbo de café y la miro. Con los ojos algo cansados le dijo -es temprano Reída, ¿Quieres dejar de regañarme?-
-Entonces vístete apropiadamente, vas casi desnudo. Gracias a dios mi hija no te vio ¿no me digas que andas así cuando ella anda cerca?-
-No, por lo general, no-
-Bien- respondió Reída mientras caminaba y se servía café. Después se sentó frente a Kain y le pregunto -¿Cómo va mi encargo?-
-Bien. Ya las tengo listas, ahora viene la parte mas difícil. Tengo que empezar a colocarle los grabados-
-¿Cuánto te va a tomar eso? El próximo mes es el aniversario de mi hija y mi yerno-
-¿Cuántos años tienen de casado?-
-Cuatro-
-¿Se casaron apenas llegaron a la adultez?-
-Sí-
-¿Y todavía no tienen hijos?-
-No. Además no juzgues a los demás bajo tus preceptos, no dices eso siempre. Ellos no son como cierto pervertido orejas largas-
Kain dejo salir una sonora carcajada, se levantó, le dio un último sorbo a su tasa y le pregunto -¿vienes para la clase?-
-Por supuesto, ¿Qué pensabas?¿Qué te venía a ver?-
-Ok, ok mujer. No es para que te enojes, solo preguntaba. Voy a colocarme ropa y vuelvo-
Kain se fue y Reída lo quedo mirando. Tenía los músculos de la espalda bien definidos y un trasero tan firme que se lo quería morder. Reída se mordió los labios, pero una voz la saco de sus húmedas fantasías.
-Buenos dí-as, Señora Reída- dijo Lilia un poco sorprendida por los ojos lujuriosos que ponía esta mujer
Reída tosió, trato de disimular y respondió en un tono tranquilo -Buenos días, joven Lilia-
Lilia pensó en muchas cosas, sobre todo en comentarle la situación a Victoria, pero mantuvo su estoico rostro y le pregunto en un tono educado -¿le puedo ayudar en algo?-
-No niña, con este café es más que suficiente. Solo estoy esperando a ese tipo-
-Entonces me retirare. Que tenga un buen día-
-Tu también-
-o-
Al día siguiente, en medio de un patio estaban dos personas sentadas, frente a frente en posición de loto. Eran las diez de la mañana y aparte de ellos dos, no había nadie en la casa. Todo hubiera estado bien si fueran una pareja. Pero una de ellos era Reída, que trataba con todas sus fuerzas de mantener su estado de ánimo. De no flaquear y mostrar aperturas para que este pervertido orejas largas, que también era su discípulo, no se aproveche de ella. Reída era consciente de la situación, así que mantuvo la distancia. Por lo general en la parte teórica, los dos no estaban a más de medio metro de distancias. Hoy estaba a un metro y Reída dejaba descansar su espada sobre sus muslos como creando un muro divisorio. Kain por otro lado estaba atento. Hoy en día su maestra tenía un actitud alerta, como si el peligro se avecinara a la vuelta de la esquina. Así que pensó que tendría que pelear contra alguien.
-¿Entendiste?- le pregunto Reída
-Sí maestra- respondió Kain -consulta ¿con mi fuerza actual, ya puedo considerarme un santo?-
-Un pecador como tu, nunca-
-Me refiero al estilo del dios del agua-
Reída tartamudeó avergonzada y le dijo -explícate bien-
-Bien, lo que tu digas ¿puedo considerarme un santo?-
-Cerca de un rey de agua- dijo Reída en un tono suave
-Bien. Para seguir puliendo mi técnica ¿Qué debo hacer?-
-Para el rey, tienes que aprender a repeler la magia. Para el emperador empezar a aprender a cortar a distancia, generar cuerpos falsos con el elemento de agua, crear un dominio que te permita saber que hay a tu alrededor y dos técnicas más, que ni yo las he alcanzado a dominar-
-¿Me enseñaras?-
-No puedo- respondió Reída mientras bajaba la mirada. Después la levanto a duras penas y continuo -no eres un ciudadano de Asura, o por lo menos, no haz jurado lealtad a Asura. Este conocimiento solo se pasa a los que sirven como caballeros-
-Bien, bueno ¿Qué se le va a hacer?¿me seguirás entrenando?-
-Ya te he enseñado todo lo que puede aprender un santo. De aquí en adelante depende de ti-
Kain suspiro, se apoyo hacía atrás y miro al cielo. Después miro a Reída y le dijo -como ya termino, porque no bebemos algo. También tengo una carne bastante sabrosa-
-¿No es un poco temprano para beber?- pregunto Reida
-Si no quieres, puedo beberme el delicioso vino yo solo-
Reída trago saliva y con un poco de sed, lo apunto con el dedo en señal de advertencia y le dijo -solo un poco ¿entendido?-
Kain levanto las manos en señal de rendición y respondió -solo un poco-
-Bien- respondió Reída con una sonrisa amable
Kain por otro lado se levanto de un salto, le tendió la mano y espero a Reída. Ella se sonrojo, pero acepto el gesto y una vez que se paro, quedo mirando Kain. Solo estaba a unos centímetros. Trago saliva, lo miro desde los labios hasta los ojos. Sentía que sino se controlaba lo besaría, pero el ruido que hizo su espada al caer, la despertó de ese momento. Ella se agacho, recogió su espada y dio un paso atrás algo avergonzada. Kain suspiro, pero le dijo en un tono tranquilo -vamos a la cocina-. Reída asintió y lo siguió.
Cuando llegaron a la cocina, Kain saco la carne y empezó a buscar algunos sartenes. Reída por otro lado, tomo asiento mientras esperaba. Una vez que Kain encontró lo que buscaba, volvió con Reida y coloco dos copas en la mesa, saco un vino y le sirvió. Reída lo acepto sin decir ninguna palabra. Kain la vio algo cohibida, pero prefirió no forzar las cosas, así que se fue a freír la carne. Reída bebió su copa, pero le sabio a agua, ya que mientras bebía pensaba en otras cosas. Después de servirse su segunda copa camino hasta Kain y se ganó a su lado. Ambos se miraron, sonrieron como tontos. Kain movía la carne, la daba vuelta para sellarla y después le arrojaba condimentos. Reída por otro lado, tenía su copa en la mano y agitaba el contenido. Se termino de tomar todo el vino y miro a Kain. Este también la quedo mirando. De repente él se acercó y le robo un beso. Reída quedo impresionada, pero no dijo nada, solo se ruborizo. A su vez, como Kain no vio ninguna reacción, siguió preocupándose de la carne. Por otro lado, Reída lo seguía mirando y poco a poco, los besos empezaron a ser más frecuentes.
Una vez que terminaron de comer y beber. Reída se sentó sobre las piernas de Kain, se besaron y se acariciaron. Reída pasaba sus manos por los pectorales de Kain y este último, la tomaba de las cinturas y de vez en cuando, la afirmaba del trasero. Los besos alcanzaron otro nivel y cuando Reída tenía su ropa toda desordenada, dijo -vamos a tu habitación-. Kain no le respondió, la cargo en sus brazos, subió las escaleras y cuando llego a su habitación, cerró la puerta.
-o-
Ya cuando eran las tres de la tarde, los dos se despertaron. Reída estaba abrazada a Kain, miraba por la ventana con algunas ideas en su cabeza y murmuro -esto no debería haber pasado-
Kain soltó una risita, la abrazo y le planto un beso. El rozo su nariz con la de ella y le dijo -¿Qué importa? Ahora eres mía-
Reída negó con su cabeza -solo…solo, amigos. Mas que eso no podemos ser-
-¿Por qué?-
-Idiota, soy la Dios del Agua. Tengo a mi hija y a todo el reino murmurando a mis espaldas por solo venir a tu casa. ¿Qué esperas que haga? Decirle "tu madre, tuvo un amorío con alguien de tu edad"-
-¿Y eso que importa?-
Reída le pellizco las costillas y le dijo en un tono enfadado -a mi me importa. No…seas malo, solo amigos esta bien. Con ser solo amigos podemos seguir llevando nuestras vidas-
Kain agacho la cabeza, se recostó mirando al techo mientras colocaba sus manos detrás de su nuca y le dijo -ok, como tu digas, solo amigos-
Reída le movió la cara y le dijo -no pongas ese rostro. La vida es mas complicada de lo que piensas. Con esto esta bien. Si me amas, abre ganado un poco, sino, bueno, todavía no me arrepiento-
Kain la beso, se subió sobre ella y la siguió besando apasionadamente. Después de eso le dijo -te amare, te encuentro interesante-
-¿Solo porque soy la dios del agua?-
-Porque eres fuerte, porque este cuerpo lujurioso es firme y me aprieta como sino me fuera a soltar nunca-
-Pervertido- dijo Reída mientras se ruborizaba
Kain soltó una risita y le dijo -yo solo hablaba que me abrazabas muy fuerte ¿en que estabas pensando?-
-Odioso- dijo Reída y lo mordió en el hombro. Kain se rio, le dio un beso y sin previo aviso, se introdujo en ella. Estaba húmedo, caliente y pegajoso. Él cerro los ojos mientras sentía la cálida sensación y ella gimió por la súbita embestida. Después Kain abrió los ojos, la miro con ojos embriagados y le comenzó a acariciar el clítoris. Ella gimió aun mas fuerte y curvo su espalda mientras sentía que en este momento se derretía.
-o-
Ya de noche, Kain y Reída se levantaron. Se dieron un baño, hicieron el amor en la tina y después se vistieron. Reída parecía haber rejuvenecido. Ambos estaban contentos, pero nunca lo demostraron en público. Kain la acompaño hasta la mansión del Diosa del Agua y ahí se separaron. Se miraron a los ojos y solo se despidieron con un ademan de la mano.
Kain caminaba de vuelta mientras miraba el cielo nocturno. Era una cosa bastante encantadora. No miro las calles, porque ahora que todo estaba mas animado, estaban llenas de gente. De borrachos en su gran mayoría y algunas prostitutas. Era la vida bohemia y mientras tuvieras suficiente dinero habían todo tipo de placeres esperándote. Muchas prostitutas se acercaron a Kain, le pasaban sus manos por la espalda, el pecho o hasta los genitales. Pero Kain con una sonrisa se excusaba. Después siguió caminando. Lo intentaron asaltar en el camino, pero bueno, no hay necesidad de decir cual fue el resultado.
Siguió haciendo su camino hasta la tienda y ahí encontró a Lilia y Victoria que venían cansadas. Tenían un rostro terrible de tanto caminar. Así que Kain las tomo en brazos y las llevo a la casa. Una vez adentro aplico el mismo procedimiento de siempre. Un poco de hierbas medicinales con agua caliente para que se recuperan poco a poco. Ambas muchachas tenían ampollas en los pies.
Sin embargo Victoria dijo algo que cambio todo el ambiente -ya tengo mi producto estrella para Millis-
Kain la quedo mirando mientras le daba un masaje en los pies. Le aplico una crema que la hizo gritar y le pregunto -¿Cuál es?-
-Polvo de corazón de Drake. Supuestamente ahora el mercado está "saturado" porque hace unos años, un tipo vendió muchos kilos a un precio ridículo. Ahora hay suficiente y el precio a disminuido. Esto en Millis sería un buen negocio. Así que voy a gastar todo el dinero en polvo de drake ¿Qué opinas?-
Kain se congelo con el pie de Victoria en su mano. Después de un rato soltó una carcajada y le dijo -¿polvo como este?- mientras estiraba su dedo y sacaba dos grandes bolsas desde su anillo.
Victoria abrió los ojos como plato, camino sin recordar que le dolían los pies y comenzó a revisar el contenido. No lo podía creer, todo lo que iba a comprar estaba aquí, incluso más. Esto era caro, por lo menos un millón de monedas de oro Asura. Ella quedo mirando a Kain y lo zamarreo de la camisa -maldito hijo de puta, ¿te estas burlando de mí?¿Te estas burlando de mí?-
Kain la detuvo antes de que lo estrangulara y le dijo -no, no me burlo. Hace unos años, cuando tu hermano y yo recién nos conocimos, cace muchos drake. Como no conocía a tu hermano muy bien, le entregue una parte para probar el terreno. Después se me olvido y lo conserve todo este tiempo en mi anillo-
Victoria se dejo caer en los brazos de Kain como si fuera un títere al que le cortaron las cuerdas. Ella lo miro a la cara y le pregunto -tengo otros productos, ¿invertimos en ellos?-
Kain le acaricio la espalda, le beso los rosados labios y le dijo -podría ser. Dime ¿En cuánto dinero podemos convertir estos kilos de polvo de drake?-
-Un millon de oros de Asura. En Millis serían unos dos millones de "notas reales". Es mucho dinero-
-¿Con eso no es suficiente?-
-Sí quieres convertirte en alguien influyente, no-
Kain suspiro y le dijo -entonces, llevemos este polvo de drake y compra otros artículos para no saturar el mercado. Todo lo podemos llevar en mi anillo, así no gastamos en transporte ni en bodegas-
-Eso es bueno- dijo Victoria y le dio un beso apasionado. Alguien tosió en un tono bastante molesto y dijo -Kain, yo todavía tengo mis pies heridos, ¿te acuerdas que existo?-
-Por supuesto, mi hermosa Lilia- entonces Kain dejo a Victoria en una silla y fue a ver a Lilia. Esta última algo molesta dijo -tiene su encanto esto. Por favor se mas delicado con mis pies-. Kain la quedo mirando, pero no se quejo. Pudo ver la molestia en sus ojos, ella no lo dijo, pero él lo sentía, como si ella lo acusara de no prestarle suficiente atención o haberla olvidado.
Después de llevar a las dos a la habitación que compartían y las acostó. Kain camino hacia la puerta y justo en el dintel, les dijo -Cómo está finalizando la primavera, quiero ir a ver a mi hermano ¿me acompañan?-
-Claro- respondió Lilia de inmediato, pero Victoria se excuso -Lo siento Kain. No puedo ir contigo, mi madre quiere verme-
-Bueno- contesto Kain -será para otra vez-. Después de eso, Kain apago las velas y cerro la puerta mientras les decía -buenas noches-
Una vez que él se fue, Lilia miro a Victoria y le dijo -gracias-
-De nada socia. Espero que llegues al siguiente nivel y me ayudes-
-Por supuesto- dijo Lilia mientras se ruborizaba
-o-
Al día siguiente vino Reída como todas las mañana. Estaba un poco extraña, algo avergonzada, pero trataba de comportarse normal. Lilia y Victoria la notaron, pero no hicieron ningún comentario. Kain por otro lado nalgueo a Reída y esta se enojó. Lo regaño por sus malos modales y de alguna forma, volvió a ser ella misma. Después de eso compartieron el desayuno. Kain le comunico a Reída que iría a la región de Fittoa.
-¿Es un viaje de muchos días?- pregunto Reída
-No para nada- respondió Kain -mi hermano vive allá. Nos parecemos, solo que él es rubio-
-¿Y es igual que tú?- pregunto Reída en un tono sarcástico
-No, para nada. Cuando éramos niños le quise enseñar todas mis técnicas, pero él era tranquilo como los elfos del Gran Bosque, según lo que me dijo mamá. Él, bueno, no le gusta la violencia, así que a los sumo tendrá la fuerza de un guerrero de nivel intermedio-
-Te puedo dar una carta de recomendación. A lo mejor el señor de esas tierras le puede dar un trabajo-
-Gracias, pero no. Todavía tengo que ver si me va a aceptar el dinero que le pienso dar. Mi hermano es alguien humilde. Cuando le ofreces mucho, se siente agobiado, así que le gusta la vida simple-
-Bueno. Ahora espero que no andes por ahí cortando nobles-
-Na, los nobles de esa región son buenas personas. No puedo decir si son decentes, pero por lo menos no andan con cosas extrañas como los del territorio Donati. Por lo menos, los dos años que viví en Fittoa, nunca tuve problemas y nunca escuche de cosas raras. Bueno, más allá de que los nobles de esa región eran amantes de la raza bestia-
-También he escuchado eso-
-o-
Después de una semana de viaje. Kain y Lilia llegaron a la ciudad amurallada de Roa. Se supone que era la capital de la región y lo demostraba con sus grandes mercados y extensos campos de trigo. Parecía un mar dorado que susurraba el nombre del viento por las tardes. Kain iba con Lilia en un mismo caballo. Se detuvieron durante media hora. Contemplaron los bastos prados, compartieron un largo beso mientras se abrazaban y siguieron su viaje. Al llegar a la fortaleza, se encontraron con una población diversa. Los elfos, enanos y sobre todo los hombres bestia eran abundantes. Después de cruzar la avenida principal y surcar un amplio trayecto hasta el primer hotel. Kain y Lilia compartieron una habitación. Kain no recuerda haber tenido una noche más incómoda. Ya que Lilia insistió en dormir en su cama, pero a la hora de la verdad temblaba como un pollito. En ese momento, Kain solo pudo suspirar, la abrazo y le dijo que no tenía de que preocuparse. Él no le haría nada si ella no estaba preparada. Al final Lilia se durmió, mientras dejaba a Kain sentir sus siempre generosos senos. Kain trago saliva en ese momento, pero armándose de determinación, trato de dormir.
Al otro día los dos se despertaron. Lilia trato de mantener su compostura, pero sus mejillas rojas la delataban. Mantuvo ese nerviosismo durante toda la mañana. Incluso cuando les tocaba irse. Fue toda una odisea que se subiera al caballo. Pero después de eso, el resto del viaje fue tranquilo. Mientras viajaban a caballo, Kain le dijo que no se preocupara porque todavía no daban ese paso. Al final, todo llegaría en su justo momento. Así que después de compartir un apasionado beso, siguieron su camino.
En la aldea donde Rawls vivía, la gente confundió a Kain. Claro que algunos anciano lo recordaban de aquella época. Algunas ancianas lo trataron con cariño, pero cuando descubrieron que él no era Rawls, se disculparon. Para Kain fue incomodo, pero le ayudo a saber que su hermano estaba disponible.
Como a la una de la tarde, Kain llego a una casita de madera. Era de un color verde, con plantas en la entrada y una larga banca al lado de la puerta. Por otro lado, la puerta y las ventanas estaban abiertas. Un muchacho estaba sentado en la banca y lo acompañaba una muchacha. Esta última, por su tipo de pelo y sus uñas, podías decir que tenía parte de sangre de hombres bestia. Sonreía despreocupada mientras abrazaba el brazo de Rawls. Pero de repente olió algo, movió su nariz mientras olfateaba un aroma extraño. Después miro hacia la entrada y se sintió algo confundida, después miro a Rawls con incredulidad y después volvió a mirar a la entrada. Rawls la vio y miro en la misma dirección que ella. Se paro como si nada más importara mientras ponía una amplia sonrisa. Por su parte, Kain se bajó del caballo, ayudo a Lilia a bajar y fue corriendo hasta Rawls. Le dio un gran abrazo de oso y entre lágrimas, compartieron un afectuoso abrazo.
-Estas bien- le decía Kain de forma repetitiva. Por otro lado, la voz de Rawls se quebró, solo podía abrazar a su hermano. No le salían las palabras de la boca. Lloro como cuando era niño. Habían pasado muchos años y no sabía cómo estaría su hermano. Se pregunto si fue bueno quedarse, si estuvo bien dejar a su hermano solo. Hubo noches en que se odio a sí mismo.
Después de compartir un largo abrazo, Kain soltó a Rawls, lo miro de pies a cabeza y sonrió -estas más grande que cuando me fui- dijo -parece que la vida te ha tratado bien- enfatizo Kain mientras miraba a la mujer con rasgos ferales.
Rawls miro en la misma dirección de Kain, sonrió algo avergonzado y miro a Lilia -a ti tampoco te ha ido mal Jajajajaja. Por otro lado, me dices que crecí pero tu estas gigante ¿Cuánto estas midiendo?-
-Como uno noventa-
-Ven- dijo Rawls -pasa, pasa. Cuñada, tu también-. Lilia camino algo avergonzada, sus mejillas estaban rojas, pero camino con dignidad al lado de Kain. Cuando entraron, Kain se presento con la niña con rasgos ferales y le dijo -mucho gusto, soy el hermano de Rawls, Kain-
-No tienes que decirlo- respondió la mujer con una sonrisa amable -sus rostros son iguales, como dos gotas de agua. Bueno, casi-. Rawls y Kain se quedaron mirando, pero después estallaron en risas. Después de eso entraron y se presentaron. La muchacha con rasgos ferales, se llamaba Celia. Llevaba casada cuatro meses con Rawls y era nativa de Buena Villa. Después fue el turno de Lilia y aunque aún no lo era, se presentó como la esposa de Kain. Este último no lo desmintió, porque también quería que fuera así. Esta niña resulto ser encantadora y trabajadora. No era fuerte, y lo más probable es que nunca llegara a ser nada más allá de un santo de agua. Sin embargo, era alguien en que se podía confiar y eso por sí solo, valía más que cualquier cosa.
Kain conto todo lo que había hecho, a donde había ido, en que lugares había estado y cuan fuerte era. Lo dijo con mucho orgullo y Rawls, a pesar de que no era él mismo, se sentía tan orgulloso como si lo hubiera hecho él mismo. Después fue el turno de Rawls y aunque más humilde y más tímido, dijo que había alcanzado el nivel de fuerza intermedio. Por otro lado, durante todos estos años siguió trabajando como guardabosques de la región y ahora vivía una vida satisfactoria con Celia. Después de eso, Kain le pregunto a Rawls si sabía algo de su madre. Pero este negó algo preocupado.
Kain le palmeo los hombros y le dijo -tranquilo, esa mujer nos crio a los dos. Es dura de roer como ella sola y no hay nada de qué preocuparse. Mas deberíamos preocuparnos por los pobres hombres que caigan en sus manos- y los dos hermanos se largaron a reír.
Después de comer una gran comida, Kain se llevó a Rawls a dar una vuelta. Converso de varias cosas con él. Le conto como estaban las cosas en la capital y adonde se disponía a ir. Así que lo invito, pero Rawls se negó -lo siento hermano, pero no puedo. Voy a construir una familia aquí-
-No pasa nada- le contesto Kain mientras lo abrazaba por el cuello y le desordenaba el cabello -solo te estoy invitando. Dime ¿Cómo andas de dinero?-
-Bien, por ahora bien-
-Toma- dijo Kain mientras sacaba un gran bolsa con dinero. Por lo menos eran diez mil monedas de oro Asura -para ti, tu hermano tiene suficiente-
Rawls miro el contenido y le pregunto -no andas en nada ilegal ¿cierto?-
-¡Oye! ¿necesitas que tu hermano te enseñe una lección? Por supuesto que no. Mate unos drake y procese sus corazones. ¿no te acuerdas que cuando éramos niños, Ma nos dijo que esa cosa era bien pagada?-
-Algo, pero espero que no andes en malos pasos-
-¿Que dijiste orejas cortas?- pregunto Kain mientras le tiraba las orejas
-Ah, ah, ah, déjame hermanito, te juro que no lo volveré a decir jamás- rogo Rawls entre lagrimas
-Mas te vale-
-Pero hermano, solo tomare cinco monedas-
-Tómalo todo- dijo Kain con el ceño fruncido
Sin embargo Rawls no lo acepto y le respondió -a lo mejor en Ars esto no es mucho, pero acá en buena Villa es suficiente para considerarte rico. Con estas cinco monedas puedo pasar cinco años sin trabajar-
-¿y que importa? No te lo pediré devuelta. Es tuyo, lo gano tu hermano trabajando duro ¿Por qué no lo quieres?-
-Porque podría traerme problemas, ya te dije, esto es mucho dinero-
-Ok- dijo Kain algo desganado -saca las monedas y si necesitas ayuda, anda al dojo del dios del agua y pregunta por Reída. Ella es la actual dios del agua. Si das mi nombre ella te ayudara, bueno, con tu cara es mas que suficiente-
-Bueno- dijo Rawls con una feliz sonrisa
-Vamos o tu mujer va a pensar que te rapte-
Ya tarde en la noche, Kain se despidió de Rawls y Celia. Aunque eran parecidos como dos gotas de agua, eran tan diferentes como la sol y la luna. Uno se quedo para vivir feliz en una pequeña aldea y el otro se fue a recorrer el mundo.
-O-
Bien tarde en la noche, Kain y Lilia se detuvieron a mitad de camino. Hicieron una hoguera y se acurrucaron a un lado del otro. Estaban acostados sobre una manta y se cubrían con otra mientras miraban el fuego. Kain tenía un rostro triste y Lilia lo miraba. Ella le acariciaba el rostro, pero Kain apenas respondía.
Lilia le dio un beso en los labios y le pregunto -¿Por qué estas tan triste?-
-No es nada serio, solo me pregunto- respondió Kain -¿soy malo para mi hermano?. Le ofrecí todo lo que era mío, no le pedí nada a cambio, pero él siempre se niega. Cuando éramos niños quise compartir mis técnicas con él y todo mi conocimiento. Ahora le ofrecí dinero, le ofrecí llevarlo conmigo a Millis, pero prefirió quedarse en ese pueblo-
-No todas las personas son iguales- respondió Lilia en un tono suave -hay gente que se conforma con lo que tiene y es feliz así. Déjalo ser, yo lo vi y puedo decir que él te quiere mucho. Te mira con respeto, pero también te puedo decir que él no podría vivir el mismo estilo de vida que tu-
-Puede ser- dijo Kain aún más cabizbajo. Le dio un beso a Lilia y se quedó mirando al cielo. Lilia se acomodó sobre su pecho y mientras veían el cielo estrellado, se quedaron dormidos.
A Rawls lo pense a sí, ya que la misma Sylphiette es timida (a lo mejor por la discriminación que recibió cuando niña) pero también esta el hecho de que los elfos estan relegados a una esquina del mundo, junto a los adorodia y deudorodia. Muy diferentes de los humanos que estan por todo el mundo, ellos solo viven en el gran bosque. Por otro lado, estan los casos como los de Elinanlise, que por motivos del destino, tuvo que dejar el gran bosque.
Dentro de la propia novela tenemos muy poco casos con los que contrastar personalidad. Al final, cualquiera que conociera a Elinalise o a Sylphiette, pensaría que todos los elfos son así.