- Quinto año de establecimiento del sabio Imperio de Lemuria, capital de Hyperion, mes de noviembre
-Buenas noches Kain -dijo Rose mientras cerraba la puerta de la habitación-.
Al final de un día agotador; después de realizar todos sus ejercicios, tener su combate con Iván, estudiar modales, leer y escribir. Kain es preparado para dormir en la noche. María esta muy vieja para poder preocuparse por cada aspecto de la vida de Kain. Así que la vieja nodriza les encarga a las niñas está tarea mientras ella se va a dormir; incluso antes que el mismo Kain. A Rose le encanta esta hora, le encanta oler el cabello de Kain y peinarlo. Kain ve sus acciones y con sentimientos encontrados, le deja hacer lo que ella quiere. No es malo, pero lo hace sentir como una mascota.
Una vez que Rose se fue de la habitación, dejo las velas apagadas de manera que todo está muy oscuro y apenas se puede ver. Kain yace en la cama, bien arropado. Mantiene sus ojos cerrados mientras escucha los pasos de Rose. Cuando ya no se pueden oír, Kain se destapa, abandona su cama y se quita el piyama. Busca en un pequeño espacio detrás de su cabecera y saca ropa oscura, especialmente preparada para esta noche. Como su padre está muy "ocupado", tomara cartas en el asunto. ¡No quiere morir tan joven!, ni siquiera ha podido reparar su alma, mucho menos explorar el mundo, ¿Cómo podría permitirse a sí mismo sufrir?.
Kain se coloca ropa y una manta de color negro. Después de vestirse, se mueve con sigilo y camina en dirección a la ventana. Como es pequeño, tiene que subirse a un mueble y poco a poco ir abriendo la ventana. Cuando la logra abrir, se baja del mueble y en silencio abre la ventana sin correr la cortina. Sale a la terraza que esta en el tercer piso y mira hacia el jardín que existe solo para uso personal de su padre. Ahí está él junto a Magdalena conversando y riendo, no se puede oír mucho, pero parecen felices -El amor no te salvara padre- murmura Kain -más aun, si te enamoras y lo pierdes todo, la única que va a sufrir es tu enamorada- después de este instante de contemplación, Kain sonríe al ver la cara de ambos enamorados.
Caminando por el borde de la balcón se lanza corriendo hasta el siguiente balcón. De esta manera, repite el mismo ejercicio tres veces hasta llegar a una esquina del castillo que queda cerca de un árbol. Salta y se agarra de una rama que esta humedecida por las bajas temperaturas de la temporada. Cuando logra calmar el balanceo empieza acomodar el resto de su cuerpo y poco a poco empieza a descender del árbol. Con su dominio del elemento, invoca una oscura niebla y se envuelve en ella. Cuando ya no se pueden ver más que sus ojos empieza a correr por el bosque. Avanza hasta salir de los dominios del castillo y busca un edificio lo suficientemente alto para treparlo. De esa manera, se puede desplazar por donde nadie lo pueda ver.
Kain en una carrera acelerada alerto a unos caballos. Ellos al escuchar el siseo de las ramas y los arbustos. Se ponen nerviosos y comienzan a relinchar. Por otro lado, los soldados entienden la preocupación de los animales y van de inmediato a revisar. No obstante, todo lo que pueden ver en el camino son árboles y casas en una completa oscuridad.
Kain se había resguardado detrás de una chimenea. Mientras espera que los soldados se vayan, el murmuro -malditos animales del demonio, los enviare a trabajar para los granjeros-.
Como los guardias volvieron a sus puestos y los animales se callaron. Kain trata de avanzar por las techumbres hasta llegar a una gran mansión en medio de la ciudad de Hyperion. Sin contar que era enorme, estaba llena de guardias con buena capacidad de lucha. Si no fuera porque estos guerreros son psicópatas y asesinos podrían trabajar en el castillo, pero Iván nunca lo permitiría. No hay nada más peligroso que trabajar con alguien perturbado. Genera incertidumbre y duda, sin contar que podrían apuñalarte en cualquier momento.
Kain corrió hasta alcanzar una punta del muro. Una teja cayo y los perros lo escucharon. Empezaron a ladrar y eso alerto a los guardias. No obstante, ellos hicieron el movimiento incorrecto. Salieron y revisaron las paredes exteriores de la mansión. De esta manera, Kain tuvo el tiempo suficiente para colarse. Él corrió por el borde del muro hasta alcanzar un gran árbol. Salto y moviéndose como el viento, avanzo de rama en rama con la presteza de un mono. Cerca del árbol había una caseta. Salto a su techo y ahí espero para ver si habían patrullas.
Una vez seguro de que habían solo tres patrullas rondando. Además de que entre vuelta y vuelta, le daban tiempo suficiente para descender al suelo y subir al balcón. Se dio impulso para correr y salto del techo, cayó en el suelo y ocupo la misma fuerza de la caída para rodar y esprintar en dirección a la ventana. Volvió a saltar y con la ayuda de las protecciones, subió hasta el segundo piso. Una vez en el balcón se agacho y pasó desapercibido de la vista y las luces. A lo que Kain susurro con ironía -tener un cuerpo pequeño tiene sus ventajas-.
Subió al tejado de la casa y se encontró con una pequeña ventana que funcionaba como tragaluz. Reviso la ventana y se dio cuenta de que tenía una pequeña cerradura. Si la forzaba alertaría a los dueños de la casa. Buscando por los otros lados de la casa, miro para ver si su suerte le traía alguna sorpresa. En medio de eso se encontró a una pareja. Uno era hombre joven, no tenía mas de veinte años. La otra, era una mujer de risos voluminosos. Como si tuviera la cabeza llena de resortes. Ambos tomaban vino y compartían una amena velada. Después de unos minutos, el amante saco un hermoso colar de joyas preciosas. La mujer frívola, quedo encantada. Ella hablaba con una voz alta y adulaba a su amante.
-Gracias Sir Edgar- dijo la mujer -este es el más fino y hermoso regalo que me hayan hecho en mi vida. Sé que nos casaremos pronto cuando haya caído él rey mendigo, pero de todos modos gracias-.
-No digas eso María. A pesar de que ese tipo no se a pulido tanto como debería, fue capaz de unir a muchos grupos de nobles y mercenarios para que trabajaran para él- dijo el joven con total admiración, a pesar de que el día de mañana mataría al rey, esto no le quitaba sus méritos, por supuesto para un simple mercenario.
María bufo con desdén y dijo -le das mucha importancia a un rico muerto del hambre que no tiene ningún poder real- Ella desaprobaba al rey. No le gustaban los pobres y mucho menos los nuevos ricos que se daban aires de grandeza. Ellos no sabían reconocer a sus superiores, que por supuesto, eran los nobles de larga trayectoria.
-Los logros no se pueden desestimar María, además ¿de qué te preocupas?, después de ayudar al duque Thenardier con su trabajo nos entregara el país en bandeja de plata. Le cortaremos la cabeza al rey mercenario y mataremos a su gordo amigo. Pero quiero quedarme con esa niña nueva, ¿Cómo se llamaba?, a sí, Magdalena, quiero darle mucho uso si es posible y si me lo permites, la haré mi concubina-.
-¡Ni hablar Edgar!, no quiero que mi marido huela a muerta de hambre. Si la haces tú concubina no esperes mi apoyo, ni el de mi familia-.
Edgar con un poco de pena al perder a tan graciosa y esplendorosa mujer, dijo -solo decía, no tienes que tomarlo tan enserio-.
Kain que escucho todo lo que dijeron, salto desde el techo y cayó sobre la cabeza de los dos amantes dejándolos inconscientes. Los amarro y los dejo escondidos debajo de la cama para que no pudieran llamar a nadie. Cuando miro por el picaporte de la puerta vio que todo el pasillo estaba oscuro, salió en silencio de la habitación y reviso todas las habitaciones hasta encontrar lo que parece ser una oficina.
La oficina no tenía libros ni documentos, solo un candelabro apegado a la pared y una mesa. Algo terriblemente extraños para un noble. La familia Woodhood era uno de los grandes nobles del país. Tanto por su trayectoria como por su respaldo y riquezas. ¡Es imposible que no tengan libros!, la base del conocimiento y el poder de todo noble. Kain se movió en silencio y descubrió que a menos que forzara los cajones del mueble, no podría acceder al contenido.
Cuando reviso todo el perímetro en busca de alguna trampilla, miro el candelabro y se acercó con una silla para jalar de él. ¡BINGO!. En el instante en que tiro del candelabro sonó el seguro del mueble y también se abrió una pequeña bóveda. Kain fue al mueble y solo habían un par de objetos de oro y algunas cartas de amor.
Después se dirigió a la bodega y pillo varios cofres con oro, era demasiado como para tenerlo aquí ocioso. Se preguntó ¿Cómo lo obtuvieron?, pero no importaba, lo que importaba era obtener pruebas contra los nobles. Busco durante un rato sin obtener nada satisfactorio. A lo mejor alguna carta ambigua, pero nada en concreto. Cuando había perdido toda esperanza alzo su cabeza a lo más alto y quiso golpearse a sí mismo por ser tan pequeño. No había podido ver una caja en la parte superior de la estantería. Ahí Kain maldijo su estatura como si maldijera a su peor enemigo.
Bajo la caja y reviso el contenido. Habían contratos y muchas cartas. Rápidamente identifico a las otras dos familias que conspiraban con Thenardier para robar las minas de oro que existían en las tierras "sin uso".
-Lo que sea- murmuro Kain -si mi padre no hace nada, yo mismo cortare sus cabezas-.
Kain cerro todo muy bien y después de eso camino por donde había entrado. Reviso a los tortolitos una vez más y los encontró durmiendo. Dejo unos pocos rastros de oro por el camino para fingir que solo había robado eso y salió de la mansión.
-o-
Kain entro por la ventana de su alcoba y sintió tres presencias.
???: ¿Dónde andaba, señor ladrón?
???: puedo amarrarlo primero y después lo interrogamos.
???: Kain debe tener sus razones, conversemos primero y después lo castigamos.
Kain salió de las cortinas y lo único que se podían ver eran sus ojos y un cuerpo cubierto de oscuridad -¿Qué hacen despiertas a estas horas?- quien habla primero es el inocente o al menos así pensó Kain.
-Lo mismo quisiera saber yo- Ann en una postura de mando con sus manos en las caderas lo interrogo.
-Veo que ya no te asustas como al principio-.
-¿Que te puedo decir?, te he visto hacer cosas muy sorprendentes- Ann mantuvo su postura y espero respuestas -Ahora dime, ¿Por qué saliste?-.
-¿Solo un paseo nocturno?-.
Ann frunció el ceño y cruzo sus brazos -habla o le diré al rey que saliste-.
Kain no vio otra escapatoria, más aun siendo acorralado por las tres -salí a juntar un poco de información de nuestros traidores amigos-.
Ann se asusto y se acerco para inspeccionar todo el cuerpo de Kain. Después de desvestirlo y mirar por todos lados que no tuviera heridas o golpes, suspiro de alivio y dijo -niñas vayan a su cama, sé que Rose pidió permiso para quedarse hasta mañana, ve y duerme con Lucy, niña astuta-.
Rose bufo y actuó como si no tuviera nada que ver con ella -no es mi culpa que no utilices estas preciosas oportunidades-.
-Dijimos que sería un combate de caballeros- Lucy estaba un poco decepcionada, tenía que mantener sus ojos en la competencia desde ahora.
-Tú no eres un caballero, ni siquiera manejas una espada-.
-Entonces tú no eres un caballero por no cumplir tu palabra-.
-¿Quieres pelear?-.
-Cuando quieras mujer gorila-.
-Suficiente las dos, vayan a dormir, ¡ahora!- Ann se estreso de este pequeño intercambio, ¿Cómo pueden ser tan ruidosas?.
Lucy y Rose salieron de la habitación mirándose como a enemigas, después de que las alborotadoras se fueron, Ann vistió una vez mas a Kain con su piyama y lo llevo a la cama.
-Mañana tienes que contarme todo lo que hiciste, no quiero que nada te pase- dijo Ann mientras subía a la cama y abría la tapa para que Kain se acostara. Una vez que Kain se acostó, ella se ganó a su lado y juntos bajo las tapas, se acurrucaron. Kain por un segundo cerro los ojos, pero de repente se dio cuenta de la incongruencia de la situación y le pregunto -¿Por qué duermes conmigo?-.
Ann lo miro con una sonrisa -para que no vayas a salir de nuevo, ¿insatisfecho?-.
-No es eso, pero ¿está bien?-.
-Yo lo decidí, así que está bien-.
-Lo que sea, hasta mañana Ann-.
-Hasta mañana Kain- Ann se acerco y lo abrazo hasta caer dormida.
Kain no se pudo mover en toda la noche y cuando por fin acepto su destino, se durmió.