Capítulo 11 - El legado de los héroes

En una fría mañana de primavera, con un sol que empieza a extender su luz por todo el horizonte, cuatro jinetes cabalgan por los campos de Millis. A esto se le podría llamar un viaje algo incomodo, que solo al inicio ya se hizo distante. ¿De quién es la culpa? Nadie se atreve a decirlo. Puede que fuera el recelo de Kazuhiro, la monstruosa fuerza de Kain, el individualismo de la familia Tsuki, o todas las anteriores. El hecho es que este viaje solo comenzó con un "partamos", a lo que Kain respondió fríamente con un "ok", y esto sembró las bases de la incómoda atmosfera. Kain va pensando en que otros lugares puede visitar dentro de Millis y las regiones cercanas, mientras tanto Kazuhiro no sabe cómo remediar sus palabras de ayer. Él con obstinación marco una clara línea entre el joven elfo y su familia. Quiere corregir ese paso en falso, pero ahora no sabe cómo remediarlo.

El viaje continua por tres horas más hasta llegar al primer pueblo a las afueras de Millishion. Los colores blancos y dorados son visibles aun, pero el camino ya no es blanco como antes, ahora hay barro, excremento de animales, algunos borrachos acostados en las cunetas y la gente se ve simple. No parece un mal ambiente, pero a Kain ya no le parece todo tan bello como antes. Un sacerdote sale a recibirlos y los invita a su humilde morada. Como es hora del desayuno, Kazuhiro acepta y el resto lo sigue. Camino a la "humilde morada", las casas se ven simples, de una mescla de adobe y madera. Los adoquines se ven sucios, con retazos de suelo faltantes. La gente menos pulcra pasa vistiendo ropas remendadas y sombreros de paja. Aun parecen gente feliz como la de Millishion, pero se ven cansados. Ellos saludan con un amable gesto y el sacerdote lo devuelve con una sonrisa. Al final del camino, que sube por una colina, la "humilde morada" se destaca en medio de las otras casas. Como una perla, blanca, grande y reluciente, en medio de una corona. Una vez que se sientan a la mesa, el sacerdote le habla a Kazuhiro de los problemas de la región. La baja cantidad de fidelidad que muestra la gente (por decirlo de otra manera, dan pocos donativos) y le pide que lo tenga en su consideración para la reasignación a otra zona. Kazuhiro le dice que eso no depende de él, pero que lo tendrá en cuenta. El sacerdote agradece con una sonrisa, pero sus ojos son fríos. Como si le estuviera diciendo "cuando tenga una mejor posición, veremos si eres tan indiferente". Kazuhiro sigue comiendo, el resto ignora al sacerdote, pero Kain memoriza su rostro, por si acaso.

Una vez que terminan de comer, dejan el pueblo y en medio del viaje, Kazuhiro baja la velocidad, el resto hace lo mismo y le dice a Kain -no le des tanta importancia muchacho. Ya viste que ese viejo es una víbora. Tiene algunos contactos y por eso no fue excomulgado, pero este es el mejor trabajo que encontrara por el resto de su vida-. Kain asiente en silencio y Kazuhiro hace lo mismo. Después de eso siguen avanzando por los caminos, que cada vez son menos viables.

-o-

El segundo día, como a las tres de la tarde se acaba el camino de adoquines y sigue un camino de tierra. El cuatro día, las zanjas ya no son visibles y los caminos son delineados por el paso de las carretas. El quinto día pasan por un pueblo. Describirlo como humilde es darles un gran elogio. Son muy pobres, pero el párroco es un joven entusiasta. En la mañana les ofrece un humilde desayuno, en su realmente humilde casa y los insta a que tengan un buen viaje. El joven dice que la gente tiene algunas dificultades y aunque él no se ve en las mejores condiciones, le pide a Kazuhiro que lo ayude abogando por ayuda para este pueblo. Kazuhiro sonríe, le dice que se lo deje a él. Le deja dos monedas de oro y le promete que tratara de ayudar. Kain viendo el gesto le deja un saco de trigo, a lo que el párroco derrama unas sinceras lágrimas y se lo agradece. Invita a los lugareños (que no suman más de treinta personas) a reunirse y a dar gracias por la ayuda. La gente se ve desaseada, flaca, pero con ese tinte del que no se preocupa del mañana. Han tenido malas cosechas, pero eso no es extraño. A todas las personas les pasa cada cierto tiempo. Ellos agradecen con una actitud reservada, pero el párroco esta eufórico. Le pide a las mujeres que preparen comida para la gente. Empieza a buscar su viejo caballo y le pide permiso a Kazuhiro. Le cuenta que hay unas personas enfermas y necesita ir urgente a comprarle medicina, pero en el proceso de su agitación se desmaya. Kain lo revisa y le dice a Kazuhiro que es la fatiga y el hambre. Por otro lado, los lugareños cuidan al párroco como un tesoro. Traen sus únicas cobijas, lo arropan y lo llevan a su casa entre cinco personas. Kain por otro lado le pide a la gente que lo lleven con las personas enfermas. Cuando llega ve que son tres, un adulto y dos ancianos. Parece que fueron heridos por alguna bestia. El hecho es que tienen sus carnes infectadas. Kain realiza un milagro de luz doradas y los sana al instante. Se lo agradecen con apretados abrazos y aunque están un poco olorosos por decirlo menos, Kain les devuelve el abrazo.

Ya en la tarde, el párroco se despierta, les agradece la ayuda y el grupo abandona la aldea. Siguen avanzando por los caminos difíciles de transitar, pero llegado su momento, Kazuhiro le avisa al grupo que avanzaran por el bosque, cerca de la montaña hasta llegar al sector en donde fue visto el dragón. No hay apuro dice, es un viaje lento de cinco días a caballo.

-o-

Durante la noche del décimo día de viaje, Kain estaba al lado de la hoguera. En estos momentos es su turno de vigilar. Son las tres de la mañana y no hay nadie más despierto. La bella recepcionista hizo la primera ronda, después seguido por su tío Tatsumi, después por Kazuhiro y al final, Kain. Este último no ha dormido en todo el día y la noche, puede sentir a los lejos al Wyvern. El animal tiene algo especial al parecer (emite magia) muy diferente de los otros wyvern que habitan en el Abismo del Dios Dragón. Kain recuerda que leyó de un caso especial, en Lordran. En la época del primer no muerto elegido. Se contaba en los libros que existió un wyvern, que deseando llegar a ser un dragón, aprendió piromancia. Al final era solo una imitación, pero le dio la ilusión de que era un dragón.

De repente se escuchó el siseo de ropa, alguien se destapo y camino con pasos lentos hasta la hoguera. Era Maaya, la cual se sentó al frente de Kain, se rasco los ojos y le dijo -¿Cómo va todo?-

-Bien- respondió Kain mientras movía los leños de la hoguera -¿pudiste dormir?-

-Mas o menos. Tu no haz dormido nada ¿cierto?-

-Así es, esa cosa emite una increíble cantidad de magia-

-Es un dragón-

-Ya te he dicho, no es un dragón. Es un wyvern-

-Prefiero creer que es un dragón. La cosa que tú me describes es horrible ¿Cómo esperas que la humanidad sobreviva a eso si realmente existiera?-

-jejeje, los dragones no atacarían a los humanos a menos que se metan en su territorio. Delante de ellos, solo somos insectos-

-No lo sé y prefiero creer que estas delirando. Dime- dijo Maaya emitiendo una sonrisa y reposando sus brazos y cuerpo sobre sus muslos -¿Quién te enseño el iai?-

-Un viejo elfo, vivía en el Abismo del Dios Dragón-

-¿Y él está vivo?-

-No, lo mate- dijo Kain con una sonrisa cansada -ese fue mi prueba de graduación-. Maaya lo miro asustada, pero Kain añadió -no es que lo haya matado por una ambición, ni nada por el estilo. Lo mate porque resulto así, además mi maestro ya era demasiado viejo. Había vivido desde la época de los héroes-

-Mentira- exclamo Maaya con una expresión de incredulidad

Kain soltó una risita y asintió varias veces -es verdad. Bueno, eso es lo que me dijo el viejo. Yo le creo porque no ganaba nada con mentirme. Incluso hoy en día, creo que si tuviéramos la misma edad y fuerza, el viejo me mataría fácilmente-

-Pero para eso él habría tenido que vivir mas de cuatrocientos años-

-Es posible- le respondió Kain en un tono calmado -los elfos podemos vivir mas de trescientos y si nos aferramos a la vida tanto como él, yo creo que podríamos llegar a los cuatrocientos-

-Eso quiere decir que mi antepasado le enseño-

-Puede ser, el viejo me dijo que aprendió a medias porque supuestamente, el héroe que le enseño, había muerto-

-En esa época, mi ancestro que era la creadora del estilo dios de la espada, con mi otro ancestro que creo el estilo dios del norte. Estaban aburridos de la guerra, los idiotas de Asura y del Reino del Rey Dragón querían unificar el mundo. Por eso los ancestros se hicieron pasar por muertos. Según cuentan los libros recibieron ayuda del dragón blindado, aunque no hay nada confirmado-

-¿Un café?-

-Claro, porque no-

-No te alegres tan rápido, hay que poner a hervir el agua y prepararlo-

-Shí, puras patrañas. Por como lo dijiste, parecía que lo tenías listo-

-Jajaja, tu saltaste a esas conclusiones-

-o-

Como a las seis de la mañana todos se levantaron. El delicioso olor a café hizo su trabajo. Comieron algo de pan, frutas y carne seca. Después apagaron el fuego y subieron por la montaña hasta alcanzar una región rocosa. Ahí dejaron los caballos pastando. Siguieron escalando durante toda la mañana y cuando les dio el medio día, estaban a mitad de camino. En ese momento se escuchó un rugido a la distancia, pero por el eco que producía, estaba muy lejos. Por lo menos a medio día más de camino.

Ya llegada la tarde se detuvieron para comer. Descansaron durante media hora y después siguieron avanzando por las montañas. Pasaron por una quebrada, encontraron un pequeño lago y cerca de él, hallaron cadáveres de osos, caballos y otros animales. Al parecer el supuesto dragón había estado más activo de lo que indicaban en los informes.

Cuando llego la hora de la noche, un rugido, junto con un poderoso aleteo se escucharon a un kilómetro. El grupo estuvo alerta, siguieron el ruido y avanzaron por una arboleda. En medio de la arboleda había un gran lado y cerca del agua estaba el wyvern, comiendo algo que parecía ser un osos, pero tres veces más grande. Cada dos bocados miraba a los alrededores. Con su pata izquierda afirmaba la presa. A su vez, encorvaba su cuello hundiendo el hocico en la carne. Desgarro una las extremidades de un jalón y de forma acrobática, la lanzo al aire y la atajo con sus poderosas fauces. Después de terminar, camino al lago, tomo agua y después trató de echarse a volar, agacho su cuerpo y dio un salto. El wyvern se elevó por veinte metros, pero una poderosa lanza eléctrica le rajo el ala izquierda, obligándolo a caer. Pun, sonó el fuerte impacto y el wyvern derrapo de hocico por el suelo.

-Ahora- grito Kazuhiro y todos saltaron a atacar a la bestia. Maaya fue la primera, se acercó a la pata izquierda y le propino un gran corte. Después se movió unos metros más atrás, tratando de evitar la mordida del wyvern. Kazuhiro y Tatsumi se fueron a las uniones de los muslos, trataron de cortar los tendones pero las escamas eran demasiado duras. Una vez que vieron que no podían hacer nada, retrocedieron esperando ver que hacía el wyvern. Kain por otro lado, corrió por la espalda del Wyvern, se ganó sobre la cabeza y le clavo una gran estaca eléctrica sobre la cabeza. El wyvern se desplomo y Kain salto cayendo a unos tres metros de él. Se miro el brazo derecho, tenía la carne negra y humeante. El rayo era bueno, se dijo a sí mismo, es la vieja confiable contra estas criaturas, pero su control de la magia aún era muy malo. Soltó un suspiro, utilizo un milagro de luz dorada y sano su brazo. Después miro a Maaya que venía con un rostro de pocos amigos y le grito -eso no se vale, deberías haber dejado algo para nosotros-

Kain la quedo mirando algo confundido y respondió -oye, apenas le pudieron hacer daño, deberías darme las gracias. Tu padre y tu tío podrían haber sufrido heridas mientras tu tratabas de cortar esa cosa-

Maaya lo miro enojada y le dijo -solo te perdono por esta vez, que no se repita-

-Ok, lo que tu digas-

-Odioso-

Kazuhiro avanzo riendo y le dijo -gracias, esa cosa era más dura de lo que pensábamos-

-Aunque sea una subespecie de dragón, sus escamas son muy duras. Para la próxima trata de buscar alguna forma de imbuir tus armas con la energía del rayo-

Kazuhiro levanto la ceja y le dijo -no existe ningún hechizo con ese atributo-

-¿Y alguna planta?-

Kazuhiro negó y Kain asintió, le palmeo el hombro y le dijo -tengo algo que te va a encantar. Como me caes bien, te lo venderé barato, vamos, sígueme- y caminaron a donde estaba Tatsumi conversando con Maaya

-o-

Después de un corto día de descanso, el grupo bajo de las montañas, busco los caballos e invitaron a Kain a la vieja mansión. Kain no sabía porque lo querían invitar, pero aludiendo a la mejoría en el carácter de estos tipos, no puso mayor problema. Así que hicieron todo el viaje de vuelta. En el proceso llegaron al mismo pueblo del joven párroco. Compartieron un poco con la gente y siguieron su camino. A los diez días estaban de vuelta en Millishion, con sus hermosas calles. Donde todo constituía un solo cuadro con un fondo de un blanco perfecto y un marco dorado. La gente no parecía ni siquiera tener idea de que fuera de Millishion, habían gente entusiasta, gente venenosa, gente pobre, gente enferma y gente que vivía el día a día. No parecían saber que fuera de todo lo que se ve, hay otro mundo de gente que necesita.

Cuando Kain llego a la vieja mansión, como le decían los mismos dueños. Se llevo una sorpresa mayúscula. Esto sin lugar a dudas tenía el aire a Japón, muy similar a la vieja casa del padre de Musashi. Mientras Kain contemplaba esto, Kazuhiro le palmeo el hombro con una sonrisa y le dijo -vamos, no te preocupes, todos los que ven este lugar quedan igual de asombrados-. Ahora, él pudo decir esto, pero no tenía idea de porque Kain se asombraba.

Una mujer sentada en seiza acompañada de otras tres esperaban a Kazuhiro y a Tatsumi en la puerta. Ellas hicieron el modesto gesto de agachar la cabeza y referirse a Kazuhiro como "danna sama". Kain sonrió con nostalgia, pero Maaya parecía algo disconforme. Kain intuyo que podía ser, ya que Mushashi en su momento le advirtió lo mismo. Ella dijo: "que ni siquiera se te pase por la cabeza que te voy a recibir así, soy un guerrera y no agacho mi cabeza".

Una vez que todos entraron, dejando sus botas en la puerta. Caminaron por un largo pasillo de madera lustrosa y después llevaron a Kain a una habitación. Todo estaba limpio, espacioso y ordenado. Con el tatami en el suelo y las puertas hechas de varillas de madera y papel. Kain deslizo una de las puertas correderas y dio paso a un jardín, con una pequeña montaña y en una esquina un grupo de bonsáis. Esto le trajo algunos recuerdos, camino sin molestarse en ponerse nada en los pies y miro los bonsái. Cada uno era pequeño y especial, con sus detalles, giros y reveces. Unos más altos, otros más pequeños.

De repente escucho la voz de una anciana, que por su acento se podría decir que era autóctona de Kansai -¿te gusta lo que vez, joven?- pregunto

-Sí- respondió Kain con honestidad -he visto varios de estos bonsái en otra parte, pero nunca unos tan bien cuidados ¿Cuántos años tienen?-

-En su mayoría más de cien- respondió la anciana -cada líder de mi clan ha trabajado uno. Este pequeño, con pétalos rosa es mío-

Kain se dio la vuelta y encontró a una anciana de baja estatura vestida con un kimono. No medía mas de un metro cincuenta, pero poseía un touki al mismo nivel que el viejo elfo. Él la quedo mirando, pero la anciana sonrió con modestia y le tendió la mano. Kain le ofreció la suya y ella se apoyo sobre la de él. Entonces Kain la escoltó por el jardín mientras la anciana le explicaba que tipo de plantas tenía. Cuales eran sus favoritas y como se cuidaban. Se podía sentir la disciplina, porque aunque fueran plantas, la anciana tenía sus horarios, sus procedimientos, sus épocas para cambiar la tierra y sus días para podar. Todo era tan meticuloso y planificado que llegaba a los extremos de llevar un registro de lo que se hacia.

La anciana miro a Kain y con una suave sonrisa -joven, ves ese naranjo- dijo apuntando a un árbol, al otro lado del patio -podrías sacar una de las naranjas. Me gustaría comer algo dulce-

-Claro- respondió Kain mientras la acercaba a una roca y le permitía sentarse en ella. Después camino hasta el naranjo y saco una naranja. Camino de vuelta a la anciana, pelo la naranja para ella, la desmenuzo en gajos y la lavo. Con un pañuelo gris se las presento a la anciana y esta asintió con una suave sonrisa. La anciana con sus pequeñas manos tomo un gajo y se lo hecho a la boca. Abrió sus casi cerrados parpados en una expresión de incredulidad y le dijo -tiene el sabor de un buen por venir, muchas gracias joven-

-De nada- respondió Kain. Entonces la anciana se despidió y se fue. Kain quedo con el resto de los gajos de naranja en su mano y se los fue comiendo mientras miraba las plantas.

-o-

Por la tarde hubo una gran comida, en donde más de cuarenta personas celebraron la caza del dragón. Todos eran parte de la familia de Kazuhiro, o al menos parientes. Según Kazuhiro, su familia, que se componía de su esposa, su hija y su abuela, era la rama principal. Mientras que sus primos y hermanos eran las secundarias. Todo esto era con el fin de establecer una cabeza de mando al momento de tomar acción. Todos mantenían una relación estrecha, trabajaban en el negocio familiar, que era entrenar los soldados de Millis y se les pagaba en base a eso. Eran un clan antiguo enfatizo Kazuhiro. Ellos eran los descendientes de los héroes que en su momento fueron convocados para luchar contra el dios demonio Laplace. Después de explicarle esto, el resto de la fiesta fue comer y beber. Reírse de algún chiste o alguna idiotez. Todo duro hasta las diez de la noche, no hubieron escándalos y cada persona que se retiró después de Kazuhiro, pidió su permiso con una leve reverencia. Kain sonrió al ver esto y le recordó sus pacíficos días con Musashi. Claro que cuando llego la noche y él también se fue a su habitación, se sentó a la salida de su habitación. Siguió bebiendo y fumando mientras miraba la luna en lo alto del cielo. Entre medio de eso recordó al dios hylden, a los demonios que seguramente debe tener cerca de él y que aún tienen una cuenta pendiente.

-¿Por qué estas tan tenso joven?- pregunto la anciana, avanzando por el patio que ahora estaba cubierto de sombras

Kain sonrió, agacho la cabeza y dijo -nada en particular ¿Por qué no estuviste en la fiesta?-

-Jojojo, es el momento de los jóvenes. Una vieja como yo, solo les traería preocupaciones. Además todos mis niños me tratan de mostrar su lado bueno. No podrían estar a sus anchas-

-¿A que vienes? Es muy tarde para que me enseñes tu jardín-

-No, ya te mostré mi jardín. Ahora quiero hablar de algo serio. Pero primero, dame un momento. ¡Kazu, sal!-

-Sí abuela- se escuchó una voz y Kazuhiro cayó frente a Kain. Lo siguió Maaya, Tatsumi y la mujer que los saludo al principio

-¿Por qué me siguen?-

-Bueno, la abuela puede alterarse y se puede hacer daño-

-¡Cállate! Mocoso insolente- dijo molesta -bien, pueden quedarse, pero no me interrumpan-

-////sí abuela////-

-¿Por dónde iba? Ah, sí, hablemos- dijo la anciana mientras se sentaba al lado de Kain. Sus pies quedaban colgando por la diferencia entre la tierra del jardín y el piso de la casa. Ella puso una sonrisa y le dijo a Kain -Para empezar mi nombre es Mamiko. Ahora, el creador del estilo dios del norte y del dios de la espada eran personas que fueron convocadas de otro mundo. Ambos se conocían y una vez que termino la guerra, desaparecieron. Se vinieron a Millis y establecieron una familia. El punto importante es que no fue solo con la finalidad del amor. Ambos se amaban, pero había algo más. El problema entre el dios dragón y el dios humano. El dios dragón en sí no es un problema, pero el dios humano sí. Veras, es una existencia que se alegra con el sufrimiento de la gente, provoca guerras y la caída de naciones cada cierto tiempo. Por otro lado, no cualquiera lo puede escuchar, pero los pocos que lo siguen, provocan caos y destrucción. Nosotros no podemos hacer nada contra él, pero sí contra sus seguidores. Por eso mi clan ha persistido, con la única finalidad de luchar contra tal existencia. Ahora, con respecto al dios dragón, tres generaciones de sacerdotisas, incluyéndome, han tratado de contactar con él, pero a él no le importan los humanos. A él solo le importa destruir al dios humano y vengarse de la muerte de su padre y toda su raza. Así que después de mí, he entrenado a todas las futuras generaciones con el pensamiento de que solo los humanos, se ayudaran a sí mismos. No debemos esperar nada de los dioses-

-¿Por qué me cuentas esto?- le pregunto Kain

-Porque buscas un futuro para tu familia y tu estirpe. Las guerras que desatara el dios humano en el futuro son inevitables, pero podemos resistir mejor si estamos unidos-

-¿Y quieres mi ayuda?-

-Sí y no. Debes tomar tus propias decisiones. Yo te proveo del conocimiento para que nos puedas ayudar-

-¿Y si uno de los apóstoles nace entre tu clan?-

-A pasado- dijo la anciana en un tono triste -pero para eso existe la sacerdotisa. Ella detecta el mal y lo extirpa. En mi generación gane el odio de mi familia dos veces. Una vez por mi hermano y otra por uno de mis propios hijos- la anciana comenzó a llorar, saco un pañuelo cuidadosamente doblado y se limpio las lagrimas en un suave gesto -por eso nadie quiere ser la líder del clan. Es una tarea pesada y dolorosa-

-¡Abuela!- dijo Kazuhiro en un fuerte tono, la quiso abrazar, pero la anciana frunció el ceño y con la punta de sus dedos, le dio un buen golpe en la cien. Kazuhiro cayó al suelo mareado, lo apoyo su esposa mientras la anciana le dijo -te dije que no me interrumpas-

-Lo siento abuela-

La anciana bufo, miro a Kain y le dijo -joven, no te puedo prometer que el futuro es seguro, pero al menos te puedo ofrecer ayuda si la necesitas. A cambio te pido que nos ayudes-

Kain soltó un suspiro, miro el cielo nocturno y le dijo -te ayudare. Instruiré a tu familia en nuevas técnicas de entrenamiento, pero ellos deben cuidar este conocimiento con su vida. Además, deben prometer que cuidaran de mi familia-

-Gracias-

-Muéstrame los registros del dios humanos-

-Sí, ven conmigo- dijo Mamiko, dio un pequeño salto que asusto a más de uno de sus hijos, pero los miro con seriedad y ellos no dijeron nada. Ella se dio la vuelta, miro a Kain y continuo -pero debes hacerte el tiempo. Es bastante. El dios humano a ocasionado la desaparición de muchos pueblos y hasta estirpes-

-No te preocupes, la información es lo mas importante-

-o-

Durante dos días enteros, sin comer ni dormir, Kain estuvo leyendo en una bodega. La abuela Mamiko, así le ordeno la anciana que la llamara, le había dado permiso. En ese lugar se encontraban todos los registros que se tienen del dios humano. También están las cosas que le pudieron extraer al dios dragón en cada una de las conversaciones que tuvieron las sacerdotisas con él, pero no fue de mucha ayuda. El dios dragón es receloso con su conocimiento y lo único cierto de todo lo que dijo, es que la muerte del dios humanos será a través de sus manos. Por otro lado, el último suceso claro, donde hay indicios de la manipulación del dios humano, es la destrucción de una raza mágica llamada Nuka. Según los antecedentes que lograron reunir en aquella época, no sobrevivió nadie.

-Deberías comer- exclamo una suave voz.

Kain miro al frente y se encontró a Maaya sosteniendo una bandeja. Entonces le respondió -no te preocupes, tengo un cuerpo muy fuerte-

-Mi abuela dijo lo mismo, dijo que apenas pareces elfo-

-Jejeje, podría decirse-

-Come- le ordeno Maaya con el ceño fruncido

Kain por otro lado, dejo el pergamino a un lado y tomo la comida. Una vez que dio el primer bocado, se dio cuenta de que realmente tenía hambre. Comenzó a devorar el resto y Maaya lo miro más de cerca. A pesar de que ella no era muy aficionada a las razas bestia, podía decir que lo elfos tenían su encanto. Sin embargo este elfo a diferencia del resto, era muy pervertido. No alcanza a llegar a los veinte y ya tenía dos esposas. ¿Cómo alguien de una raza tan reservada, podía tener un comportamiento tan escandaloso?. ¿Sera por su madre? Se pregunto Maaya.

Kain por otro lado la vio, dejo su comida de lado y le pregunto -¿Cuál es el problema?-

-Nada- negó Maaya algo avergonzada

-Si tienes algo que decir, dilo-

-¿Por qué tienes dos esposas? Tu raza es mas, reservada-

-Si esperas una gran respuesta estas perdiendo tu tiempo- le dijo Kain con una sonrisa, retomo su bol con arroz y le dijo -ellas me gustan, yo les gusto, así de sencillo-

-Pero ¿y el amor?¿y el matrimonio?-

-Cada raza pone sus propias convenciones según les convenga. Si uno sigue esas normas, es cosa de cada uno-

-¿Y tus esposas?¿no se sentirán mal?-

-Puede ser, pero yo no las amarro. Yo las amo, pero si ellas se quieren ir en algún momento, no las detendré. Todos, no importa quién. Todos tienen el derecho a decidir su propio destino; incluso si este los lleva a su propia destrucción-

-¿no las amas?-

-Por que las amo, no las detendré de hacer lo que ellas quieren. Claro, todas las cosas tienen sus consecuencias, pero eso es solo otra parte de elegir tu destino-

-¿Y si yo?...¿y si yo decidiera amarte?-

-Si tu me amas y yo te amo esta bien. Pero eso toma tiempo, no están fácil como decir "yo te conozco hace un día y te amare para toda la vida". El amor es algo que crece y se construye con el tiempo. Crea lazos, dependencia mutua, ambas partes se apoyan en la otra y crecen o se hunden en un mismo bote-

-Es complicado- dijo Maaya mientras soltaba una risita

-Y que lo digas. Solo el amor perdura en el tiempo, se fortalece y supera las pruebas. Pero es lamentable, no todos los amores prosperan-

Kain siguió comiendo y Maaya lo siguió mirando. Una vez que él termino, ella se llevó las cosas y Kain siguió leyendo.

-o-

Al tercer día Kain termino de leer y se despidió de todos. La abuela Mamiko le pidió que empezara a entrenar a Tatsumi y Haruki. A lo que Kain accedió, pero primero tenía que ir a ver a sus esposas. Antes de irse le pidió al Kazuhiro que le consiguiera una extensión del permiso comercial. Kazuhiro no se hizo problema y le pidió que si podía crear más de esa maravillosa sustancia que producía electricidad, le guardara un poco. Estaba dispuesto a pagar una nota real el gramo. Kain sonrió, no le conto que tenía mucha resina de pino dorada, pero le afirmo que no había problema. Él se fue en su caballo y Maaya y la abuela Mamiko lo miraron como su silueta se hacía más pequeña a la distancia.

-Lo siento abuela- dijo Maaya -por ahora no creo que pueda dar este paso-

-Está bien- respondió la abuela Mamiko -si lo que dijo él es cierto, con el tiempo nacerá. Además, están tus sentimiento, yo no quiero que te acerques sino es de tu interés-

-¿Y el clan?-

-El clan durara lo que tenga que durar, nada es para siempre-

-o-

Cuando Kain llego a la zona noble, todo seguía igual. Los caballeros apostados en cada esquina, las calles limpias y las casa blancas con extensos jardines. Una vez que llego a su casa, Kain dejo el caballo en la parte trasera. Entro por la cocina y se encontró una sorpresa. Dos mujeres y una niña estaban cocinando. Una de ellas, Catalina (que iba vestida con una camisa, pantalón y botas) estaba toda sucia con todo tipo de ingredientes. Por otra parte, Lilia con su vibrante cabello rojo, llevaba un vestido gris y sobre él un delantal. Esta última le enseñaba a cocinar a una niña que estaba entre ella y Catalina. La niña que tenía alrededor de doce años, sonreía como una flor. Llevaba un vestido celeste, con su pelo amarrado en una coleta, al igual que Lilia y Catalina.

Kain entro emitiendo el sonido de la puerta al cerrar, Lilia lo miro y mostro una suave sonrisa. Por otro lado Catalina levanto su mano derecha en la cual llevaba un cucharon, lo escondió en un rápido movimiento y saludo con su mano. La niña, que era Therese, se sonrojo y movió su mano de forma tímida. Kain camino y lo primero que hizo fue decir -no sabía que me querías matar-

Lilia frunció el ceño y le dijo -no te entiendo-

-Invitaste a Catalina a cocinar, eso seguro no es comestible-

Lilia se rio al igual que Therese, pero a Catalina no le hizo ninguna gracias y le pego con el cucharon. Kain se refugió detrás de una mesa y le dijo -lo siento, ok, lo siento, era solo una broma-

-Estúpido orejas largas- respondió Catalina y volvió al lado de Therese

-¿Cómo han estado?-

-Bien querido- le respondió Lilia mientras le daba un beso. Therese vio esto y se sonrojo, por otro lado, Catalina tosió y le hizo el gesto con los ojos, como diciendo "aquí hay niñas".

-¿Y Vicky?- pregunto Kain

-Llega en una hora más. Últimamente vuelve muy tarde- le respondió Lilia

-Bueno, debe estar trabajando. Ojala esos viejos no le den problema-

-Le está yendo bien- dijo Catalina -por lo que sé, él polvo de drake que trajo es de lo mejor del mercado-

-Eso es bueno. Ahora ¿Qué están cocinando? Me muero de hambre- pregunto Kain mientras introducía su dedo a una olla.

Lilia le pego en la mano y le dijo en un fuerte tono -no metas tus manos. Cuando esté listo te avisaremos. Ahora ve a bañarte-

-Ok-

-o-

Después de bañarse como dios manda, Kain se quedó sentado en su sillón favorito mientras la tarde iluminaba la cordillera. Como estaba en su habitación nadie podía decirle nada, así que solo llevaba un pantalón. Pensó en la información que obtuvo, en la solicitud de la abuela Mamiko, en el dios humano y el dios dragón -menudo problema- susurro Kain. Siguió pensando durante media hora, pero alguien toco la puerta y lo saco de sus pensamientos -pase- dijo.

-Permiso- respondió Catalina mientras entraba de forma tímida. Kain le hizo el ademan para que pasara. Catalina entro, retiro la silla que estaba frente al tocador, y se sentó frente a Kain. Este último le dio una mirada con una sonrisa amigable y le pregunto -¿Qué te trae?-

-Bueno, hable con mi tía. Ella no te molestara mas. Dijo que por mientras que trabajabas para Millis, podías vivir aquí-

-"Gracias" dile a tu tía. Si ella quiere cobrarme alguna renta, también esta bien-

-No creo que te cobre y con respecto a lo otro. No lo tomes a mal, mi tía es una persona un poco insensible, pero es una buena persona-

-No me molesta su solicitud- dijo Kain mientras emitía una gran sonrisa -pero nunca dejaría a mis esposas. Además, si pasa algo entre nosotros, preferiría que fuera algo que acordamos, no algo que alguien arreglo-

-Estúpido- le dijo Catalina, ella se puso roja y le dijo -soy, soy una mujer vieja, como puedes estar de acuerdo-

-Solo tienes treinta ¿Qué hay de malo?-

-Pero- dijo Catalina en un tono bajo -ya paso mi época mas hermosa, ahora voy en descenso, en unos años mas me llenare de arrugas-

-¿Y? Lo que me gusta, me gusta. ¿Importa algo mas?-

-Yo, yo soy una fumadora compulsiva. Bebo como aventurero y no me gustan los vestidos-

-¿Te gusto?-

-Sí, por lo menos, eres agradable-

-También me gustas, pero no puedo dejar a Victoria y Lilia ¿entiendes?-

-Sí, entiendo. Tampoco confiaría en ti si de repente las dejas por mi. Temo que el día de mañana, cuando este vieja me cambies por alguien mas joven-

-Ven- dijo Kain cuando se levantó del sillón y le tendió la mano. Catalina se sonrojo, se puso de pie emitiendo una sonrisa tonta y poso su mano sobre la de él. Kain se acercó y Catalina le advirtió -to-to-todavía no estoy lista para esas cosas-

-¿Pero un beso?-

-S-si es un beso, po-podría ser-

Entonces Kain poso la palma sobre la mejilla izquierda de Catalina, y en un suave gesto, le dio un pequeño beso en los labios. Después fue con uno más firme y duradero, hasta que los dos se abrazaron y se besaron de manera apasionada. Catalina se colgaba de su cuello, mientras que Kain la abrazaba y le acariciaba la espalda. De repente la puerta chirrió y Lilia y Therese abrieron la puerta. Lilia miro a Kain con la ceja izquierda alzada, puso las manos en las caderas y coloco un rostro exigiendo una respuesta. Therese por otro lado se cubría los ojos, pero sus dedos estaban abiertos. "Eso era trampa" le iba a decir Kain, pero primero se preocupó por Lilia -yo, me gusta Catalina, no es una relación física como me dijiste. Espero que esto no genere distancia entre nosotros-

Lilia bufo y le respondió -mientras no te olvides de mí, está bien, pero para la próxima consúltalo. Catalina no me parece una mala persona, también me agrada y creo que podemos ser amigas. Así que estaré de tu lado por esta vez, pero espero que cuando llegue Vicky le expliques lo que paso-

-Ok-