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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · 漫画同人
分數不夠
935 Chs

Apócrifo - Gods land - Capítulo 25

Como a eso de las once de la noche, Kain devolvió a Isabel a su casa. Su padre, un hombre de unos sesenta años los esperaba en la puerta de la casa con cara de pocos amigos. Isabel iba tomada de la mano con Kain, pero en cuanto lo vio, se parto y se puso roja. El padre solo los quedo mirando, asintió sin mostrar desagrado y se metió a la casa. Por alguna razón Isabel soltó un suspiro y miró a Kain avergonzada. Pensó que él se molestaría, pero no fue así.

-Adiós- dijo ella acercándose a Kain con una mirada tierna y una sonrisa de enamorada

Kain sonrió y se agacho para besarla. Fue un beso largo y apasionado. Hubiera podido durar más, pero alguien abrió la puerta de la casa y soltó una tos forzada. Como resultado, Isabel dio un respingo y se apartó de Kain.

-Adiós- dijo ella y salió corriendo para meterse en la casa. Kain la quedo mirando mientras ella desaparecía.

Después de eso, Kain camino con dirección sector de Dedalus. A cada paso que daba las calles se volvían más malas y desordenadas. Los adoquines quedaron atrás y el suelo empezó a ser de tierra. Poco a poco las bandas comenzaron a ser más visibles en cada esquina. Muchos aventureros no tenían el dinero suficiente para ir a los restaurantes, así que se ponían a beber en la calle. De repente Kain empezó a ver más seguido huérfanos por las calles y ancianos durmiendo en callejones. En el camino regalo algunas monedas, pero los problemas de este sector no se solucionarían solo con eso. Así que trato de pasar de largo de todo lo que parecía triste y camino con dirección a la tienda de su amigo Miach. Kain tenía que estudiar las divinidades y aparte de Hera y Hephaestus, Miach podía ser otra fuente de información. Además de que era un dios de la medicina, así que debe haber experimentado con todo tipo de cosas.

Como a eso de las doce de la noche Kain llego a la tienda. El lugar estaba cerrado y no se veía ninguna luz prendida. Por otro lado, por lo poco que se veía, Kain podía decir que nada había cambiado mucho. En sesenta años, el dios de la medicina no pudo mejorar su tienda. Kain pensó que era un tipo sin remedio, lo más probable es que estuvo regalando todo lo que gano durante estos años.

Kain golpeo la puerta un par de veces y del segundo piso se abrieron los postigos de madera.

-Sí ¿Qué necesita? - pregunto una mujer madura, no se veía con claridad, pero por su tono de voz debería haber estado en sus cuarentas.

-Hola- dijo Kain levantando la mirada y haciéndose un poco más atrás para poder mirar mejor -vengo a ver a Miach-

-Señor, no atendemos a esta hora-

-No vengo por atención, soy su amigo, Kain Dragonroad. Le puedes avisar, si no me puede atender, entonces vendré mañana-

La mujer soltó un suspiro que hasta Kain escucho desde abajo.

-Deme un momento- respondió

Diez minutos más tarde salió un hombre de pelo azul. Iba con un piyama y un chal sobre su espalda -es bueno verte viejo amigo- dijo el dios Miach con su afable voz

Kain soltó una carcajada y le dio un abrazo, después le palmeo el hombro y le dijo -lo mismo digo, viejo amigo, tanto tiempo-

-Y que lo digas. Ven, conversemos adentro-

-Claro, guía el camino-

De esa manera, Miach invito a Kain a entrar a su humilde morada. Las pocas luces prendidas dejaban ver una tienda antigua, con muebles que pedían a gritos ser cambiados. Por otro lado, con la entrada de Kain, muchos pasos se empezaron a escuchar en el segundo piso.

-Son los niños de mi familia- dijo Miach mientras conducía a Kain al comedor del segundo piso. Cuando subieron por las escaleras, cada peldaño chirrió a cada paso. Era una cosa molesta que te hacía pensar en cuando se caerá la escalera. Una vez que llegaron al segundo piso, Miach se acercó a la mesa y le ofreció asiento a Kain. Este último sin ninguna modestia, se sentó y saco una botella de vino. Miach puso una sonrisa incomoda

-Me avergüenza decir que no tengo mucho que ofrecerte- dijo -por otro lado, echaba de menos tu vino-

-Está bien, está bien- respondió Kain con una gran sonrisa. Saco un par de vasos y los coloco encima de la mesa de madera desgastada. Los clavos en la superficie estaban entre medio sobresalidos y sueltos.

Miach se sentó frente a Kain con su usual sonrisa amable y espero a que le sirviera. Era verdad que echaba de menos el vino que hacia Kain. Después de todo, solo era superado por el vino que hacia la familia Soma. No obstante, la gran diferencia es que esto cualquiera lo podía tomar sin generar ninguna adicción.

-Por como lo veo, lo sigues haciendo igual que siempre- dijo Kain mientras le pasaba un vaso con vino

-Gracias- respondió Miach al recibir el vaso, le dio un pequeño sorbo y asintió en señal de agrado -no importa las veces que lo pruebe, sigue siendo un excelente vino-

-Gracias, ahora dime ¿Cómo te va? -

-Bien, con mi familia creciendo poco a poco-

Kain se sirvió un vaso para él y le dijo -no veo que tus finanzas avancen mucho-

Miach soltó una risita apenada.

-Da lo mismo- dijo Kain para aliviar el estado de sus anteriores palabras -te venía a ver porque necesito un poco de tu ayuda-

-¿En qué te puedo ayudar?- pregunto Miach de buena gana

-Necesito que compartas todo lo que sabes sobre las divinidades-

Miach abrió los ojos grandes lleno de un sentimiento de asombro, pero casi de inmediato, recompuso su estado de ánimo. Él asintió y dijo -como lo sospechaba, eres un dios-

Kain sonrió con confianza -aun no, mi amigo- dijo

Miach a escuchar estas palabras negó en un estado de diversión. Pensó que hay cosas que no cambian -mientras mantengas lo que te diga en secreto, pudo ayudarte hasta adonde lleguen mis fuerzas-

Kain le dio un manotazo a la mesa y dijo -así se habla, sabía que podía contar contigo. El otro día…- pero antes de que pudiera terminar, de un pasillo que daba a los dormitorios del segundo piso, salieron varias jovencitas.

-Es bueno verlo tan saludaba, señor Dragonroad- dijo la mujer madura -no lo había reconocido al principio-

Kain sonrió -han pasado muchos años Mirta- respondió -pero no hay problema ¿estas muchachas son tus hermanas?-

Mirta era una de las pocas aprendices veteranas que le quedaban a Miach. Por decirlo de alguna manera, era la única chica que quedaba del grupo que conoció Kain en aquella época. Lo más probable es que el resto desistió en su amor por el dios de la medicina y se fue, en otro caso, murieron.

-Así es- dijo Mirta. A su lado había cinco jovencitas de no más de quince o dieciséis años. Todas se veían de humilde procedencia.

Kain por su parte sonrió y vio por donde se iba el dinero de Miach. Lo más probable es que estas niñas fueran las que no querían ser aventureras dentro de un grupo de huérfanos y Miach las acogió -este tipo siempre ha sido así- murmuro por lo bajo.

-Niñas- dijo Mirta -él es el señor Dragonroad, es un amigo del dios Miach, trátenlo con respeto-

-Buenas noches, señor Dragonroad- dijeron las cinco jovencitas en un tono respetuoso. Unas eran muy tímidas, otras estaban emocionadas por conocer a Kain.

No obstante, Mirta les dijo -ahora vayamos a dormir, Miach debe tener algo que conversar con Kain-

-Ooooh- dijeron dos con pena

Después de irse, Kain quedo mirando a su amigo, sonrió y negó a la vez. Le sirvió otro vaso y le dijo -tu no cambias- Miach sonrió y recibió el vaso -alguien debe hacerlo- dijo

-Así es- dijo Kain dando un suspiro -alguien debe hacerlo ¿Qué te parece si te ayudo un poco? -

-Está bien-

- ¿Qué tal un millón de valis por mes? -

Miach en ese momento había bebido un sorbo de vino, pero al escuchar las palabras, escupió y tosió en reiteradas ocasiones -eso, es, mucho- dijo mientras se atoraba

-Hombre, eres demasiado quisquilloso ¿Qué tal esto? Tú me ayudas a que mi alquimia mejore y yo te financio con un millón de valis al mes-

Miach se puso serió y le dijo -ya te lo dije, eso es mucho-

-Bueno, tienes muchas bocas que alimentar. Tu familia necesita reactivos alquímicos que se compran con dinero. También necesitan instrumentos que se compran con dinero. Necesitan ropa que se compra con dinero. Además, conociéndote no creo que te quedes con el dinero. Lo más probable es que lo compartas con los orfanatos y cosas así-

Miach soltó un suspiro y asintió -está bien, acepto- después le dio un gran sorbo a su vaso.

-Así se habla- respondió Kain con una sonrisa -con respecto a lo otro ¿podemos hablar aquí o quieres que hablemos en mi casa? -

-¿Sobre la divinidad?- pregunto Miach

-Sí-

-Mejor en tu casa. Ya sabes, hay cosas de las que los dioses no deberían hablar-

-Lo siento hombre, pero necesito que me ayudes con este tema-

-No hay problema, la información relacionada con la divinidad debería ser algo que no podemos comunicar a otros, pero tu caso es especial. Al menos así nos dijo Urano-

-¿Que les dijo el viejo espía?- pregunto Kain para después empinarse el vaso y tomarse el vino de un tirón.

Miach soltó una risita -dijo que tengamos tacto contigo y no busquemos problemas- respondió

-Buen consejo, tengo entendido que últimamente las cosas andan malas-

Miach asintió -es una familia que gobierna el bajo mundo. Por lo general no molestan a la gente, pero hace un par de años andan sin control-

-¿Tuviste problemas?-

-Sí, una vez, pero tus muchachos nos vinieron a ayudar-

Kain sonrió con cierto orgullo -me alegro- dijo -¡ya! No te molesto más por hoy. Toma, quédatela- dijo acercando la botella a Miach, este la recibió. Kain se levantó de su silla y le pregunto -¿me tiras a la calle?-

Miach sonrió y asintió.

Después de eso, Kain se fue para su casa