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CAPÍTULO 14- El refugio. Parte 1.

CAPÍTULO 14- El refugio. Parte 1.

—¡Buenos días, zombies asquerosos...! Excepto tú. Tú eres linda.

Nalgada. Zas, zas... Tal vez una más. Zas. Jeje. Que suave. Esta es la clase de grasa que me encanta. Los traseros grandes.

Mmm...

Miro a mi alrededor. Nadie a la vista que me pueda juzgar. ¡Otra nalgada! ¡Zas! ¡Ahora sin ese pantalón ajustado, guapa...! ¡Noooooooo!

La maté, destruyendo su cabeza con un poderoso "fire punch"... ¿Punch fire? Ah, mi inglés es una mierda.

—No quiero volverme un depredador sexual de cadáveres.

¡Pero es muy difícil resistir la tentación!

Miré su cadáver muerto al 100%.

Una mujer adulta, oficinista tal vez, en sus 35-40 años, con un pantalón ajustado negro y una blusa azul, con el nombre de una empresa bordado en él. ¿Secretaria? Jeje. Que rico suena eso.

Ah... Mejor sigo con lo mío.

¡Fire punch! ¡Fire punch! Una mirada rápida en sus pechos. ¡Fire punch! Puaj, este zombie no tiene pantalones ni ropa interior. ¿Lo mordieron mientras cagaba? Mi más sentido pésame, pero... ¡Fire punch!

—Qué buen inicio de un viernes.

Matar zombies para ganar puntos, usando mi ¡fire punch...! Bueno, aunque por el momento solo es punch. ¡No logro rodear mi puño con fuego! Lo máximo que puedo hacer por ahora, es crear pequeñas bolas de fuego.

Gané 380 puntos derrotando a ese Orco... Bueno, no lo derroté, pero ayudé a derrotarlo. ¿Cuántos puntos habría ganado si lo hubiera derrotado sin ayuda? ¡Tal vez más de 2,000!

Debo obtener más puntos. Entre más tenga, mejor, así que...

Entra cuchillo y muere. Lo siento, linda, debo hacerlo. Entra cuchillo y muere.

Me duele matar chicas zombies, pero es necesario.

¿Eh? ¿Por qué ya no uso mi "fire punch"? ¡Porque recordé que me convierto en zombie por completo si su sangre entra en mi cuerpo!

—¡Soy un pendejo!

Destruyo sus cabezas si los golpeo con todas mis fuerzas, pero si sus huesos me hacen algún rasguño, su sangre entrará en contacto con la mía y me convertiré en un zombie por completo. ¡No quiero comerme a otra persona inocente! Dudo bastante que supere lo que le hice a... Ah... No, no, no pienses en eso ahora, idiota.

Quisiera tener mi espada, pero esas niñas se quedaron con mi espada... Bueno, era de su madre, así que es justo. No puedo quitarles un recuerdo de su madre.

Llevo toda la mañana matando zombies, pero no llevo la cuenta. ¿He matado a más de 100?

—¿Cuántos puntos tengo?

[Respuesta: 756 puntos.]

Vaya, vaya. Nada mal.

Mmm... Quería ahorrar para mejorar mi habilidad [Agilidad], pero mejor mejoro [Robo]. Me salvó la vida contra ese Orco, tal vez si la mejoro, podré robar objetos más grandes, como la espada legendaria de un caballero negro, o la ropa interior de una hermosa princesa arrogante.

Mejorar habilidades.

[Aumentar fuerza: 1,000 puntos.]

[Aumentar agilidad: 1,000 puntos.]

[Aumentar regeneración: 1,500 puntos.]

[Aumentar robo: 50 puntos.]

Mejorar robo.

[Aumentar robo: 50 puntos.]

[Robo mejorado.]

[Robo nivel 2.]

[Aumentar robo: 250 puntos.]

[Puntos actuales: 706.]

Hablando en serio, si mejoro más la habilidad, podré robar objetos más pesados o mejores. Tuve suerte de robar esas semillas antes con mi habilidad en nivel 1. Podría llamarlo un milagro.

Lo subiré al nivel 3, con eso será suficiente.

—Y después ahorraré para mejorar mi agilidad.

Regresé con esas mujeres. Por lo que veo, todavía es muy temprano. ¿Serán las 8 de la mañana? Oh, pero que madrugador soy, ¿no?

Me quedan 456 puntos. Si llego a una ciudad invadida por zombies, podré obtener los puntos que necesito en menos de una hora.

Después de dejar a Mary en el refugio, regresaremos a mi ciudad y mataremos zombies.

Espero que Sakura siga con vida, no me gustaría matar a su zombie, pero tampoco quiero que sepa que soy un zombie. ¿Qué haré si la vuelvo a ver? Digo, ahora que lo pienso mejor, no creo que esté enamorado de ella ni nada por el estilo. ¿Solo la veo como una amiga? Veamos, me la imaginaré desnuda... Sí, efectivamente, me imaginé a su madre desnuda. ¡Me encantan las maduras! ¡Quiero a mi propia milf!

—Por fin regresaste.

Y hablando de mujeres grandes, aquí hay una, pero solo de estatura.

Levanté la mirada para verla. Me siento intimidado. ¿Está mal que esto me esté excitando?

—Buenos días, Número 8. Lo siento, pero estaba aburrido y no quería dormirme otra vez.

—Lo mejor sería que te fueras antes de que las niñas despierten.

Me sentiría ofendido, pero tiene razón. Después de todo, soy un zombie, pertenezco a la especie que mató a su madre. Estar cerca de ellas, pues... es doloroso.

¿Por qué no me siento así? Ellos me quitaron a mi madre.

—Sí... Lo sé.

Me di media vuelta y camino hacia Kiasan.

... ¿Odio a los zombies? Me quitaron mi mundo, mis amigos, a mi madre. Me quitaron todo.

Entonces... ¿por qué no los odio? Los mato solo por los puntos, no por odio. Incluso me siguen excitando las mujeres zombie.

¿Es porque soy un zombie también?

—Maldita crisis de identidad.

El tiempo avanzó y... Y... Tsk. No se me ocurre un monólogo reflexivo acerca de esta situación.

Caminando hacia el horizonte y... Y... ¡Y mueve la colita, mami! ¡Menea el culo, acá, bien sabroso! ¡Hahahahahaha...! Hahaha... Ha... Sí, lo sé, doy pena.

Mary y yo hemos hablado durante todo este tiempo, principalmente de mí. Sobre mis ex novias, mi madre, mi escuela, mis traumas sociables, mi género porno favorito... Bueno, ese último no, pero sería el tema perfecto para una película porno, ¿no lo creen? Que dos supervivientes se encuentren hablando de sus vidas y que, de la nada, ese tema de conversación salga a flote, y que su amiga superviviente combine a la perfección con las actrices de ese género. En mi caso, una mujer madura de más de 35 años.

Ah, ¿por qué siempre termino pensando en estupideces?

—Está despertando.- Dijo Mary.

Es cierto. ¡Oh, pero que adorable se ve bostezando!

Kiasan bostezó y abrió poco a poco los ojos. Pero que linda. ¡Mi corazón se acelera!

¿Esto que siento es el legendario amor parental? Tener hijos era uno de mis sueños, pero me conformo con tener una hija adoptiva. ¡Nada de novios hasta los 30 años, jovencita, o te saco de mi testamento!

—Buenos días, Kiasan.- Le dije, pellizcando su mejilla.

¡Qué adorable! ¡Pronto, aparece chica zombie especial como yo, quiero embarazarte...! ¿Los zombies pueden tener hijos? No me he masturbado desde que todo esto comenzó. ¡¿Tan siquiera puedo tener orgasmos?!

Ah... ¿A esto es lo que llaman...? Bueno, olvidé su nombre, pero era algo de que los humanos deseamos dejar descendencia antes de morir. Cuando una persona siente que está a punto de morir, quiere follar lo más pronto posible para tener hijo. ¿Eso me estará pasando?

—¿Eh? ¿Z-Zei? ¿Q-qué... h-haces?

Te estoy cargando en mis brazos, hija. Digo, Kiasan.

—Hace una hora nos tuvimos que ir, pero no quería despertarte.

—Te ves adorable cuando duermes, Kiasan.- Dijo Mary, acariciando su cabeza.

Sus labios tiemblan y cierra los ojos. Oh, ¿te avergonzaste? ¡Tan linda!

—...

Miré de reojo a Mary.

Ella sigue decaída, pero trata de salir adelante y evita el tema de su hijo y esposo por completo.

Perdió a toda su familia en un día. Perdió a su hijo, su sangre.

Pero mírenla, caminando sin titubear, con la mirada hacia adelante. ¿Qué estará pasando por su cabeza? Ni siquiera puedo imaginarlo.

—¿P-puedes... b-bajarme?

¿Hmmm?

—Fufu. ¿No te gusta que te carguen como una princesa, linda? Jeje.

Ella rápidamente agitó su cabeza de un lado hacia otro. Que gran negativa.

—N-no soy... u-una n-niña.

¿Qué...? Ah, es cierto. Había olvidado esa parte paranormal de ser un fantasma controlando el cuerpo zombie de una pequeña niña.

La bajé y estiré mis brazos. Ah, brazo, te recuperé por completo. Ni siquiera parece que ayer me rompieron la madre.

—Mi regeneración es increíble. Ayer estaba destrozado y ahora estoy ileso.

Comencé a dar puñetazos en el aire. ¡Me siento lleno de energía!

—Aunque, si tu regeneración es así de poderosa, debe ser lo mismo para los zombies normales. ¿Podrán regenerarse si destruyen su cabeza?- Dijo Mary.

—Pues, hasta ahora, ningún zombie se ha regenerado. Y los puntos me los han dado, confirmando sus muertes.

—Entonces debes tener cuidado con tu cabeza.

—Ah, sí, lo sé.

Oh, veo la autopista, ya casi salimos del bosque.

Decidimos tomar un atajo por el bosque. Es más peligroso, considerando los monstruos de fantasía que nos invaden, pero Mary quería estar rodeada de árboles para sentirse más tranquila, o eso supongo. Ella lo sugirió y yo acepté de inmediato, sin preguntas.

Pisamos la autopista y miramos hacia ambas direcciones. Vacío, y sin muertos a la vista. Ah, que... incómodo se siente. Es como estar en una película de terror.

Mmm... Veo casas a lo lejos, indicios de que estamos cerca.

—Creo que pronto llegaremos a la ciudad Hersi. Esperemos que sean ciertos los rumores.

—¡Mira, Zei!- Dijo Mary, sacudiendo mi brazo como una pequeña niña emocionada y apuntando algo con su dedo.

¿Qué es lo que la emociona tanto?

Volteé a mi izquierda... No... me... jodas. ¡¿Existen esas cosas también?!

—¡¿Unicornios?!

¡Los legendarios caballos con cuernos! ¡Dos Unicornios corriendo juntos! ¡Genial!

—A mi hijo le hubiera encantado verlos.- Dijo, con una sonrisa en su rostro y... sin lágrimas en sus ojos.

Llorar no te hace débil, pero no diré nada al respecto.

—¿Quieres montar uno, Mary?

—¿Montar?

—No soy religioso, pero... Tal vez... ¿Cómo puedo decirlo...? Puedes montar uno y contarle a tu hijo lo que se siente hacerlo. Existen los fantasmas, así que es probable que sí exista el paraíso y, tal vez...

Mierda, casi la cago.

Me agaché y le susurré en el oído a Kiasan.

—¿Hay muchos fantasmas en el mundo?

Ella negó con la cabeza.

—N-nunca vi... o-otro.

Entonces debe ser difícil convertirse en fantasma después de morir. ¿O todos están condenados a no poder salir del lugar en donde murieron?

M-mejor no pienso en eso.

Me levanto rápidamente y me preparo para correr.

—¿Qué dices? Es el sueño de toda mujer, ¿no?

—Sexista.- Dijo Kiasan.

—¡No soy sexista! Es más, hasta yo quiero montar uno.

—Gay.

—¡No soy gay!

Mary se rió un poco de nosotros y asintió con la cabeza. Jeje. Gracias, Kiasan, logramos darle un poco de diversión.

—Sí, suena bien. Gracias... ¿Y cómo me subo a uno?

Esa es la parte difícil.

—Bueno... Pues...

Comencé a correr con todas mis fuerzas y me acerqué corriendo hacia los Unicornios.

Esto es una estupidez, lo sé, ¡pero soy más rápido que ellos!

¿Qué? ¿Creyeron que mi cuerpo sobrenatural solo servía para tener más fuerza? ¡Están muy equivocados! ¡Soy capaz de correr a más de 100 kilómetros por hora! O eso creo. Leí una vez que un caballo puede correr a 70 kilómetros por hora, y como me estoy acercando a ellos, ¡eso significa que corro más rápido que ellos!

¡Los alcancé en menos de 19 segundos! ¡Ya casi...! ¡Uwaaaah!

Al intentar frenar un poco para correr a la misma velocidad que ellos, perdí el control de mi cuerpo y tropecé. ¡No estoy acostumbrado a correr a esta velocidad! Sí, sí, ríanse de mí. No las escucho, pero hasta yo me reiría de mí.

¡No me rendiré!

Me volví a levantar y los alcancé nuevamente. ¡Esta vez no...! ¡Uwaaaah!

¡Ahhhhhhhhh! ¡Olvidé que los caballos cagan mientras corren! ¡Ese Unicornio de mierda cagó y me resbalé con su mierda! ¡Te comeré después de que Mary te monte!

¡Una vez más, a la verga!

¡Ya casi...! ¡Sí, te alcancé, perra!

—Son mágicos, ¿no? ¿Pueden hablar?

No me contestan, así que eso es un no.

Su cuerno es hermoso, blanco y brillante. Quiero tocarlo. ¿Lanzarán rayos mágicos con esas cosas? ¿Usarán el poder de la amistad?

Acerco mi mano. Un poco más y...

—¡No me toques, impuro desgraciado infeliz de mierda!

—¿Eh? ¡Uwaaaah!

¡Cuando estuve a punto de tocarlo, el Unicornio habló y me dio una patada en la entrepierna! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Me duele, me duele...! Jeje. Que gran actor soy, ¿verdad? Hasta me retuerzo en el suelo.

¡Pero eso no quita el hecho de que me golpeaste en mi zona sagrada sin ni siquiera darme un besito!

Tsk. Maldita. ¡Tienes suerte de que...! ¿Eh?

A-ambos Unicornios se pararon frente a mí. Sí, se pararon, en dos patas. ¡¿Eso es posible?!

—Esto... Hola, señoritas. Lindo día, ¿no lo creen?

Levantaron sus patas.

—¿Por qué no dialogamos como los seres inteligentes que somos, hermosas?

Negaron con sus cabezas.

—Impuro asqueroso.- Dijeron ambas.

¡Comenzaron a darme patadas en mi zona sagrada! ¡Uwaaaah!

¡Y lo hacen mientras se ríen y me escupen! ¡Desgraciadas!

—¡Solo las personas puras pueden tocarnos, hijo de perra ignorante!

—¡Mi madre era una santa!

...

...

...

Ay, ay. Me patearon la entrepierna por 2 minutos y se fueron.

Listo, ya me puedo reír.

—¡Hahahahahaha! ¡No siento dolor, perras!

¿Qué? ¿Cobarde? ¿Solo porque lo dije cuando me aseguré de que ellas estuvieran muy lejos para que no puedan escucharme? ¡Se llama supervivencia!

—¡Ni que estuvieran tan hermosas!

Los Unicornios hablan. Debo conseguir alguna libreta para tomar apuntes de esto.

Regresé con las chicas con la cabeza abajo y la dignidad hecha pedazos. Estoy lleno de saliva de caballo. Ah... ¡Me lleva la verga!

—Lo siento, fallé.

—¿Estás bien? Esos Unicornios te golpearon muy fuerte.- Dijo Mary, claramente aguantándose la risa.

Ríete, no te preocupes, sé que es muy gracioso ver a alguien siendo golpeado por caballos en dos patas. ¡Suena ilógico, y es porque la lógica abandonó nuestro mundo!

—Puedes reírte todo lo que quieras, no siento nada de dolor. Solo mi orgullo está lastimado. ¡No es mi culpa ser impuro...! Bueno, la verdad es que sí es mi culpa. Jeje.

—P-pervertido.- Dijo Kiasan.

Ay, sí entendiste eso de la pureza.

Aunque, ¿es porque no soy virgen o porque soy un zombie? Tengo entendido que ser puro es ser virgen.

—¿Impuro?- Dijo Mary.

—Creo que solo las personas puras pueden tocarlas o algo así. Supongo que se refiere a la virginidad.

—Es una lástima. Entonces creo que solo Kiasan podría montar uno.

¿Ella...? ¡Ahhhhhhhhh! ¡Noooooooo!

Temblando, miré de reojo a Kiasan y ella levantó su pulgar.

—S-sí p-puedo.

¡Sí!

—¿Moriste virgen?- Preguntó Mary.

Ella negó con la cabeza.

¿Eh? ¡Noooooooo! ¡Mi hija fue profanada! ¡Buscaré a ese desgraciado y me lo comeré!

—N-no lo... s-sé. N-no t-tengo... r-recuerdos.

Ay, es cierto. ¡M-mejor ya no pienso en esto!

—¡Sigamos caminando! ¡Uno, dos, tres y cuatro!

Al menos logré hacer reír a Mary y eso puso una sonrisa en su rostro. ¡No fue un desperdicio de tiempo!