Vizconde Felberta

—¡Por fin, por fin tengo mi truco! —Nux se regocijó por dentro.

—¡Nux! —De repente, escuchó a alguien gritar su nombre y sus pensamientos rápidamente volvieron a la tierra.

—Ah, ¿eh- qué? —preguntó, mientras su mirada finalmente se posaba en el Vizconde Felberta.

—¿En qué estás pensando que es tan importante que tengas el descaro de ignorarme? —inquirió el Vizconde al mirar fijamente a Nux.

—Ah, e-esto... L-lo siento. Solo que nunca había visto a alguien tan hermosa como tú, y me perdí... —respondió él incómodo, con un ligero sonrojo en su rostro.

Realmente suave.

No, no se le ocurrió esto por impulso.

Lo había preparado todo antes de siquiera conocer al Vizconde.

Por supuesto, no predijo que obtendría su Truco, sin embargo, planeó actuar atontado y luego halagarla así.

Después de todo, necesitaba impresionarla.

Su respuesta funcionó de maravilla ya que la mirada del Vizconde pasó de ser una mirada fulminante a una cálida.

—¡Ja! Este juego está en modo fácil —Nux pensó por dentro al notar el cambio en su expresión.

Sin embargo, no estaba mintiendo cuando dijo que nunca había visto a alguien tan hermosa como la Vizconde Felberta.

Pensó que sería como alguna dama gorda y fea, pero ella... Vaya, ella era un ejemplo clásico de una MILF!

Su perfecta figura de reloj de arena era tan encantadora como podría ser, Nux no pudo evitar echar un vistazo a esos pechos lechosos que serían suficientes para que un weeb normal muriera de una hemorragia nasal. Su cabello de cuervo hacía juego con el de Nux, mientras que sus ojos negros eran tan profundos como un abismo. Sus cejas finas, nariz pequeña y labios rojos y jugosos como una cereza la hacían parecer una súcubo seductora.

Incluso se preguntó por qué una mujer como ella querría un Juguete de Chico para ella.

Fácilmente podría tener a cualquier hombre que quisiera.

¿No solo eso, sino que también le daría dinero al hombre que contrate?

¡Pero qué...!

Nux estaba seguro de que muchos hombres pagarían por convertirse en su Juguete de Chico.

—No es un problema, solo ten cuidado de ahora en adelante. Bien, te lo preguntaré de nuevo, ¿estás listo para abandonar tu vida normal y quedarte conmigo por el resto de tu vida? —Preguntó ella.

—Por supuesto. —Aunque esta respuesta era la misma que antes, si uno mira detenidamente, había un brillo diferente en sus ojos dorados. Una mirada de depredador.

Ya no era el mismo de antes.

Antes, solo quería ser un juguete de chico para poder llevar una vida estable, pero ahora...

Ahora no estaba aquí solo para ser un juguete de chico o un gigoló, ahora quería conquistar a esta mujer llamada Felberta.

Echó un vistazo a su habilidad ridículamente poderosa, el [Toque Anhelante], y pensó en diferentes formas de conseguir más mujeres y aumentar su poder.

—¡Truck-kun, mi amigo! ¡Definitivamente estaba en serio cuando dije que quería que me atropellaras! ¡Jajaja! —pensó exultante.