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Sin Límites

Jessica Romanov era sinónimo de desastre. Su hermosa y delicada apariencia  no revela  ni la mitad de los demonios que lleva dentro. La lucha constante en su interior por expresar quien realmente es y quien los demás quieren que sea conlleva a muchas situaciones que ella no esperaba. Sobre todo no esperaba conocerlo a él ... Stephen, el socio millonario de su padre. Una noche de alcohol en Las Vegas  bastó para que sus personalidades se vean totalmente expuestas y con ello se llevarán más de una sorpresa. Ella es impulsiva, descontrolada, desconfiada, vive su vida sin importarle lo que dirán y hace lo que le nace en el momento. Toda situación que involucre a Jessica, siempre será una aventura. El, al contrario, es obsesivamente controlador, poderoso, reservado y precavido. Sabe muy bien lo que vale y no dejará que ninguna mujer lo atrape, porque ninguna tiene lo que él necesita. O eso es lo que cree hasta que la conoce. Cada vez que sus mundos se crucen, se verá el estallido de fuegos artificiales... O la detonación de una bomba nuclear. Se prohíbe expresamente la distribución, copia o plagio de esta obra sin previo consentimiento del autor, ya sea fuera de esta plataforma o en la misma. Respeta el trabajo ajeno.

NaiiRomanova · 现代言情
分數不夠
31 Chs

| Carnada para Nerds |

Era consciente que en la vida todas las personas dejaban una enseñanza, una experiencia y por sobre todo una huella difícil de borrar. Había personas que te marcaban de forma positiva, te volvían una mejor versión de ti mismo, regalaban buena vibra, nutrían el alma y te alegraban el corazón.

Y después estaban las personas como Nicolae Maximoff. Cuando pensaba en la palabra maldad, su rostro venía a mi cabeza. Era veneno puro, mentiroso, hipócrita y manipulador.

El malo que aparenta ser bueno es lo peor que te puede suceder. No lo ves venir, no te lo esperas. En cualquier escenario que pudieses plantearte, esa persona nunca estaría involucrada.

Llegue al imponente edificio en el cual trabajaba con un dolor punzante en la nuca a causa de mis pocas horas de sueño. Debo admitir que la presencia de Nicolae me alteraba, pero no podia dejar que eso afectara mi día a día. Al atravesar el vestíbulo la recepcionista de Sky Corporation me detuvo posicionándose delante de mi.

—Buenos dias, señorita Romanov —emitio una agradable sonrisa que dejo ver su hermosa dentadura y me obligo a preguntarme si seria que era requisito de los que estaban en constante atencion a otras personas tuviesen piezas buenas dentales —.Su padre ha solicitado su presencia en la sala de reuniones.

—Perfecto, gracias.

Me parecía innecesaria la formalidad, un simple mensaje a mi celular hubiera bastado. Digo, se trataba de mi padre y no de un extraño, aunque muchas veces lo pareciera.

Antes de llegar al encuentro con el gran jefe, choque de bruces con su asistente ni bien puse un pie fuera del elevador. Se veía fatal, incluso peor que yo que solo había dormido tres horas y mis ojeras llegaban al piso pero estaban muy bien disimuladas gracias a Fenty Beauty.

Por mi cabeza se pasó la idea de obsequiarle algo de esa linea.

—¡Lo siento mucho, Jess!

—Esta bien, linda. Estaba distraída, fue mi culpa —me dedique a inspeccionar su rostro. Sus mejillas casi no tenían color, los labios pálidos y agrietados y su mirada se encontraba perdida —.¿Te encuentras bien?

—Si, ¿Por que preguntas?

—Basicamente... por lo que observo —me cruce de brazos y ella se tomo el tiempo de ver su reflejo en el gran espejo que tenia el lugar y hacer una mueca. Se acomodo el cabello y volvió su vista hacia mi.

—Tuve un pleito con mis padres —suspiró pesadamente — Creen que estoy yendo por el camino de la perdicion, que ire al infierno y que las mujeres respetables no aparecen en su casa en mediodía y con resaca despues de haber ido a una fiesta la noche anterior. ¡No podre salir por mucho tiempo!

Sinceramente eso estaba muy lejos de mi comprensión. Sienna era mayor de edad y no conocía a nadie tan responsable como ella. Estaba finalizando sus estudios en secretariado administrativo y no faltaba un solo día al trabajo, incluso hacía horas extra muchas veces.

—¿Puedo hacerte una consulta? —dije frunciendo la nariz. Ella me lanzo una mirada curiosa y asintió con la cabeza —.Tienes veinticuatro años, estudias, tienes un trabajo con un buen salario y buenas prestaciones. Eres muy independiente para todo aquello, ¿todavía debes pedir permiso para salir con amigos?

Hizo una mueca que deformó sus lindas facciones.

—Mientras viva bajo su techo, las cosas se hacen a la manera de mis padres y sinceramente ya estoy un poco cansada de escuchar todo el tiempo lo mal que manejo mi vida y lo decepcionados que están de mi.

—Créeme cariño, te entiendo mas de lo que crees. Tu mejor solución es ser valiente, tragar tus miedos y buscar tu propio lugar.

—¡No puedo, Jess!—exclamo sollozando —,seria lo peor que podría hacerles. Ellos no son como tus padres, me matarían antes de dejarme salir de casa para vivir sola.

La observé pensativa. Era sumamente difícil enfrentarte a tus padres pero en situaciones era muy necesario.

—Legalmente tienes la edad y no tienes las facultades mentales perturbadas que yo sepa. Si intentan retenerte seria privación ilegitima de la libertad y podrían ir a prisión —asegure poniendo una mano en su hombro para confortarla —.Toma tu decision, yo te apoyare y te ayudare a conseguir un lugar si me lo permites. No dejes que tus padres se apropien de tu vida, Sienna.

Aquello ultimo salió desde el fondo de mi corazón. Esas palabras eran las que me había repetido durante mucho tiempo a mi misma. La libertad es innecesaria si las personas a las que se les brinda no son capaces de pensar y actuar por si mismas.

—Déjamelo meditar bien —pasó la palma de la mano por la frente —.Eso seria un paso muy importante para mi.

—Puedo asegurarte que tener lejos a padres manipuladores es la mejor decisión que podrías tomar en toda tu maldita vida —exclamé.

Parecía que me hablaba a mi misma. Pensaba en toda la transición que había hecho estos últimos tres años gracias a mantenerme lo más alejada posible de ellos.

Sienna bajo la mirada y se estiró un poco el cuello con intensiones de relajarse. Luego volvió su mirada hacia mi y esa sonrisa agradable y afectuosa.

—Gracias por tu apoyo, Jess —tomo mi mano con ternura —.Eres una buena persona.

Trague duro.

Odiaba profundamente cuando decían aquello. No era una buena persona, nunca lo había sido. Hacia buenas acciones porque intentaba expiar mi alma de tanto dolor y frustración.

—¿Sabes donde se encuentra mi padre? —mi expresión había cambiado, intenté alejar la tristeza que me inundaba y solo cambié el tema.

—Te espera en la sala de juntas. Ha llegado muy temprano —confirmó mientras se hacía una coleta alta en su cabello ondulado del color del fuego.

—¿Acaso la reina Simmons lo echo de casa? ¿O quizá se ha conseguido una amante nueva?

Las mejillas de Sienna comenzaron a encenderse hasta adquirir un tono rojo bastante exagerado.

Apostaba que solo imaginar a su jefe dañando la sagrada esencia del matrimonio era inaudito para ella, pero lo que no sabia es que no había nada inaudito en las practicas de Vittorio Romanov; así como se creía en la teoría del criminal nato, yo tenia mi teoría que mi padre había nacido siendo mujeriego y que en su cerebro podía entrar cualquier tipo de información, a excepción de lo que significaba la palabra «Fidelidad»

Eran incontables las veces que siendo pequeña había presenciado los reclamos de Lara en cuanto a sus engaños descarados, sin contar que esa era la razón por la cual nunca había tenido niñera. En algunos casos, justificaba de esa forma el carácter tosco y amargado de mi madre.

Ingrese a la sala de juntas esperando tener a todos los directivos reunidos en el lugar, pero para mi sorpresa encontré únicamente a mi padre y a Justin Addams, quien me lanzo la mirada mas encantadora que había visto desde que había comenzado el día.

—Buenos dias, Jess. ¡Estas... radiante! —dijo el castaño en tono exagerado.

Sin dudas la definición de radiante en su diccionario no era la misma que en el mío. Llevaba un vestido negro hasta la rodilla, el único que había encontrado tan recatado como para poder ir a trabajar y que me hacia sentir una viuda camino a un funeral. Mi cabello estaba recogido en una coleta baja y apenas tenia maquillaje para contrarrestar mis ojeras. Lo único radiante eran mis tacones negros de la nueva colección de Jimmy Choo.

—¡Justin! —gruño mi padre haciendo un movimiento extraño con su mano derecha —¡Concéntrate en lo que estabas haciendo!

—Buenos días, Justin —, dejé mi cartera sobre la gran mesa de vidrio laqueado y me senté a un lado de él —.Buenos días para ti también, Shrek.

—Lo siento, cariño —me sonrió de forma cálida —.He tenido un comienzo de día muy agitado y ya estoy agotado.

—¿Necesitabas algo de mi?

—Si —apretó los labios, se echó hacia atrás en su asiento y puso expresión sería en el rostro —Necesito que asistas conmigo al evento que se realiza en el Hilton esta noche.

—Lo siento, no puedo. Ese evento es para inversionistas y empresarios, ¿para qué necesitarías que asistiera?

Detestaba esos eventos a los que muchas veces mi madre me había obligado a acompañarla cuando era adolescente. Estaban llenos de hombres con billetera abultada que creían ser capaces de comprar a una mujer. Eran asquerosos, pervertidos en la mala forma de la palabra.

—Liam Swanson ha confirmado que llevará a muchos de sus amigos millonarios. Al parecer ha quedado completamente alucinado contigo y llamo varias veces para preguntar si asistirías.

Mi rostro se deformó mostrando indignación. ¡No podía creer lo que escuchaba! ¡Era inaudito!

—¡Que buen padre! —reclame irritada —¿Me usas de carnada para nerds?

Se quedó pensativo unís segundos pero luego lanzó una carcajada relajada.

—Oh, vamos. En la guerra, los negocios y el amor... todo vale. No te estoy pidiendo que tengas una cita con el, solo que asistas. Tu sola presencia será suficiente —Levantó su cuerpo del asiento, dejando ver su traje fino de color gris cobalto —Además, preferiría que no te involucraras con ninguno de mis socios ¡No quiero terminar en ruinas por culpa de algún imbécil ex socio resentido!

De solo escuchar eso la imagen de Stephen vino a mi. Si supiera que nos hemos involucrado enloquecería completamente.

—Es demasiado sexista lo que estás pidiendo —asegure aún enfadada por su pedido.

—Todo lo que haga un hombre en esta época se considera sexista —puso los ojos en blanco y tomó de su copa de agua —.Vamos Jess, ¡solo por esta noche!

—Bien, buscaré un vestido lo más seductor posible para cautivar a los nerds —masculle.

—Jessica, no te pases —advirtió frunciendo el ceño con voz gruesa y despiadada —, soy tu padre... ¡No necesito saber eso!

Justin levantó la mirada hacia él y chasqueó la lengua con burla. Estaba molesto, podía entender que quizá en su mente albergaba la esperanza de tener en algún momento la oportunidad de retomar lo que hemos dejado ya hace mucho.

Pero eso no iba a pasar nunca.

—Eso suena bastante hipócrita dado el hecho que le estás pidiendo que asista solo porque a Swanson le parece bonita —expresó enfrentando a mi padre.

Vittorio enarcó las cejas ligeramente sorprendido por la actitud de su mano derecha, señaló el artefacto que estaba frente al castaño y entrecerró los ojos.

—¿Qué parte de «concéntrate en lo qué haces» no has entendido? —exclamó con desagrado y el castaño volvió a lo que fuese que estuviera haciendo con el portátil; la vista de mi padre volvió hacia mi —.Solo tienes que asistir, no debes quedarte toda la noche si no quieres.

—¿Eso es todo? —pregunté —Volveré a lo mío.

—Si. Gracias hija.

Caminé a mi despacho con intensiones de seguir con mi trabajo. Al abrir mi bandeja de email me sorprendió tener varios acumulados de un tal Christian Phoenix con propuestas laborales pero ni siquiera me tomé el trabajo de leerlos. Vittorio aún no se daba por vencido en sus planes, yo no estaba dispuesta a provocarlo y ninguna empresa tendría el valor necesario para enfrentarlo mucho menos ahora que Sky Corporation tenía sociedad con Stephen James.

Suspire de solo imaginarme libre, trabajando de lo que me agradaba y no teniendo que asistir a eventos para conseguir aún más contratos siendo simpática con idiotas.

Mi celular sonó por quinta vez en la mañana. No necesitaba siquiera ver la pantalla para saber que quien tenía tanta insistencia en hablar conmigo, era Mister Intensidad James. Me debatí el atender la llamada o no, pero termine cediendo.

—Hola

—¡Al fin atiendes! —podía notar la ofuscación en sus palabras.

Puse mis ojos en blanco.

—Estaba en una reunión con mi padre. ¿Qué es lo que quieres?

—Quería preguntarte si esta noche se te apetecía ir a algún lado a cenar —su tono se suavizó, mostrando al Stephen que si me atraía como mosca al dulce, el que no era controlador.

—No puedo. Vittorio me ha obligado a asistir al evento de inversionistas en el Hilton a pedido de Swanson —relate mientras me acomodaba en la silla —Al parecer piensa que soy hermosa, con un cuerpo escultural, inteligente y potencialmente exitosa.

Iba a ir al maldito infierno por jugar con sus celos, lo sabía, pero no podía evitarlo. Hubo un silencio sepulcral durante unos segundos y cuando estaba a punto de preguntar si se había desmayado o debía llamar al 911, reaccionó.

—Imagino que has dicho que no... —susurro con voz ronca. Esa voz ronca que me encendía cuando intimábamos pero que ahora tenía un tinte de peligro en su tono.

—Imaginas muy mal.

—¡No me lo puedo creer! ¡Es humillante! —gritó molesto. Lo que no sabía era si lo decía por mi o por el —¿Como puede ofrecerte de esa manera tan descarada?

—Solo ha pedido que asista, no que duerma con el.

—Iré contigo, de todas formas debía asistir aunque no me apetecía —aseguró determinante —.Paso por ti a las nueve.

—¡Claro que no! —me queje. Me volvía loca cuando intentaba asfixiarme con su atención como si fuese una niña y sacaba lo peor de mi —.Iré por mi cuenta, no necesitas marcarme el paso, Stephen ¡Ubícate en tu tiempo y espacio!

—Lo siento —se escuchó la manera en que exhalo el aire de sus pulmones frustrado.

—Debo colgar.

—Jessica...

Apague el teléfono molesta.

Era un tipo de relación donde disfrutábamos del placer carnal que nos daba el sexo, pero el tatuado parecía haberse comido el rol de padre protector que por lo visto Vittorio no.

No necesitaba que me protegiera, yo era lo suficientemente capaz para hacerlo sola.

El resto del día intenté no caer en la tentación de leer los veinticinco mensajes de disculpa que había envidado Stephen. Al terminar la jornada laboral volví a cruzar palabras con Sienna quien recapacitó y aceptó mi propuesta de ayudarla a buscar su propio lugar.

Propuse que tomara la habitación contigua a la mía en mi casa, la que suele usar Mackenzie cuando se queda a dormir, pero alego que no quería ser una molestia y aunque insistí muchas veces no aceptó.

No imaginaba como podían reaccionar sus padres cuando les planteara la situación. Los míos habían hecho un escándalo, pero todo había mermado gracias al apoyo de mi tía Leighton quien prometió a Vittorio ceder todas las acciones que le correspondían de la empresa si ambos dejaban que yo viviese en su departamento.

Leighton Romanov quería asegurarse que tuviera una vida normal antes de irse a vivir definitivamente a Bangladesh, la única forma era alejándome lo más que pudiera de mis padres y aunque no era mucho, vivir en un lugar diferente había sido bastante beneficioso para mi estado mental.

La extrañaba y sentía la necesidad de verla.

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