webnovel

Cap33: Examen De Graduación Ninja

Mientras Yasuke inspeccionaba las cicatrices en el pelaje blanco del leopardo, su mente se sumergía en el pasado, imaginando los numerosos enfrentamientos que el animal debió haber enfrentado para obtener esas marcas. Cada cicatriz contaba una historia de supervivencia en el implacable Bosque de la Muerte, donde cada día era una lucha por la vida.

Al examinar una gran herida cicatrizada en la espalda del leopardo, Yasuke notó que tenía una forma distintiva, similar a la de una garra. Era evidente que esta lesión había sido causada por otro depredador del bosque, en un enfrentamiento que debió ser feroz y despiadado.

Después de asegurarse de que la herida estaba bien cicatrizada y no presentaba signos de infección ni complicaciones, Yasuke continuó con su inspección. Se detuvo un momento para observar el pelaje del leopardo, notando la suavidad de sus blancas y escasas manchas oscuras, que apenas se distinguían entre la blancura predominante.

Con cuidado, Yasuke revisó cada centímetro del cuerpo del leopardo, buscando cualquier señal de herida o malestar. A medida que sus manos expertas exploraban el pelaje del animal, su mente permanecía alerta, consciente de los peligros que acechaban en las sombras del bosque.

Finalmente, al no encontrar ninguna otra herida significativa, Yasuke se sintió aliviado. Parecía que el leopardo albino había sobrevivido a sus encuentros anteriores y estaba en buen estado de salud, a pesar de la herida reciente en su hombro.

Mientras Yasuke continuaba inspeccionando al leopardo, su atención se centró en la región del vientre del animal. Con cuidado y sin hacer movimientos bruscos, se inclinó hacia abajo para examinar más de cerca esa área. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a su objetivo, una pata del leopardo se alzó de repente y lo apartó con fuerza.

Yasuke se sorprendió por el movimiento repentino del animal, sintiendo la presión de la pata que lo apartaba. Levantó la vista rápidamente para encontrarse con la mirada amenazante del leopardo, que parecía estar advirtiéndole de no acercarse más.

Aunque no sabía aún la razón exacta detrás del gesto amenazante del leopardo, Yasuke percibió una nota de temor en su comportamiento. Mientras inspeccionaba el cuerpo del animal, notó que este evitaba ciertas áreas, en particular la región del vientre.

Al darse cuenta de esto, Yasuke comprendió que había algo más detrás de la reacción del leopardo. Podría ser que el animal estuviera protegiendo algo, algo precioso para él. Aunque no estaba seguro de qué podría ser, decidió respetar la voluntad del leopardo y no insistir en investigar más esa zona.

Mientras continuaba su labor, Yasuke reflexionaba sobre la compleja relación que estaba desarrollando con la bestia. Aunque habían tenido un comienzo difícil, ahora estaban encontrando una forma de comunicarse y entenderse mutuamente. Yasuke estaba decidido a seguir cuidando y protegiendo al leopardo albino mientras se enfrentaban juntos a los desafíos del Bosque de la Muerte.

Yasuke, habiendo concluido el tratamiento al leopardo, se preparó para abandonar el tronco hueco. Decidió dejar el refugio al animal para que pudiera descansar y recuperarse adecuadamente. Avanzaba lentamente hacia la salida cuando de repente sintió que su cuerpo se volvía lánguido, sus fuerzas disminuyeron y el tambaleo en su cuerpo se intensificó hasta el punto en que no pudo mantenerse en pie

Con el corazón lleno de desconcierto, Yasuke vio cómo la salida se alejaba cada vez más mientras luchaba por mantenerse en pie. Finalmente, su cuerpo cedió ante la debilidad y cayó hacia atrás con todas sus fuerzas, esperando el duro impacto contra el suelo.

Sin embargo, en lugar de sentir dolor, una suavidad reconfortante lo recibió. Se encontró envuelto en una sensación de comodidad indescriptible mientras sus ojos se cerraban lentamente. Antes de sumirse por completo en la oscuridad, vislumbró un pelaje blanco que lo rodeaba, ofreciéndole una sensación de seguridad y protección que lo tranquilizó.

Con movimientos suaves, el animal examinó a Yasuke, asegurándose de que estuviera cómodo y protegido. El pelaje blanco del leopardo contrastaba con la oscuridad del bosque, creando una imagen surrealista de calma y serenidad. La serenidad del bosque envolvía el momento, como si la naturaleza misma estuviera velando por ellos en ese instante de necesidad.

Después de despertar horas más tarde, Yasuke notó la suavidad del pelaje en el que estaba recostado. Al mirar hacia arriba, vio al dueño de ese pelaje y extendió la mano hacia él. El animal, con gesto gentil, apoyó su frente bajo la mano de Yasuke, como si buscara consuelo en su contacto.

Yasuke acarició suavemente al animal, sintiendo una conexión especial en ese momento tranquilo. Sin embargo, la armonía se vio interrumpida por el gruñido hambriento de su estómago, rompiendo la calma con crudeza. El animal, aparentemente avergonzado por la interrupción, apartó la mirada, pero Yasuke solo pudo sonreír ante la situación.

Con una pequeña sonrisa, Yasuke se puso de pie y se dirigió hacia la salida, sintiendo la presencia del animal detrás suyo. Antes de salir, se detuvo y se volvió hacia el animal.

—Parece que ambos tenemos hambre. ¿Qué te parece si buscamos algo para comer juntos? — Propuso Yasuke, ofreciendo una oportunidad de colaboración y compañerismo. El animal entendiendo las palabras de Yasuke, se levantó y lo siguió con entusiasmo.

En la oscura noche del bosque, el silencio envolvía el entorno, haciendo aún más difícil la tarea de cazar. Yasuke, acostumbrado a buscar presas durante el día, se sentía incómodo en ese ambiente nocturno. A pesar de intentar moverse con el mayor sigilo posible, sus pasos aún alertaban a los pequeños animales que habitaban el bosque.

Frustrado por su falta de destreza en la caza nocturna, Yasuke se detuvo un momento para recobrar la compostura. Sin embargo, su atención fue rápidamente captada por la figura majestuosa de su nuevo compañero de caza. El leopardo albino estaba de pie frente a él, sosteniendo con orgullo un ave entre sus colmillos.

El brillo en los ojos del leopardo parecía decirle a Yasuke que no era necesario preocuparse por la caza, ya que el animal había logrado atrapar una presa por sí mismo. Con una expresión de suficiencia, el leopardo miró a Yasuke, como si estuviera diciendo: "No te preocupes, yo estoy aquí".

A pesar de su frustración inicial, Yasuke se negó a rendirse. Decidió intentarlo varias veces más, moviéndose con cautela entre los árboles en busca de presas. Sin embargo, cada intento resultaba en más frustración, ya que no lograba atrapar a ninguna presa.

Con el ánimo cada vez más bajo, Yasuke se detuvo un momento para tomar aliento. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su compañero leopardo había vuelto a tener éxito en la caza. Esta vez, el animal tenía otra presa entre sus dientes, demostrando una vez más su habilidad y destreza en el bosque.

Yasuke no pudo evitar sentir una mezcla de admiración y envidia hacia el leopardo. Aunque estaba agradecido por la ayuda de su nuevo compañero, también se sentía un poco frustrado por su propia incapacidad para atrapar presas. Sin embargo, decidió no dejar que la frustración lo dominara y en cambio, se centró en aprender de la habilidad cazadora del leopardo.

Yasuke observaba atentamente cada movimiento del leopardo mientras cazaba. Notó cómo el animal, a pesar de su corpulento cuerpo, parecía moverse con una gracia y agilidad sorprendentes. Cada paso del leopardo era calculado, minimizando el ruido y manteniendo un equilibrio perfecto en su cuerpo.

Impresionado por la habilidad natural del leopardo, Yasuke decidió aprender de su compañero. Se acercó con cuidado al animal, observando de cerca cómo colocaba su peso de manera estratégica para evitar hacer ruido. Notó cómo el leopardo distribuía su peso de manera uniforme en sus patas, manteniendo un equilibrio perfecto incluso en terrenos difíciles.

Con determinación, Yasuke intentó imitar los movimientos del leopardo. Con cada paso, se esforzaba por colocar su peso de manera similar, tratando de mantener el equilibrio y minimizar cualquier ruido que pudiera alertar a las presas. Aunque al principio le resultaba difícil, poco a poco comenzó a comprender los principios básicos de la caza silenciosa.

Justo cuando creía que tenía dominada la técnica, Yasuke intentó cazar una pequeña ave que descansaba en una rama de un tronco. Saltando de rama en rama, utilizando lo que había aprendido del leopardo, se acercó a una distancia relativamente cercana, reduciendo la distancia a unos 5 metros. Estaba a punto de dar el último salto cuando comenzó a imaginar la satisfacción de su victoria en la caza.

Sin embargo, justo en el momento crucial, perdió momentáneamente la concentración. Un ligero descuido hizo que pisara de forma incorrecta, desequilibrándose y resbalando bruscamente sobre la superficie redondeada de una rama.

El dolor de la caída resonaba en todo su cuerpo mientras Yasuke maldecía su mala suerte. Sin embargo, su frustración se vio eclipsada por la vergüenza cuando notó una sombra blanca temblando entre los arbustos cercanos. Al enfocarse más en la figura, se dio cuenta de que era el leopardo albino, que ahora parecía estar riendo y burlándose de él con sus ojos brillantes.

Una mezcla de irritación y diversión se apoderó de Yasuke al darse cuenta de que su compañero había sido testigo de su torpeza. Aunque inicialmente se sintió avergonzado por su error, pronto una sonrisa se formó en su rostro al darse cuenta de la ironía de la situación.

— ¿Te divierte verme caer, compañero? —preguntó Yasuke con una risa contenida mientras se ponía de pie y sacudía el polvo de su ropa.

El leopardo albino, con una expresión traviesa en su rostro, emitió un suave gruñido que sonaba como una risa. Parecía disfrutar del espectáculo más de lo que Yasuke hubiera imaginado.

— Está bien, está bien, supongo que me lo merezco por mi arrogancia —admitió Yasuke con una sonrisa, aceptando la lección humildemente.

Con un gesto de complicidad entre ellos, Yasuke y el leopardo continuaron su cacería, esta vez con Yasuke más consciente de la importancia de mantener la concentración y el equilibrio en todo momento. Aunque su orgullo había sido herido, estaba determinado a aprender de sus errores y seguir adelante con su compañero de caza en el Bosque de la Muerte.

En la oscuridad del bosque, Yasuke observaba con asombro los movimientos del leopardo albino mientras avanzaban entre los árboles. Cada paso del animal era una lección de sigilo y destreza, como si estuviera danzando en armonía con la naturaleza misma. Yasuke se esforzaba por captar cada detalle, cada movimiento fluido que el leopardo ejecutaba con maestría.

Con el corazón lleno de admiración, Yasuke notaba cómo el leopardo distribuía su peso de manera cuidadosa, asegurándose de no hacer ruido al pisar sobre las hojas secas del suelo forestal. Sus movimientos eran precisos y elegantes, como si estuviera siguiendo una coreografía invisible, mientras se deslizaba entre las sombras con una facilidad asombrosa.

A medida que avanzaban, Yasuke comenzó a comprender la importancia de la conexión entre el leopardo y su entorno. El animal parecía leer los movimientos del bosque, anticipando cada obstáculo y ajustando su trayectoria en consecuencia. Cada vez que se acercaban a una presa potencial, el leopardo adoptaba una postura cautelosa, observando atentamente su objetivo antes de lanzarse con un movimiento rápido y preciso.

Yasuke se maravillaba ante la habilidad del leopardo para desaparecer en la oscuridad, como si fuera parte del propio bosque. Sus sentidos agudos y su conocimiento del terreno lo convertían en un cazador formidable, capaz de acechar a sus presas sin ser detectado. Era una lección de supervivencia en su forma más pura, y Yasuke estaba decidido a aprender todo lo que pudiera de su nuevo compañero.

A medida que avanzaban en su cacería nocturna, Yasuke comenzó a notar un patrón en el comportamiento del leopardo. El animal parecía consciente de la presencia de Yasuke a su lado, ajustando sus movimientos para que fueran más visibles y comprensibles para el joven ninja. Parecía como si el leopardo estuviera enseñando a Yasuke, guiándolo en el arte de la caza con una paciencia infinita y una sabiduría ancestral.

Con cada paso que daban juntos, la conexión entre Yasuke y el leopardo se fortalecía. Aunque no podían comunicarse con palabras, compartían un entendimiento mutuo que trascendía las barreras del lenguaje. Era una danza silenciosa en la que el leopardo era el maestro y Yasuke su aprendiz, cada uno enseñándole al otro lecciones valiosas sobre la vida en el bosque.

A medida que la noche avanzaba y la luna brillaba en lo alto, Yasuke se dio cuenta de que esta experiencia era mucho más que una simple cacería. Estaba presenciando algo extraordinario, una conexión profunda entre dos seres que habían sido unidos por el destino en el corazón del Bosque de la Muerte.

Continuara...