Al enfrentar la pregunta de Li Lei, Xia Ling no supo cómo respóndele.
Las heridas privadas y purulentas eran demasiado profundas y severas. Incluso si él era su novio, ella no podía revelarlo. Xia Ling volteó su cabeza para evitar sus inquisidores ojos y murmuró: —No me siento bien.
Instantáneamente supo que mentía.
Sin embargo, no se atrevía a exponerla. Cuando ella se encontró con Gu Lin hacía un rato y la forma en que se alejó de él, aún permanecía en su corazón. Temía que si la presionaba para que le dijera la verdad, su frágil relación se destruiría. ¿Cuánto realmente Xia Ling gustaba de él? No lo sabía. Sólo sabía que ella parecía tener muchos secretos en su corazón, y probablemente estaban relacionados con Pei Ziheng. Cada vez que se encontraba con ese hombre, incluso ahora que estaba en su territorio, ella parecía un tanto extraña.
Su rival en términos de amor estaba cerca, y él no se atrevió a arriesgarse a perderla.
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