Con su postura fuerte y erguida, He Nan, vistiendo un abrigo de lana negro, acompañado por Chen Jie, caminaron juntos hacia el lugar central y se colocaron al lado del director y los profesores. En términos de presencia y apariencia, los eclipsó sin esfuerzo.
Las facciones perfectas como de escultura en su cara, la figura alta de un metro ochenta y nueve, y ese físico guapo—cualquiera de estas características sería suficiente para despertar admiración. Cuando todos estos atributos se unían en una sola persona, puedes imaginar qué tan perfecto debía ser.
—Wow... —Los estudiantes alrededor exclamaron sorprendidos.
Esta fue la primera vez que realmente se dieron cuenta de lo ordinario que parecía su Profesor Chen en comparación.
Nadie sabía la impresión indeleble que la entrada de He Nan dejaría en los corazones de algunas de las chicas, e incluso años después cuando fueran mayores, hablando de este momento a sus hijos y nietos, sus ojos todavía portarían la misma chispa de luz.
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