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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · 奇幻
分數不夠
503 Chs

Conclusión de Hielo y Fuego. Parte1

Las crecientes llamas carmesíes permanecían unidas a sus brazos mientras la demoníaca expresión de furia de Sirius no hacía más que empeorar.

La razón por la que destacaba tanto la colérica ira en la mirada de Sirius era precisamente porque el resto de su cuerpo estaba completamente vendado.

En condiciones normales, podría incluso decirse que sus ojos lucían como los de alguien cuerdo, pero dadas las llamas en sus brazos, su ojo tomaba un color rojizo cuyo enojo amenazaba con consumir a Subaru y al resto.

_Sirius: Apestas. ¡¡Apestasapestasapestasapestasapestasapestasapestas, maldita zorra!!

Para Sirius, la presencia de Subaru era tan insignificante como el polvo.

Simplemente miraba con un odio apasionado a las dos que estaban paradas frente a Subaru — es decir, Emilia y Beatrice.

_Subaru: ¿Qué le pasa? No está actuando igual que antes…

Subaru no pudo ocultar su vacilante confusión ante la ira de Sirius.

En el corto período de tiempo en que se la había encontrado, Subaru había conocido tres veces a una Sirius relativamente normal. Entre esos encuentros, aunque Sirius no había actuado de una manera esperable dentro del sentido común, ella no era alguien irracional que se dejaba llevar por la ira.

De hecho, ella siempre había estado intentado justificar las palabras que usaba para manipular a otras personas.

Por lo que, la Sirius que se encontraba frente a ellos era completamente extraña.

Había perdido su racionalidad, cayendo presa de la ira. En términos simples, ahora parecía totalmente apta para su título de Ira.

_Sirius: Son como larvas, como malditas moscas, no importa cuánto las queme y las queme, nunca dejan de salir… ¡¿Qué tanto me odias, eh?! ¿Es que acaso ni en mis momentos más tristes tengo el derecho de estar de luto?

_Emilia: …No sé de qué estás hablando.

_Sirius: ¿¡Qué!?

Emilia respondió sin miedo a las enfurecidas acusaciones de Sirius, incluso ante las feroces reacciones de ella. 

Emilia apuntó con la punta de su espada de hielo a la multitud detrás de Sirius.

_Emilia: Si te sientes enojada conmigo, te escucharé. Después de todo, la repentina provocación vino de nosotros, así que, por supuesto que te enojarías. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con las otras personas de aquí. Por favor, libéralos.

_Sirius: ¡Esa es la actitud equivocada! ¡Si quieres liberarlos a todos, ¡entonces hazlo bien! ¿Que por supuesto que estaría enojada? ¡Pues muéstrame la actitud correcta! ¡Discúlpate, arrepiéntete, llora e implora por perdón, y luego deja que te dispare llamas por el trasero y queme tus órganos internos!

_Emilia: Dejar que mis órganos se quemen sería problemático. —Así que, resolvamos esto con algo más simple.

Sirius ladeó la cabeza al escuchar la voz baja de Emilia.

Emilia inmediatamente inclinó ligeramente la parte superior de su cuerpo y se abalanzó hacia adelante. Sus pálidas muñecas empuñaban su espada de hielo como si no tuviera peso.

Los rayos del sol se reflejaban en la afilada punta de la espada mientras ésta se dirigía hacia el hombro de Sirius.

_Subaru: ¿¡Emilia-tan!?

_Sirius: ¡Gah!

La exclamación de Subaru sonó a la vez que el gruñido de Sirius.

Frente a ese tajo, Sirius enseguida levantó su muñeca izquierda, llevando las llamas hacia la espada. Sin embargo,

_Sirius: ¡Maldita semibruja!

_Emilia: Por favor no digas eso tantas veces. Te vas a sentir sucia.

A pesar de que la espada de Emilia estaba bañada por las llamas de Sirius, no se evaporaba. 

La punta plateada de la espada venció al calor, encontrándose con la muñeca izquierda de Sirius, que estaba en llamas—sólo que la cadena de Sirius también estaba envuelta alrededor de su muñeca.

Con un sonido afilado, la espada y la cadena chocaron con un brillante destello de maná. Después de sólo un momento de pelea, la espada de Emilia se rompió con un crujiente chasquido.

_Sirius: ¡Maldita…!

Con cara de tener la victoria a su alcance, Sirius usó su muñeca para apartar a Emilia de un golpe. Si la cadena llameante hacía contacto, Emilia estaría en aprietos.

El hermoso rostro de Emilia estaba a punto de llenarse de quemaduras—

_Emilia: ¡Jahh!

—pero, en ese momento, la muñeca de Sirius rebotó de vuelta, la espada de hielo de Emilia la había desviado.

_Sirius: Aah, ¡aaaah AAAAAH! ¡Muérete de una vez!

Los gritos de ira de Sirius atravesaban el aire mientras ella balanceaba ambos brazos sobre su cabeza. El centro del área a la que estaba apuntando estaba siendo ocupado por Emilia.

La cuchilla de hielo de Emilia se extendió desde la empuñadura, cambiando de forma a un martillo. Sirius recibió el golpe con ambas manos, retrocediendo, solo para ser perseguida por Emilia.

_Emilia: ¡Jah! ¡Yah! ¡Toma! ¡Jaah!

_Sirius: ¡Asquerosa! ¡Semibruja! ¡Gusano! ¡Mosca! ¡Insecto! ¡Bicho repugnante!

Aprovechando la fuerza centrífuga y el control sobre su propio cuerpo, Emilia desplegó una demostración de combate inimaginable.

Contra el martillo de hielo, la llama que empuñaba Sirius se había reducido a una forma de defensa. Observando el ataque unilateral de Emilia, Subaru, como observador, juzgó que ella ganaría. Aun así,

_Subaru: ¡Éste no es momento de estar ensimismado! ¡Emilia, no!

_Beatrice: ¡Subaru, no puedes distraerte ahora mismo, de hecho!

Si Emilia mataba a Sirius, la última Muerte sin duda se repetiría. 

Aunque Subaru tenía prevista esta crisis, Beatrice le llamó la atención rápidamente. Subaru, preguntándose qué había sucedido, siguió la mirada de Beatrice.

_Multitud: —Sucio insecto.

_Subaru: —Rayos.

Detrás de Sirius, la multitud estaba llena de ira.

La multitud miró a Subaru y Beatrice e hicieron gestos de maldición que se parecían a los de Sirius —de hecho, estaban compartiendo su Ira.

Esa ola de ira se centró en Subaru.

_Subaru: No es sólo compartir sentimientos, sino que también les lava el cerebro a las multitudes para que actúen a su voluntad.

_Beatrice: Identificar la situación es algo bueno, supongo. Si no existe una solución, ¡lo único que podemos hacer es escapar, de hecho!

Cuando Subaru gimoteó considerando sus problemas, Beatrice inmediatamente saltó sobre su espalda. La multitud avanzó hacia Subaru.

_Subaru: ¡Emilia, trata de ganarnos algo de tiempo!

_Emilia: ¡No prometo nada!

Al recibir su fuerte respuesta, Subaru se echó a correr, huyendo de la multitud. Afortunadamente, el ritmo de las masas que habían perdido su racionalidad estaba lejos de ser normal.

Persiguieron a Subaru con las manos extendidas y una ira vacía en sus miradas, como zombis. La principal diferencia era que, en lugar de querer comerse a Subaru, querían despedazarlo con las manos.

_Subaru: Si seguimos así, alguien podría venir...

_Beatrice: Aunque venga alguien, si no averiguamos cómo derrotarla, no serviría de nada, de hecho. Incluso si Reinhard viniese, la situación no cambiaría, supongo.

_Subaru: En resumen, nuestros problemas no terminarán incluso si él viene...

En cualquier caso, quien podía convocar a Reinhard, Rachins, era actualmente parte de la multitud que amenazaba a Subaru. Era una de las personas que empujaba hacia adelante, tratando de ser el primero en llegar a Subaru.