webnovel

Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · 作品衍生
分數不夠
81 Chs

Capítulo 40

Los siguientes días fueron bastante agradables y Liam agradeció el descanso. Poder seguir su rutina diaria de entrenamiento, cultivación, prestar un poco de atención en clase y, por lo demás, gandulear, era ciertamente bueno para su felicidad.

Harry estaba siendo especialmente alabado durante esos días, incluso más que normalmente; aunque realmente no prestó atención a dichas adulaciones y prefirió entrenar lo máximo posible para estar preparado.

Ron y Hermione parecían muy motivados en su propio entrenamiento; incluso hubo tardes, después de clase, que le pedían a Liam prácticas de combate extras. Este último apreció tal dedicación y los hizo trabajar aún más duro de lo normal. Gracias a esto, habían avanzado bastante y Liam pudo decir que la fuerza física de ambos excedía con creces a los cultivadores en su mismo nivel.

Además, según había escuchado de alumnos en Gryffindor, sus tres estudiantes habían logrado resistirse a la maldición Imperius durante la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Esto probablemente se debía a que las Tres maldiciones imperdonables podían ser bastante fácilmente contrarrestadas por un cultivador.

La maldición Imperius requería fuerza de voluntad para resistir, la Cruciatus funcionaba de tal forma que agitaba violentamente la magia del objetivo, provocándole un dolor terrible; esta podía ser contrarrestada con un buen control de magia. Finalmente, la Maldición Asesina era la más problemática de las tres, pues o poseías excelentes habilidades físicas tales como para evitarla, o alcanzabas la Creación del Núcleo.

En la Creación del Núcleo uno podría manifestar su alma en forma de una herramienta para el combate; con dicha habilidad, por supuesto que venía también una mejora sustancial en la propia alma, hecho que se podía usar para resistir el Avada Kedavra.

De todas formas, esa tarde habían venido a Hogwarts algunos enviados de El Profeta, a saber Rita Skeeter y un fotógrafo desconocido. Solo Buddha sabría cuánto detestaba Liam a Skeeter, pero lo que el propio Liam sí sabía era que tendría que hacer algo para evitar que la mujer se inventara algún titular llamativo que se pareciera a "Cambian las reglas del Torneo a última hora y, gracias a esto, Harry Potter se convierte en el campeón de Hogwarts. ¿Dumbledore demuestra su favoritismo?".

Sí, Liam estaba seguro de que era un resultado más que probable, y también estaba seguro de que probablemente tendría que hacer aparecer a Rita en medio del desierto del Sahara, preferentemente en un día muy soleado, con su magia sellada y una buena cantidad de escorpiones que la rodearan.

No tenía los ánimos para cometer semejante acto, así que debería hacer algo para evitar los problemas desde un inicio. Afortunadamente, Rita Skeeter no se preocupaba por escribir ella misma y, en cambio, dejaba que su vuelapluma lo haga sola.

Una vuelapluma era una herramienta para escribir, funcionaba sola pero con cierta... inexactitud que la hacía perfecta para Skeeter. Sin embargo, al funcionar con magia no sería difícil para Liam controlarla.

Teniendo elaborado su plan, Liam se movió hacia donde sentía las presencias de los campeones y periodistas. Allí presenció la divertida escena de una Rita Skeeter, de expresión nerviosa, observando a los tres campeones, que dejaban salir intencionadamente una parte de su magia, haciéndolos ver casi como villanos finales de un juego mientras estaban sentados cada uno en una silla.

Entonces le pidió a Harry si podría entrevistarlo y este respondió que no le importaba. Se apartaron un poco y, como Liam ya había previsto, Rita sacó la pluma a vuelapluma.

-Entonces, ¿qué opinas sobre la modificación de las reglas a última hora por parte de Dumbledore? -empezó la mujer -. ¿No crees que puede ser un poco sospechoso que te haya beneficiado tanto?

Liam ya controlaba la pluma y escribió la conversación exacta.

-Si bien es verdad que al final me ha beneficiado, la intención detrás de este cambio es mantener a salvo a todos aquellos que no sean suficientemente capaces como para participar -explicó Harry tranquilo -. El Cáliz elige a aquel que considera digno y es totalmente imparcial, hecho que puede ser probado por los directores tanto de Durmstrang como de Beauxbatons que, por cierto, también estuvieron de acuerdo en la edición de útima hora.

-Entonces, pareces pensar que eres el más digno de todos los estudiantes en Hogwarts -la periodista parecía haberle perdido un poco el miedo a Harry -. ¿No es eso un poco prepotente de tu parte? ¿Crees que estás a la altura de los otros dos campeones, que son mayores que tú?

Hary negó con la cabeza.

-Soy el más digno de entre los que se presentaron, no de todo Hogwarts -respondió -. Y de momento puedo decir que no soy tan fuerte como Delacour y Krum, pero espero poder mantenerme al día con ellos, me esforzaré para lograrlo.

Después de unas cuantas preguntas más terminó la entrevista y llegó Ollivander para echar un vistazo a la condición de las varitas de cada uno; todas estaban en perfectas condiciones, así que no perdieron demasiado tiempo en ello.

Para la foto, Madame Maxime tuvo que sentarse mientras que los otros estaban de pie, porque si no, habría quedado cortada por la mitad. Krum se puso a un lado, queriendo ocultarse al máximo, Fleur se puso en medio por petición del camarógrafo y Harry quedó en el otro lado. Los tres miraban a la cámara con tranquilidad. Karkarov se enrolló la perilla con el dedo, porque decía que así parecía más curvada.

En este punto, Liam ya se había marchado, mientras se cultivaba pensó en cómo sería la primera prueba del Torneo. Después de todo no es tan fácil encontrar desafíos para cultivadores.

De repente, Liam sintió como llegaba a un límite y supo que ahora solo podría entrenar y esperar la iluminación necesaria para llegar a la Segunda Separación. Se vistió con su ropa de entrenamiento, salió del castillo y se movió a gran velocidad, llegando a una parte profunda del Bosque prohibido.

Liberó al máximo su magia, concentrándola alrededor de su cuerpo. Ignorando el mundo exterior, lanzó un golpe tan rápido que un par de árboles fueron destruídos.

-Debo aprender a controlar por completo mi magia, incluso si esta liberada al máximo -pensó -. No me detendré hasta que logré realizar un golpe al máximo poder sin siquiera remover el aire.

Si lograra llevar su control sobre sí mismo hasta ese nivel, estaba bastante seguro de que podría mantenerse al día incluso con Voldemort en su mejor momento.

Inspiró y su concentración aumentó, pudo apreciar que había mejorado un poco pues, aunque habían vuelto a caer dos árboles, parecían mucho menos magullados. Aumentó de nuevo su concentración y sintió, de repente, una sensación de ingravidez.

Se encontró a sí mismo rodeado de estrellas. Sus ojos se abrieron, en guardia por si fuera alguien que lo estuviera atacando.

-Liam Doyle -una voz resonó y la mente de dicho chico se calmó debido a alguna fuerza extraña.

Ya había escuchado esta voz antes, pero no podía identificarla. Intentó moverse, pero descubrió que era incapaz de ello.

-¿Quién eres? -preguntó, extrañamente no pudo sentir ninguna emoción negativa incluso conociendo la posición en la que está.

-Mi nombre es algo que probablemente no deberías conocer aún, por tu propio bien -la sombra esbozó una sonrisa y Liam quedó confundido acerca de cómo podía saber eso -. De momento puedes llamarme por mi título. Se me conoce como El Iluminado, te he estado observando por un tiempo, Liam Doyle.

Liam se preguntó quién le había puesto un título así a la sombra. Entonces, como si fuera una epifanía, recordó dónde había escuchado la voz antes; fue en la Montaña que pisotea los cielos.

-¿Me has estado observando? ¿Por qué? -cuestionó, entendía que aquel que estaba enfrente de él no era un cultivador, sino algo más allá incluso de ese mismo concepto, no podía siquiera empezar a entender el poder que probablemente tenía. Entonces, ¿por qué lo habría estado observando un ser de tal calibre?

-Es exactamente como pensé, eres de otro mundo, cierto? -la pregunta hizo tensar ligeramente a Liam.

-¿Cómo lo sabes? -esta persona claramente lo había descubierto así que no fingiría.

-Tú... no me temes, además mi Dominio parece hacer poco en ti, además de calmarte... -el Iluminado pareció reflexionar durante dos segundos antes de soltar una carcajada -. Esto es genial, realmente genial.

Liam no entendió por qué se reía, pero se mantuvo callado.

-Su Dominio tampoco te afecta, perfecto, realmente perfecto -entonces se puso serio de repente -. Debes separarte por completo de su poder antes de que pueda arraigarse más en ti, eres la única esperanza, ¡debes lograr romper las cadenas de los cielos!

Liam lo miró confundido.

-¿A qué te refieres? -preguntó, era un poco cauteloso debido a las palabras acerca de ser la única esperanza.

-Al ser de otro mundo, las limitaciones de los cielos aún no han sido arraigadas en ti -explicó con calma -. Es posible que logres eliminarlas por completo con una Separación del Espíritu, como lo llaman hoy en día. Me gustaría explicarte todo, pero no me queda tiempo así que te daré un consejo.

Liam usó la oclumancia para mantenerse bajo control total y almacenó las palabras del Iluminado.

-Este mundo es pequeño para ti, tarde o temprando llegarás al Reino Ancestro, en ese entonces nos volveremos a ver -el mundo conformado de innumerables estrellas empezó a desvanecerse -. Entonces, probablemente lograremos establecer una mejor conexión y podré responder todas las preguntas que sé que tienes ahora mismo. Sé paciente, Liam Doyle, y ten cuidado.

El mundo acabó de desvanecerse y Liam se encontró de vuelta en el bosque. Miró al cielo y supo que no había pasado ni un segundo desde que empezó la conversación.

-----------------------------------

Omake (Extra)

Ji Ming sudó frío al ver cómo su estudiante progresaba. En menos de una semana había logrado llegar más o menos a la mitad del proceso para convertirse en cultivador... ¡NO TENÍA SENTIDO! No, definitivamente no lo tenía, Luna Lovegood al parecer era un genio aterrador en lo que respectaba a la cultivación.

Elaboró algunas teorías y al final determinó que probablemente se deba a que ella es increíblemente sensible a la magia. Aunque eso parecía haber provocado un poco de daño cerebral, también había hecho de Luna una persona natural para el control de magia.

Solo se lamentó debido a que el cuerpo de la chica parecía incapaz de seguir el ritmo de su magia y eso los relentizaría mucho, ya que necesitarían mucho control de chakra para compensar.

-Profesor Ji Ming, ¿lo hice bien? -preguntó Luna, inclinando la cabeza al ver a su maestro distraído.

La voz de su estudiante sacó al cultivador chino de su trance y soltó una carcajada.

-Parece que tienes talento, ¡debemos entrenar más para explotarlo al máximo! -exclamó, levantando sus brazos con una sonrisa.

-¡Sí! -la chica imitó los movimientos de su maestro.

Fin del capítulo.