La mirada de Adrián Zhekova se volvió pesada.
Los niños tienen la piel delicada, así que incluso una pequeña lesión puede parecer grave.
¡En este momento, el cuerpo de Morgan Clarke estaba cubierto de moretones y rasguños!
Ese Arthur Woods lo había atacado a propósito, evitando su cara para que las lesiones quedaran ocultas a la vista.
—¡Esto es indignante! —no pudo evitar exclamar enojado Sheldon Rowland.
Aunque se había aplicado medicamento, estas heridas no sanarían fácilmente.
Tardarían un tiempo.
Morgan se quitó la camiseta.
Entonces Cindy Clarke dijo:
—Escogí esta guardería porque tiene buena reputación en Belfard y cobra tarifas altas. Pero ayer, mi hijo fue golpeado, humillado e incluso se perdió. ¿Y ustedes no sabían nada al respecto? ¿Y ahora tienen el descaro de venir a buscar a Morgan para que se responsabilice?
Cindy tomó una profunda respiración y dijo fríamente:
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