Remia se sorprendió al dejar de sentir dolor en sus heridas, así como ver como el rubio empezaba a quitarle sus vendas. Ella se sonrojó e intentó impedirle hacerlo porque no quería que su bebé viera sus heridas, pero cuando notó como el rubio le daba una señal de calma con la mirada, dejó que hiciera su trabajo.
Lentamente, ella miró sus piernas y notó como estas estaban como nuevas, ninguna herida de quemadura que la había estado atormentando, aunque si era honesta, ella sentía una ligera incomodidad por el viento rozando su piel.
"Toma esto, luego de unos pocos minutos la sensación desaparecerá" - dijo Cloud mientras le entregaba una poción.
Remia asintió con debilidad antes de beber el contenido sin dudarlo, después de todo, ella sabía que el chico rubio no la lastimaría, no después de todo lo que él había hecho por su hija.
Cloud asintió con una pequeña sonrisa antes de caminar donde Myu y asegurarle que todo estaría bien.
Myu soltó una feliz risa antes de saltar a los brazos del joven rubio.
Remia observó todo en silencio mientras una feliz sonrisa aparecía en su bello rostro al ver la interacción tan armoniosa que su bebé tenía con este desconocido, a quien a pesar de haber conocido por muy poco tiempo, parecían haber formado un fuerte vínculo. Ella luego de ver a su hija, decidió observar a las demás personas que acompañaban al chico rubio, solo para sorprenderse de ver a la enorme variedad de chicas que estaban a su lado.
La primera chica era una hermosa joven de largo cabello rubio, ojos rojos como rubíes, y una belleza que la hacía ver como una muñeca de porcelana. Remia se le quedó mirando unos segundos porque la belleza de la joven rubia era hipnotizante, hasta que pudo salir de este extraño trance al mirarla a los ojos.
La segunda chica era también hermosa, ella tenía el cabello plateado, casi celeste, una ropa ligera que mostraba su cuerpo bien proporcionado, en especial sus grandes pechos, aunque la característica más clara era la raza de la chica, ella era una chica de la tribu de los [Hombres Bestias], hablando con mayor detalle, ella era una miembro de la tribu Haulia de los conejos.
La tercera chica era la que desde su punto de vista la más peligrosa, ella era una hermosa mujer de cabello negro, ojos dorados con pupilas reptilianas muy similares a las del hombre que abrazaba a su hija, unos pechos igual de grandes que los suyos, o incluso más grandes, así como un aura antigua.
La cuarta chica era una linda chica humana de cabello negro, un cuerpo atlético que vestía un traje de clérigo, ella tenía un aura amigable y fraternal que hacía que la gente no pudiera odiarla.
Y finalmente, la quinta chica era una hermosa joven de cabello negro peinado en una larga cola de caballo. Ella tenía ojos rojos como la primera chica, solo que con un tono más oscuro, y a diferencia de la chica rubia, ella sí tenía un cuerpo envidiable para su edad, aunque no tanto al nivel de la chica conejo. El detalle más prominente de la chica, es que ella tenía el aura que hacía que la gente pudiera confiar en ella. Remia no sabía cómo explicarlo, pero ella se sentía que la chica sería una espectacular hermana mayor.
"¿Sucede algo?" - preguntó Shea mientras ladeaba la cabeza, confundida por las extrañas miradas que Remia les estaba lanzando.
"No, no es nada, es solo que estoy sorprendida de ver que ustedes, un grupo de chicas tan hermosas, estén siguiendo al mismo chico" - respondió Remia con una pequeña sonrisa.
"Bueno, eso significa que él vale la pena" - respondió Shizuku mientras se cruzaba de brazos.
"Puedo verlo, él es una persona maravillosa con solo ver cómo mi pequeña está tan feliz con él" - respondió Remia mientras sonreía ligeramente.
Yue entrecerró los ojos porque podía sentir algo extraño en las palabras de la mujer, algo que Tio también pareció comprender.
Cloud miró en dirección de las chicas antes de sentir como Myu lo tomaba de la mano - "¿Qué sucede?"
"¡Quiero ir a la playa!" - exclamó Myu con una enorme sonrisa.
Cloud se quedó en silencio unos segundos antes de asentir con una sonrisa - "Ok, pero primero tengo que hacer algo"
"¿Qué?" - preguntó Myu mientras ladeaba la cabeza.
"Tengo que hablar con el alcalde de la ciudad para preguntarle sobre el [Gran laberinto de Melusine]" - respondió Cloud mientras entrecerraba los ojos, después de todo, él solo había recibido rumores de este laberinto, y aprovechando que estaban en Erisen, el hogar de los Dagon, la misma raza que la creadora del laberinto, él decidió reunir información de este desconocido lugar.
"Ok, pero apúrate, ¿Ok?" - dijo Myu mientras hacía un lindo puchero.
Cloud asintió con una sonrisa antes de acariciar el cabello celeste de la pequeña.
Los ojos de Remia brillaron ligeramente porque notó cómo su hija parecía estar enviándole una señal.
"Hmm..." - Yue entrecerró aún más los ojos cuando notó el ligero cambio en la mirada de la mujer de cabello celeste, aunque decidió dejarlo pasar porque no era buena idea hablar con tanta gente alrededor.
"Apúrate, papá, ahora voy donde mamá para buscar mi traje de baño ~" - dijo Myu mientras corría donde su madre y la tomaba de la mano.
"No tienes que arrastrarme, Myu" - dijo Remia mientras su hija ignoraba sus palabras.
"¿Qué fue eso?" - preguntó Shea mientras ladeaba la cabeza.
"Myu quiere ir a la playa y le dije que lo haríamos luego de que hablara con el alcalde de la ciudad sobre el laberinto de Meiru-san" - respondió Cloud mientras negaba con la cabeza.
Los ojos de las chicas brillaron ligeramente porque esta era una buena oportunidad para ellas, no solo para relajarse, sino para tener un poco de tiempo íntimo con Cloud, cosa que había podido pasar con todo lo que había sucedido durante los últimos días.
Cloud levantó una ceja cuando vio como las chicas parecían haberse animado antes de encogerse de hombros. Él comprendía que era lo que pasaba por sus mentes, aunque si era honesto, no le importaba mucho, después de todo, este era un buen pequeño momento para descansar.
* * * * *
"Estás muy mal, Freid" - dijo Cattleya mientras miraba a su prometido.
"No necesito tu falsa compasión" - dijo Freid mientras fruncía el ceño - "¿Qué es lo que quieres?"
"La chica humana me dijo lo que te pasaba y estoy sorprendida de escuchar que ese irregular tenga una habilidad tan peligrosa" - respondió Cattleya mientras soltaba un suspiro de alivio interno, después de todo, ella no quería pensar en cómo ella no había terminado tan mal luego de su encuentro con ese monstruo.
"Yo tampoco me lo esperaba, pero ahora no hay mucho que pueda hacer" - respondió Freid mientras apretaba los dientes - "Como sea, no creo que hayas venido solo a decirme eso"
"No, no tengo ni el tiempo, ni las ganas de hablar de más, no cuando mi vida pende de un hilo por mi fracaso" - respondió Cattleya mientras negaba con la cabeza.
No había una pisca de amor entre ella y su prometido, más que nada porque esta relación había nacido porque ella tenía un enorme potencial y era la mejor candidata para poder darle una buena descendencia al general más fuerte de la raza demoníaca, aunque ahora que ella había fracasado en su misión, y que él estaba sufriendo de la corrupción, su compromiso estaba al borde de romperse, cosa que sinceramente no molestaba a ninguno de los dos.
"Freid-sama, el sumo sacerdote está invocándolo" - dijo un hombre rubio y corpulento.
"Gracias, Mikhail" - respondió Freid mientras ignoraba el dolor y se levantaba con dificultad.
Mikhail vio al que una vez consideró como su modelo a seguir, antes de concentrarse en la mujer que estaba en la habitación - "Ha pasado tiempo, Cattleya"
"Sí, y veo que estás bien" - respondió Cattleya mientras se cruzaba de brazos.
"¿No vas a ser más amistosa con tu antiguo prometido?" - preguntó Mikhail mientras entrecerraba los ojos.
Cattleya le dio una mirada llena de desdén porque si había algo que odiaba más que el estúpido contrato que había firmado con Kurama, era el hombre que estaba delante de ella.
Para los demonios, la debilidad era una cualidad que causaba un infinito desprecio para los miembros de su raza, es por eso que Cattleya sentía un enorme repudio por el hombre que ella había amado alguna vez, y que no hizo nada cuando los ancianos dijeron que ella se volvería la prometida de Freid. Ella todavía podía recordar el día en que dieron esta noticia y vio como Mikhail agachaba la cabeza en aceptación.
"¿Todavía sigues molesta por eso?" - preguntó Mikhail mientras intentaba tomar la mano de su antigua prometida, solo para enfurecerse cuando vio como esta le daba una mirada fría y quitaba bruscamente la mano.
"No somos nada, Mikhail, ni tampoco lo seremos" - dijo Cattleya mientras empezaba a liberar su maná con fiereza.
Mikhail frunció el ceño porque podía sentir como su antigua prometida parecía haber aumentado drásticamente su fuerza - "¿Cómo te hiciste tan fuerte?"
Cattleya le dio una sonrisa burlona antes de retirarse en silencio, ignorando completamente la pregunta del hombre.
*****************************
Si quieren apoyarme, pueden hacerlo a través de:
https://www.pa treon.com/GenoXX
[Origen] Cap 653 <--- Disponible en Pa treon.
[La Leyenda del Kyubi: Vol 4] Extra 17(49) <--- Disponible en Pa treon.