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Katori Batsu'unsai.

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[CAPÍTULO ÚNICO.]

"Estudiante."

Las solicitudes inundaban en escritorio de la capitana del octavo escuadrón, quien miraba con sorpresa la montaña llena de cartas.

—Oh, como me alegra que jóvenes estudiantes quieran aprender de mis técnicas— sonrió la mujer mientras acomodaba sus lentes.

El teniente a su lado solo suspiro cansado, apenas habían terminado con el papeleo del escuadrón y ahora tenían que revisar cartas de estudiantes de la academia.

—Capitana, recuerde que el comandante Yamamoto solo le permitió que tuviera un estudiante.

—Con más razones tenemos que revisar estas solicitudes.

Ya no podía hacer nada, su lamentable destino era revisar las cartas en compañía de la entusiasta capitana. Dejo salir un suspiro, mientras comenzaba a leer. Nombres, habilidades e intelecto; solo eso era importante.

—Capitana. Que tal ella, tiene habilidades muy similares a las suyas. Como estudiante sería muy buena, además, podría llevarse muy bien con ella— sugirió el teniente, deseando poder terminar con todo de una vez por todas.

Le paso la carta a la capitana quien leyó todo con detenimiento, maravillándose con aquella mujer que parecía tenían las mismas habilidades.

Tan solo de verla en la fotografía que venía en la carta, sus ojos grisáceos brillaron, aquella chica era sumamente hermosa. Y sus ojos dorados eran como el oro que quería poseer.

—Mañana iré a la academia— dijo mientras guardaba la carta en uno de los cajones de su escritorio.

—¿Y qué haremos con todas estas cartas?

—Envíalas a la capitana Kenpachi, creo que ella aún no tiene un estudiante.

El teniente palideció de solo escuchar el nombre de la temible y sangrienta capitana del décimo primer escuadrón.

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Los directores de la academia Shinigami estaban más que encantados con la visita de la capitana, Katori ajusto sus lentes mientras miraba el Dōjō donde había diez estudiantes, pero ninguno de los presentes era aquella mujer de ojos dorados.

—Capitana Batsu'unsai ellos son los mejores estudiantes de la academia, jóvenes de familias nobles con una increíble cantidad de Reiatsu, muchos de ellos dominan con excelencia el arte del Kidō y...

—¿Dónde esta ella?— interrumpió mientras con seriedad miraba a los directores de la academia.

Ambos hombres se miraron confundidos, sin saber de lo que hablaba la mujer de lentes.

—Disculpe... ¿De quién está hablando?

Por los pasillos de la academia caminaba una joven de largo cabello negro, junto a ella se encontraba una rubia, su gran amiga desde que comenzaron en la academia hacia un año.

—No te deprimas Malory-chan, seguramente habrá otra oportunidad de que la capitana Batsu'unsai te acepte el siguiente año— animo su amiga mientras miraba como la pelinegra tenía un semblante triste.

—Tienes razón, quizá si mejoro mis habilidades. El próximo año tendré oportunidad y...

—Malory Ishikawa.

Ambas estudiantes voltearon ante el llamado del director, quien era seguido por el sub-director y la capitana del octavo escuadrón. Tanto al pelinegra como la rubia se quedaron sorprendidas.

Tan pronto como las figuras de autoridad estuvieron frente de las dos estudiantes, la rubia se alejó. Dejando a Malory sola.

—Felicidades, ha sido seleccionada como la estudiante de la capitana Batsu'unsai— felicito el hombre de cabello canoso.

La joven de ojos dorados no podía creer lo que escuchaba, ¿estaba soñando?

Aunque el golpe que se había dado después de salir de su clase por andar distraída fue tan real y doloroso, supo que eso también era real. Miro a la capitana de lentes, quien le sonrió con dulzura.

—Yo... Agradezco de todo corazón la oportunidad— hizo una reverencia mientras la alegría invadía su cuerpo.

Pronto las clases con la capitana del octavo escuadrón comenzaron. Después de sus clases en la academia iba al Dōjō que le asignaron, donde siempre era esperada por la amable capitana. Ambas entrenaban, la mujer de lentes corregía sus posturas, y le decía como mejorar en sus ataques.

Siempre había querido la oportunidad de ser instruida por un capitán, y cuando vio la lista de solicitudes en los escuadrones. Extrañamente decidió por la ocho, creyendo en lo que todos decían sobre la amable mujer de lentes. Ahora podía decir que tenían razón.

La capitana Katori Batsu'unsai era sin duda la mujer más hermosa, amable, inteligente y agradable que había conocido en su vida.

—Muchas gracias capitana Batsu'unsai— hizo una reverencia ante su maestra.

—Eres muy linda Malory-chan— sonrió la mujer de lentes, mientras alborotaba el cabello de su estudiante.

La joven estudiante se sonrojo ante el gesto de afecto de la capitana. Los sentimientos hacia ella surgieron hacia unos meses, cuando comenzaron a conocerse aún más. Ella era tan comprensiva y amable que era imposible no sentir algo por ella.

—Gr-gracias capitana— dijo nerviosa mientras se enderezaba para mirarla a la cara.

Los ojos grisáceos de Katori se encontraron con el dorado brillante de los ojos de Malory.

El silencio envolvió el ambiente, ambas debían irse. Katori tenía responsabilidades como capitana, y Malory tenía que regresar a sus clases. Aun así, ninguna de las dos se movía. No deseaba alejarse la una de la otra.

La tensión entre ellas crecía con el paso de los segundos, deseando acercarse la una a la otra. Ambas sentían lo mismo, sin embargo, ninguna de las dos se atrevía a decirle sus sentimientos a la contraria.

Katori sabía que estaba prohibido relacionarse con miembros del Gotei, y aunque Malory aún no fuera una miembro oficial, sabía que pronto lo sería. Ella tenía que resignarse a quedarse con la relación que tenían. Maestro y estudiante.

Esa mujer hermosa, de sedoso cabello negro y ojos dorados. Ella solo era eso. SU Estudiante. Solo sería eso.

—Lo siento Malory-chan. Me tengo que ir, tengo papeleo que hacer— excuso con un semblante triste.

La joven asintió, comprensiva a su situación. Aun cuando era una mentira.

Sintiéndose una cobarde, Katori Batsu'unsai, se alejó de la pelinegra.

Viviría arrepintiéndose de su decisión, pero, las reglas del Gotei eran sumamente estrictas cuando decían que los miembros del Seireitei no podían relacionarse entre sí de una forma amorosa. Eso causaría distracciones en el trabajo.

Un inaudible susurro escapo de los labios de la capitana. "Te amo", si tan solo pudiera decírselo a la cara. Que lamentable era su destino.