—Ella ha estado evitándome —dijo Zander. Ya no veía a los hombres enmascarados, pero a veces aún llevaba su máscara dorada, especialmente cuando tenía que ver a Amanecer.
—Sabes lo difícil que es para ella.
Zander lo entendía, por eso solía llevar la máscara dorada cuando ella estaba cerca, porque debe ser muy duro verlo con la cara de Cenit.
—Ella decidió volver al norte —dijo Zaya. Había hablado con Amanecer y ella había expresado su deseo de volver al parque norteño en ese momento, porque no creía querer quedarse mucho tiempo en la ciudad capital.
—No necesitaba volver —respondió Zander—. Podría quedarse aquí todo el tiempo que quisiera.
Le preocupaba. Darío y Axel definitivamente cuidarían de ella y Zade sería el alfa del norte cuando llegara a la mayoría de edad y mientras aún era un niño, Amanecer estaría a cargo de la manada.
Antes de esto, nunca habían oído que una mujer, una luna sola liderara una manada, pero Amanecer quería hacerlo.
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