La mañana siguiente al incidente no dormí mucho. Me sentí desesperanzado y desconectado del mundo. Esa mañana Naomi fue la primera en despertar porque no estaba en la cama cuando desperté de los, quizá, 20 minutos de sueño ininterrumpido que tuve.
Recuerdo haber pesado que las cosas se me estaban saliendo de las manos, si no es que ya lo habían hecho.
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Dominick Grossman
Junio 29, 12:00
Tribunal De Justicia
Tengo un increíble dolor de cabeza.
—Demos inicio a la sesión —Indica la jueza sentada en su pedestal frente al jurado y los involucrados. Es una mujer de mediana edad, blanca y de cabello rubio. —. Jefe del departamento de policía Alexis Benet, está siendo acusado de agresión en segundo grado contra Dominick Grossman, ¿cómo se declara?
Un hombre de traje negro, alto y moreno, se levanta. Es el abogado de Alexis. —Mi cliente se declara culpable señoría.
—Tengo entendido que el señor Benet está involucrado personalmente en el caso en el que el señor Grossman es sospechoso, ¿correcto?
Alicia, mi abogado, se levanta.
—Mi cliente está siendo acosado por la policía, ya hicieron un cateo a su casa sin encontrar nada que lo inculpe y, aún así, el señor Benet continúa acosando a mi cliente hasta el punto de golpearlo violentamente la noche anterior.
—El señor Benet es un policía modelo, el cliente de la señorita Torres fue el último en tener contacto con la señorita Benet, la hija de mi cliente.
—Les recuerdo abogados, estamos aquí por los cargos de agresión en segundo grado del señor Benet. Lo que no esté directamente relacionado con eso, pueden omitirlo. —Comenta la juez.
—El señor Benet acosa a mi cliente, pedimos que lo saquen completamente del caso que, además de ser personal para él, también tiene la intención de inculpar a mi cliente por algo que no hizo.
—¿Algo que agregar, señor Benet?
—No me saque del caso, su señoría. Es un pueblo pequeño, todos nos conocemos bien, sólo —Baja la cabeza, su barba de días sigue ahí dando un toque de descuido a su rostro, sin embargo, su cabello está perfectamente peinado. —... es mi pequeña hija, anoche lamento lo que hice profundamente, sólo me desesperé.
Hubo un silencio sepulcral en el tribunal, yo veo a jurado hacer caras de lástima y compasión hacía Alexis. Veo a la jueza y ella dirige si mirada hacía mí.
—¿Algo que agregar señor Grossman?
¿Qué haría Naomi ahora...?
—Sí, entiendo a Alexis, pero me ha estado acosando desde el día siguiente a la desaparición de su hija, Naomi es una gran persona y no me explico que clase de monstruo le haria daño —tomo un momento para escoger mis palabras. —. Sé que debe sentirse desesperado... su hija está desaparecida y no tiene idea de dónde está. Debe ser frustrante. No tengo ningún problema con que siga en el caso si es lo que quiere, pero he ayudado demasiado a la policía, ya no puedo hacer más por ellos —Miro a Alexis, apreta sutilmente su mandíbula. —. Quiero una orden de alejamiento.
—Tomemos un receso y el jurado deliberará. La siguiente audiencia es a las tres de la tarde del presente día. Se cierra la sesión. —El retumbante sonido de madera con madera nos indica que hemos terminado por ahora.
Salgo del tribunal con mi abogada.
—Lo tenemos en la bolsa. —Comenta ella colocando una mano sobre mi hombro.
—Sí —Sonrío. —. Iré al baño, con permiso.
—Claro, nos vemos en la audiencia. —Ella sigue su camino y yo entro al baño.
Es totalmente blanco, sus luces también y un enorme espejo en los lavabos. Voy al orinal para librar la presión de mi vejiga sintiendo en fuerte alivio.
—¿Ella te lo dijo?
—¿No sé supone que no debemos vernos, Alexis? —Arreglo mi ropa y descargo el urinal.
—Nadie sabe que estoy aquí —Comenta mientras me lavo las manos. —. Responde.
—No sé de que me hablas. —Sonrío, está vez como Naomi siempre suele hacerlo. Nunca antes había disfrutado del sufrimiento ajeno.
Es mi primera vez.
Cierro la lleve y me recuesto del tocador.
—Lo que dijiste ahí... tú no lo habrías dicho. ¿Ella te lo dijo?
Él es más bajo que yo, no por mucho, un par de centímetros quizá. Me paro recto para amenazarlo.
—Tú intentaste manipular al jurado —Él me observa atentamente, como desconfiando. —, ¿crees que no lo ví? Diciendo palabras tan emotivas y empalagosas mientras tenías la mirada neutra, casi como perdida.
—¿Dónde está?
—No lo sé —Me acerco lo suficiente a el para susurrarle al oído. —, pero sé que tiene unos labios muy dulces tú pequeña hijita.
Lo rodeo para dirigirme a la puerta y salir, momentos después estoy en el suelo, él me golpea de nuevo violentamente. Sostengo sus muñecas con fuerza para evitar que me siga golpeando mientras llega el personal de seguridad a quitarmelo de encima.
—Joder... —Me limpio la sangre de mis labios, mientras lo veo forcejear contra los guardias de seguridad.
—¡Él sabe dónde está mi hija! —Grita violentamente mientras los guardias lo someten.
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15:15
—Estoy al tanto de las acciones de señor Benet contra el señor Grossman, abogados. ¿El jurado ha decidido?
Una mujer joven se levanta con una carta en su mano.
—Sí, señoría. En el cargo de agresión en segundo grado encontramos al acusado culpable. —Indica para sentarse.
—Debido a los actos llevados a cabo por el señor Benet, está tarde en las instalaciones, le concedo al señor Grossman la orden de alejamiento. Señor Benet, seguirá en el caso de su hija sin poder interactuar ni acercarse al señor Grossman, ¿lo entiende?
—Sí, señoría.
—Se le será aplicado un arresto domiciliario si se le ve premeditadamente cerca del señor Grossman.
—Entiendo, señoría.
—Cerramos sesión.
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—... y me golpeó. —Le cuento a Naomi mientras limpia la sangre seca de mis golpes.
—Lo hiciste enojar bastante, por lo general tiene autocontrol —Ella acaricia suavemente mi labio partido. —. ¿Estás bien?
—Si lo dices por lo de anoche... no lo sé. Aún yo... —Mi vista se nubla haciendo que no pueda distinguir nada, estoy llorando. —, lo siento.
Naomi me rodea con sus brazos apegando su cabeza a su pecho, los latidos de su corazón son lentos, más que los desenfrenados latidos del mío.
—Reproduzco todo lo que pasó anoche todo el tiempo, no... yo... ¡Carajo! —El nudo en mi garganta es sofocante, tanto que no puedo hablar.
—Dom, sé que no es fácil, sé que la sensación se quedará ahí mucho tiempo, pero me tienes a mi ahora —Toma mis mejillas secando mis lágrimas suavemente. Es aterrador como puede fingir preocupación. —. Arreglé las cosas para los dos.
—¿Qué? —Susurro entre jadeos.
—Anoche arreglé las cosas para ambos. —Repite acariciando mi mejilla con tanta delicadeza que me relaja.
—¿Cómo?
—No te estaba mintiendo cuando te dije que Ethan era practicante de la zoofilia —Dice Naomi entre caricias a mi cabello, rodeo mis brazos en su cintura sintiendo lo caliente de su piel contra la mía. —. Mientras volvíamos publiqué un video de él teniendo sexo con un perro, quizá eso despiste un poco de su desaparición.
—¿Lo conocías? —Pregunto separando mi cabeza de su pecho para verla a los ojos.
Sus ojos fríos evadiendo los míos a como de lugar.
—Solía ser mi mejor amigo. Fuimos juntos al jardín de niños. —Responde volviendo su mirada hacía mí.
No veo nada en ellos, culpa, arrepentimiento, ira... nada.
—No... ¿no sentiste nada?
—No. —Su respuesta fue cortante y directa, me heló la sangre.
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No dije nada y sólo dejé que me consolara con su falsa preocupación, era aterrador la facilidad con la que fingía emociones. Comencé a creer que no eran fingidas, pero alguien que presencia un brutal asesinato y no hace el más mínimo gesto, no puede sentir nada.
Lo tenía claro, pero solía olvidarlo.
A veces creo que lo hacía a propósito para vivir en la mundana fantasía en la que ella me privó de estar. Sólo quería a la Naomi que se inventó, quería tenerla un poco más antes de caer en la dura realidad: La Naomi que desapareció no es la Naomi que tengo entre mis brazos.
La que desapareció es una mentira, la que tengo aquí es una verdad.
Naomi no es amable, es cruel.
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Junio 29, 22:45
Naomi Benet
Ver a Dominick dormir es de las pocas cosas que me traen calma. Siempre duerme boca abajo con su cabello cubriendo parte de su rostro que mira en mi dirección. Con delicadeza le quito el cabello que cubre sus ojos.
Me acerco más a él pasando uno de sus brazos por debajo de mi cintura para acercarlo a mí, lo necesito más cerca. Puedo ver de cerca su rostro, tiene una cara tan calmada acompañada de respiraciones lentas y pausadas que me calman con tanta facilidad.
Llevo mi mano a su mejilla y la acaricio con delicadeza sintiendo el calor que desprende y la aspereza de la misma por la próxima barba que va a aparecer pronto ¿Qué habría pasado de conocernos en otras circunstancias?
Tal vez lo habría amado.
Me acerco más hasta sentir su aliento contra mi rostro, acerco mis labios a los suyos para besarlo suavemente, sentir sus calientes labios contra los míos es reconfortante, tanto que me gustaría dejar de hacerlo. Por su bien y el mío.
—Dios... Grossman. —Susurro apartando mis labios de los suyos dejando esa adictiva sensación de calidez a un lado.
Sus labios están entreabiertos y sus ojos pacíficamente cerrados dejando que sus largas pestañas toquen sutilmente la piel de sus pómulos.
Él ama incondicionalmente, está tan centrado en eso que no ve lo que soy, lo que hago. Quizá lo sabe y aún así no puede evitar amarme con tanto afán que lo ciega.
Sabe que soy un monstruo y ama eso en gran parte.
Cada día la investigación de mi caso sé enfría, han pasado dos semanas en las que la policía me ha buscado sin descanso y el problema con eso es que la policía tiene un límite, un marco en el que actuar.
Yo no.
Me acomodo entre sus brazos sintiendo la piel desnuda de su pecho contra mi cuerpo. Suelo pensar demasiado en la diferencia de edad que tenemos, diecisiete años. Casi dos décadas.
Él ha vivido mucho más que yo y eso de cierta manera me atrae fuertemente. Pensar que ha vivido tantas experiencias que yo no he experimentado. Por su parte asumo que lo que ama de mi es mi inexperiencia.
O tal vez mi crueldad.
No lo sé.
Cierro los ojos para conciliar el sueño, pero tras minutos llegué a una conclusión: No puedo. Tengo insomnio otra vez.
Salgo de la cama dejando a Dominick dormir plácidamente y voy al baño para lavarme la cara y despejar un poco mi mente.
Miro mi reflejo detenidamente mientras gordas gotas de agua helada caen por el. Mis ojos se ven cansados y estoy bastante pálida debido a la falta de luz solar. Claro, no es como que pueda salir de la casa y tomar algo de sol.
Me veo desgastada. Ya me parezco a mi madre.
Abro el armario detrás del espejo y veo lo simple que es Dominick. No hay demasiado, a duras penas las cosas escenciales: Pasta dental, una rasuradora, enjuague bucal y somníferos. Ahora tiene sentido que tenga el sueño pesado.
Leo las indicaciones del mismo detenidamente. Luego, tomo uno.
Volví a la cama esperando haber lidiado con mi problema, y así fue.
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Debo admitir que está escéptico con la idea de deshacerme del padre de Naomi en su momento, pero funcionó. Me lo quité de encima y eso era lo que más importaba.
Y, aunque no quiero admitirlo, la recurrente idea de que Naomi se iría en algún momento me era insoportable. Lo ignoraba, pero eso no indicaba que iba a desaparecer eventualmente.
Sabía que Naomi se iría a penas dejaran de buscarla, tenía el dinero y los medios. Ella pudo irse el mismo día que se subió a mi auto, pero no lo hizo. Se quedó conmigo bajo la escusa de que debía esperar para no ser buscada ferozmente por la policía.
Eso me tenía confundido, tenía la falsa idea de que me amaba, quería que me amara.
El problema entre nosotros era precisamente ese, yo quería que ella me amara, pero eso la haría infeliz volviendo con los Benet y sus abusos; Ella quería irse, pero eso me haría infeliz a mí.
La decisión de uno, mataría los sueños y la felicidad del otro.
No teníamos punto medio. Era ella o yo.
La amaba, pero no lo suficiente para dejarla ir. Por eso estoy el presente día aquí frente al jurado y los afectados. Fuí egoísta.
Lo fuí y destruí muchas vidas por eso.