—Si ese es el caso, entonces aceptaré a regañadientes —dijo, y luego levantó sus manos y mostró cinco dedos antes de continuar—. No pediré mucho, solo cincuenta millones porque la maldición infligida a tu nieta no es fácil de tratar, si cometiera un error o alguien intentara interrumpirme, puedo perder fácilmente mi vida. Una venganza así, es difícil curarla de una vez por todas.
Aunque los demás pensarían que estaba tratando de aprovecharse de su situación al pedir una suma tan exorbitante, Song Yan no mentía cuando dijo que podría perder su vida. Esta maldición era un caso grave de manifestación de espíritus malignos, incluso un novato sabría que necesitaba estar preparado en caso de que la maldición se revirtiera, porque si una maldición de este nivel se devolvía, entonces había una posibilidad de que aquel que interfería en la venganza de esos espíritus moriría.
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