Tang Zhinian fruncía el ceño, profundamente incierto.
«Zhijun, la lámina de plástico no es barata, el dinero que hemos ganado a lo largo de los años podría invertirse todo en eso. ¿Qué hacemos si no tenemos dinero para el Año Nuevo?» Extendió su mano y acarició la pequeña cabeza de su hija.
«Nadie puede garantizar las verduras de invierno. Si nieva y colapsa el invernadero, lo perderemos todo, no solo nuestra inversión en la lámina de plástico, sino también los plantones y el costo de nuestra mano de obra. Por no mencionar, tememos perder todo nuestro capital.»
—Hermano, no podemos simplemente no plantar nada, ¿verdad? —Tang Zhijun dejó su bol. —Dejar la tierra baldía tampoco es una opción. Deberíamos ahorrar algo de dinero. Todavía tenemos un montón de deudas en casa. A medida que Yuxin crece, necesita ir a la escuela, lo que requiere dinero para libros, cuadernos y bolígrafos.
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