Ella acariciaba suavemente su vientre.
«Bebé, debes crecer sano y seguro. No te preocupes, mamá se asegurará de que tengas una vida próspera, nadie te molestará en esta vida, y tienes una hermana increíble».
«Ella también te amará y te protegerá. Serás el niño más feliz del mundo porque todos te amamos».
Al llegar a la clase, Tang Yuxin sacó un paquete de caramelos de su bolsa y luego dio un golpecito en el escritorio.
—Todos, vengan y tomen algunos caramelos.
Al oír que había caramelos, los otros estudiantes se acercaron. La atmósfera en la tercera clase era excelente, todos estaban unidos, nadie quería romper ese fuerte espíritu de clase, y no permitían que se unieran extraños.
No les faltaba nadie, y no tenían sobrantes.
Tang Yuxin repartió los caramelos a sus compañeros de clase. Había comprado de buena calidad y en abundancia, así que todos podían tener varios pedazos.
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