Una pareja de ensueño

Peinó su cabello en una coleta y puso unas lindas cintas color menta para atarlo, su uniforme estaba impecable, tomó su bolso y salió de su habitación, afuera los gemelos esperaban por ella, caminaron los tres como siempre, y en el camino se encontraron con Pether, éste se les unió y fue con ellos hasta los salones, pero se separaron sus cursos eran diferentes, ya que el era mayor por dos años.

Sus clases eran normales como todos los días, pero este año era especial para el lado derecho (el área masculina) , ese año en especial tendrían talleres nuevos que serían cocina, jardinería, y danza, esos tres no están disponibles solo en el área izquierda de las mujeres, en cambio igual ellas tendrías talleres nuevo como deportes, carpintería y lucha. Morgan y Viktor sabían de ésto y claramente lo estaban esperando con ansias, al dúo de mejores amigos les gustaba el baile, realmente querían aprender adecuadamente, mucho más el baile de salón y el vals. Se rumoreaba de un maestro, pero al final resultó que sería una maestra.

Las clases estaban por terminar, pero antes el maestro pidió que se registraran en uno de los nuevos talleres si estaban interesados, Vincent se inscribo en cocina, Morgan y Viktor en danza, respectivamente a cada uno de los chicos se les dio un horario de sus talleres y los días que debían asistir, así mismo los créditos que se les daría para sus calificaciones. Los días elegidos para el taller danza era de martes a viernes a las 5.00 pm y terminaba a las 6.00 pm, tenían muchos ensayos pero sería una buena oportunidad.

Sus clases finalizaban a las 2.00 pm, el trío se encontró nuevamente y juntos se fueron a la habitación de alguno para hacer sus tareas juntos.

***

Estaban a punto de dar las 4.00 pm, Morgan estaba con los chicos en la habitación de Pether, habían terminado ya sus tareas, ahora simplemente estaban hablando de cualquier cosa, en múltiples revisaba miraba su teléfono mirando la hora, el trío se había dado cuenta de eso y uno de ellos decidió preguntar.

— ¿Tienes una cita? —. Vincent rompió el silencio, los tres voltearon a su dirección normalmente era él más tímido de los cuatro.

— Bueno, no diría que es una cita... Pero tengo que entregar algo.

— ¿Eh? —. Pether estaba confundido.

— Ella se verá con Daniel en la biblioteca a las 4.00 pm en punto —. La pareja lo miró sorprendido, mientras que Morgan lo miró furiosa.

— Estúpido. Pero sí me veré con él —. Le molestó que lo dijera, pero agradeció que no dijera la parte del beso.

— ¿Te vas a confesar? —. Vincent la miró tímido.

— Si... Se que ustedes ya sabían que él me gusta, y no es precisamente el mejor alfa de aquí, pero no quiero seguir escondiendo lo que siento.

Pether estaba a punto de regañarla, pero su novio lo interrumpió y habló primero.

— Somos tus mejores amigos, y precisamente él no que nos agrade mucho pero si estas segura de hacerlo cuentas con nuestro apoyo.

— Él de verdad no me agrada, eres como mi herama Morgan, pero si te hace feliz estaré feliz por ti —. Pether desde un inicio la vio como su hermana y cuidaba de ella a su manera.

— Si te lástima, personalmente iré y le romperé una pierna—. Viktor también la cuidaba pero de una manera extraña.

— Gracias chicos —. Estaba feliz que los tres la apoyarán.

Ahora que sabían de su *cita* Vincent quiso arreglar su cabello, soltó la coleta y empezó a tenzar su largo cabello, finalmente lo ató con la cinta color menta, arreglo su uniforme, y tomó la carta que tenía escondida en uno de sus libros de historia, exactamente las 4.00 pm.

Parada frente a la puerta de la biblioteca, sus manos estaban sudando, estaba nerviosa, tomó aire varias veces y entró. Vio los estantes de libros que ya conocía bien, sabía exactamente dónde ir, atrás en lo profundo de la biblioteca donde se habían conocido por primera vez. Estaba allí, alto, con cuerpo atlético debido al ejercicio constante que sabía que hacía, sus grandes manos sosteniendo un libro de pasta roja el cual no podía ver el título, y su rostro perfilado, su nariz, su boca, y sus ojos los cuales al verlos sentía una necesidad cada vez más fuerte de obedecerle, ese tono violeta intenso, era él, hermoso ante sus ojos, el hombre del quien estaba enamorada.

Ninguno quito la vista del otro, pero él se paró y quedó frente a ella, su estatura era 1.83 m lo hacía ver más dominante ante la chica, habló primero.

— Me gustas Morgan.

En ese momento era imposible que su cara no se volviera roja. Daniel lo notó, pero siguió con sus palabras.

— Se que te gusto.

— Yo...

— Ven — Tomó su delgada mano y la jalo hacia él. Su cara roja se pagaba a su pecho del chico.

— Yo, yo... Tengo algo que darte.

Él no permitió que siguiera hablando, tomó su rostro y los junto en un beso, que empezó lento pero poco a poco se están haciendo más frenético, por falta de aire se separaron. Sacó una nota de su pantalón y se la entregó. Morgan la leyó.

— En realidad no soy tan bueno con las palabras, no es lo mismo a una carta pero dime Morgan ¿Cuál es tu respuesta?

— ¡Si! —. Él solo sonrió y volvió a besarla. Se separaron y ella le dio la carta.

Ella debía volver, pero antes la beso por última vez, y espero quedarse solo para leer su carta.

Oficialmente eran pareja, Morgan aún era demasiado inocente, Daniel lo sabía, tomó años pero su deseo de poseerla y hacer que ella fuera de su propiedad no había cesado en cambio se hizo más fuerte, estaba por cumplirse, quería morderla y hacerla un desastre, era su propiedad ahora.