Morgan había cancelado la cita que tenía con Daniel, por el motivo de uno de sus ensayos extras que tomaba con Selene, ella le envió un mensaje la noche anterior que salieran juntos el otro viernes. Daniel había preparado una salida con ella, estaban saliendo pero hasta ahora no habían tenido una cita decente, aún así busco entre sus contactos y llamo a uno en especial que tenía el nombre Michelle.
En una habitación de hotel de la ciudad, Daniel estaba con otra persona, una hermosa Morena, de nombre Michelle, una de tantas chicas omega con quien solía encontrarse a menudo, la razón de su llamada era obvia, no perdieron tiempo y al cerrar la puerta de la habitación lo siguiente que pasaría no era un secreto.
El pecho de la morena subía y bajaba rápidamente, Daniel sujetaba sus caderas fuertemente entrando más profundo en ella, los gemidos intensos de la chica lo exitaba mucho más para acelerar el sus estocadas. Daniel tomó el rostro de la chica y la beso con fiereza, salió de ella y la puso de espaldas, mientras seguía besándola volvió a entrar en ella, haciendo ruidos obscenos mientras chocaban sus pieles, Daniel aumento la velocidad de sus estocadas anunciando que estaba por venirse, antes de llegar al clímax, golpeó el punto dulce de la morena dando un largo gemido, mientras él dio un par de estocadas más y se vino.
— Hoy estuviste más rudo que de costumbre.
— Mi novia cancelo nuestra cita, estoy frustrado.
— Oh. Hablas de la pequeña omega de ojos grises, pensé que solo estabas jugando con ella.
— ¿Jugando?, Michelle no te confundas, ella será mi esposa, madre de mis hijos, sabes que solo te llamo para tener sexo —. La morena no pudo evitar sentir una opresión en su pecho al escuchar las palabras del alfa.
— En verdad eres un idiota...
— Aún tengo algo de tiempo, sigamos con otra ronda.
***
Morgan estaba muy agotada, la nueva rutina que Selene había elegido para ellos era realmente difícil, la razón por la cual decidió ponerles nuevas rutinas era nada más y nada menos porque últimamente muchos chicos no asistían a las clases, llamo a todos y recibieron el castigo, si seguían faltando serias obligados a repetir año.
En realidad ella esperaba con ansias tener una cita con su novio, pero después de ver a su tía enojada, le daba escalofríos desobeder. Aún faltaban dos horas para terminar sus ensayos, sentada en el piso junto a Viktor solo puso suspirar de cansancio, más tarde iría a ver a Daniel.
— Morgan... En verdad voy a morir de dolor —. Viktor caminaba lentamente, sus piernas a penas y tenían fuerzas.
— Esos idiotas, si no fuera por ellos no tendríamos este dolor —. Morgan caminaba a su lado igual de adolorida.
— Agh enserio malditos idiotas, ojalá se les caiga el pene —. Morgan no contuvo la risa, su amigo podía ser muy impulsivo.
— ¡Uf! Solo vamos a las regaredas, estoy completamente bañando en sudor, soy asco y tu igual Viktor.
— Te veo allá, voy por mis cosas.
Los amigos fueron a sus respectivas habitaciones, para encontrarse en las regaderas, la mayoría de los chicos a esa gira ya habían tomado un baño, menos el club de danza. Era normal que tomarán baños juntos, no se veían con algún tipo de sentimiento lascivo, tomaron su tiempo para lavar sus cuerpos, salieron apurados si no se daban prisa la cafetería cerraría, y ellos no querían acostarse con el estómago vacío.
Sus esfuerzos no dieron fruto, llegaron tarde pero afortunadamente Vincent y Pether compraron algunas cosas para ellos.
— Coman despacio —. Vincent dijo en tono calmado.
— ¿Por qué castigaron a su grupo? —. Pether preguntó curioso.
— Varios chicos estaban faltando a los ensayos —. Viktor habló mientas aún tenía la boca llena.
— No hables con la boca llena —. Su gemelo reprendió.
— Mi tía no es alguien con mucha paciencia, así que era claro que esto pasaría.
— Es una mujer delta, su carácter es fuerte —. Pether dijo tranquilo.
La pareja de alfa y omega, observa a los chicos comer desesperados, Vincent y Pether eran como los padres de ese par, tenían la misma edad pero en cuanto a madurez tenían la ventaja de ser más responsables.
Apenas llegó a su habitación, quito sus zapatos, pantalón, cambió su ropa por algo ligero, su cama estaba mucho más suave que de costumbre, tomó su teléfono y llamó a su novio. Espero que contestara, pero la voz que recibió fue el buzón de voz, así fue por dos veces más. Creyó que estaba con su familia, no había vuelto al internado, lo más probable era que estuviera dormido, para no molestarlo envío un mensaje de buenas noches.
— Tienes un mensaje —. Una pelirroja habló al castaño a su lado.
— Es mi novia —. Seguía molesto, así que no respondió.
No estaba con Michelle, en cambio fue a una de tantas reuniones donde los alfas, hacían un tipo de fiesta donde el instinto era el dominante.
Mentiras... Más mentiras, solo era el comienzo, pero el alfa confiaba demasiado en su ego, y la omega cada vez se enamoraba de él.