Morgan tenía cero experiencia dentro de los romances, era ingenua y lo único que alguna vez pudo saber del amor estaba dentro de uno de tantos libros que había leído. Era una chica muy lista y capaz, aún así no podía imaginar los sentimientos que realmente tenía su novio hacia ella.
A sus ojos, él era encantador, muy dulce y amable con ella, era feliz, sentía el calor de ser amada por alguien, seis años de sentirse sola se fueron con solo verle y tener una relación con él. Aún así ella estaba llena de dudas, quería resolverlas preguntando a sus amigos, pero sabía que a ellos no les agradaba su novio, su tía Selene no podía ayudarla ya que la mayor parte de su vida no tenía algún tipo de relación formal, quería preguntarle a su madre pero estaba demasiado avergonzada para decirle.
A menudo solía llamar a sus padres, mensajeaba constantemente con su papá quien era quien mandaba fotos de sus hermanitos, eran pequeños regordetes, con cabello rubio al igual que Masha su madre, y los ojos grises de Morgan su padre, trillizos que no pudo ver nacer, ni mucho menos conocía, pero tenía ya ese fuerte amor por ellos con tan solo saber que eran su familia.
Aburrida sin tarea pendiente que hacer, no quería molestar a sus amigos, su novio tenía entrenamiento toda la tarde, se levantó de su cama solo para tomar su teléfono de la mesita de noche, nuevamente se volvió a recostar, busco una pose cómoda para estar, y llamo a su padres, quería hablar un rato con ellos.
Llamo a Masha primero pero mandó directo al buzón de voz, intento de nuevo, de nuevo y de nuevo, pero el resultado fue el mismo, buzón de voz, llego a la conclusión de que él estaba ocupado, marcó otro número y a diferencia de las otras llamadas, esta fue atendida de inmediato.
— Hola papá —. Morgan padre de Morgana al ver la llamada de su hija, atendió de inmediato solo por ser su pequeña.
— ¿Estas bien querida? ¿Sucedió algo Morgana?
— Estoy bien papá — soltó una risita —. No te preocupes, ¿y mamá?
— Masha fue con tus hermanos a comprar algunas cosas, sabes como es él.
Morgana recordaba que Masha solía comprar muchas cosas para ella, debido a eso salían seguido al centro comercial, al parecer eso no había cambiado.
— Aún tiene la misma costumbre de comprar demasiado ¿No te molesta papá?
A comparación de Masha su esposo Morgan, era una persona sencilla, solo compraba lo necesario.
— No no me molesta, he vivido con él años y me he acostumbrado a su forma de ser.
Repentinamente surgió una duda en su mente de la chica, tenía curiosidad acera de cómo era su relación amorosa de sus padres.
— Papá... ¿Qué es lo que te gusta de tu esposo? —. El hombre al otro lado de la llamada suspiro.
— Nos conocemos desde nuestra infancia, pero en nuestra adolescencia dejamos de vernos, pero lo que más me gusta de él son sus ojos azules.
— ¿Sus ojos?
— Cada vez que me veía reflejados en ellos, admiraba el color azul cielo, me perdía en la mirada profunda de Masha.
— ¿Solo te gustan sus ojos?
— Claro que no, me gusta su forma de ir contra la corriente, su personalidad fuerte, y por supuesto dio a luz a mi hija mayor.
— ¿Papá por qué decidiste tener a los trillizos tú? —. Ella sabía que Masha era un alfa de clase alta y su padre también.
— No es un secreto que tu abuelo es demasiado estricto con las tradiciones, el orgullo de un alfa debe mantenerse ante todo, más para la familia Ivánovich... Masha salió embarazado, tu abuelo no lo tomó de la mejor manera y nos fuimos lejos, cuando era la hora del parto, Masha casi muere por cantidad de sangre que perdió, me preocupe demasiado en ese entonces y sentí la impotencia de no poder hacer nada por él, así que decidí que el próximo hijo lo tendría yo, así fue como nacieron tus hermanos, a pesar de que solo esperaba un bebé no tres.
Morgana analizó la información que acababa de escuchar, era increíble escuchar como una persona tenía tango amor por la otra que tomó su lugar, para mantenerla a salvo. Estaba segura de una cosa, se parecía a su padre en más de un aspecto, ella tenía el mismo sentimiento de proteger a la persona a quien amaba.