Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
"Michael miró a Wendy expectante mientras ella colgaba el teléfono. Parecía estar esperando su respuesta. Wendy le devolvió la mirada y rápidamente la bajó.
No estaba segura de qué decirle.
Intentó evitar la pregunta.
—Se está haciendo tarde —comentó—. Vamos a irnos. No sería apropiado que nos quedáramos demasiado tiempo aquí en esta oficina.
Se dio la vuelta para irse pero la voz de Michael la detuvo.
—Wendy, ¿no puedes darme otra oportunidad?
Wendy estaba en un dilema ya que no sabía si debía darle otra oportunidad.
No se volvió, pero con tono serio, dijo:
—Ahora soy la novia de Todd. ¿Seguramente sabes lo que eso significa?
Michael siempre había ignorado el hecho de que Todd y ella estuvieran juntos. Como él quería hablar abiertamente de este problema, Wendy decidió abordar la pregunta.
—Yo... —Michael ciertamente sabía a qué se refería. Todos eran adultos.
Wendy no escuchó su respuesta. Sonrió mientras se volvía.
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