1
Después de que Linnet me hubiese puesto al tanto de lo sucedido cuando perdí el conocimiento, ella cambió nuevamente sus ropas y cocinó la cena. Muy para mi sorpresa se trataba de carne de Vaca, no sabía de donde la había sacado; pero sí que se encontraba es su punto justo de cocción. La llevó en un plato hacia mi pieza, se sentó a mi lado mientras comía su propia porción y empezó a hablar:
- De donde vengo por lo general la carne de Res es algo casi sagrado, solo es consumida en grandes festines o días memorables, ya sabes bodas, días festivos o cumpleaños- me contó esbozando una sonrisa recordando aquello al parecer
- Dices que tu mundo es distinto; pero hay muchas cosas que no parecen variar del mío- le contesté calmadamente y sonriendo de alegría
- No tienen por qué hacerlo- me respondió, luego tomó un pedazo de carne con la mano y se la introdujo en la boca, luego teniéndola llena me dijo- hay muchas cosas que varían en los universos; pero hay cosas que siempre se mantienen inmutables y pueden ser dadas por hechas, el comportamiento humano es una de esas cosas
- ¡Pero los modales al parecer no Linnet!, desde que finalizo la edad media que las personas civilizadas dejaron de comer con la mano- le regañé un poco molesto al ver como la Exploradora de Grumsier devoraba su carne con la mano y hablaba con la boca llena
- Si vieras los Perritos Calientes opinarías distinto- rió ella totalmente despreocupada de mis quejas
- ¿Perritos Calientes? ¡¿acaso en tu mundo devoran a los Perros?! ¡qué salvajes!- exclamé molesto ante semejante revelación
Linnet soltó una pequeña risita que tuvo que contener con sus dedos.
- Ese es su nombre; pero creo que la carne que la compone tiene todo tipo de especies, menos la canina, de todas formas no es un alimento proveniente de mi mundo y en el tuyo puede que no se descubra sino varias décadas más tarde, en los otros así fue; pero créeme cuando te digo que hay ocasiones en que la civilización y el salvajismo van juntos de la mano y actúan como un mal matrimonio que no quiere reconocer los fallos de su pareja- su mirada tierna hizo que mi enojo se calmase junto con mi horror inicial, después una idea paso por mi cabeza
Sin saber por qué esa pregunta se cruzo por mi cabeza, decidí formularla. Supongo que si la hubiese callado ella igual la hubiese contestado.
- ¿En tu mundo tienes familia Linnet?
Se quedó callada un minuto y luego me dijo con una voz muy dura; pero también llena de orgullo
- Si, la tengo o mejor dicho la tuve, hace mucho de ello; pero aun las recuerdo con mucho cariño, supongo que debí haber aceptado la oferta de quedarme en el paraíso esperándolas junto con mis ancestras; pero como veras mis ánimos de explorar los confines del universo fueron más fuertes que la estabilidad pos mortem
- Lamento oírlo Linnet- le dije con pesar y tristeza, ella rió un poco para decirme
- No lo lamentes John, tampoco fue que estuviese allí para ellas durante toda mi vida humana, siempre fui de aventuras ¿sabes?, nunca me quede en mi hogar por mucho tiempo y por lo general vivía en otros países y otros lugares. Mi vida entera fue la de una Exploradora que buscaba terrenos nuevos que conocer y nombrar, supongo que tú me entiendes ¿verdad?- me dijo con una sonrisa de complicidad, mientras continuaba comiendo con la mano
- Algo- le respondí con un suspiro- pero a diferencia tuya yo no tengo a nadie por quien velar, me encuentro solo Linnet, siempre me encontré solo
- Ahora no- me dijo con una sonrisa a la vez que me guiñaba el ojo- ahora me tienes a mí, aunque sea por un tiempo limitado
- ¿Quieres que te hable de mi madre?- le pregunté extrañado por haberlo pensado siquiera
- Me encantaría- me respondió ella con un tono de voz tierno y amoroso, a la vez que me veía con mucho cariño
2
Ella no era como mi padre, nunca me dio un trato frio ni tampoco fue tan seria conmigo. Aunque tampoco éramos compañeros inseparables y creo que mi madre solía entender mas mis aspiraciones. Por las noches me contaba las clásicas historias de Hadas y fantasmas. Crecí durante muchos años oyendo sus narraciones sobre grandes Dragones que amenazaban reinos completos o también de doncellas en peligro que eran rescatadas por valientes paladines o príncipes, con el tiempo también decidí empezar a leer por mi cuenta esas historias; pero de todas las historias que ella me narraba, había una que no quería ni leer si mi madre no la narraba antes. Se llamaba a princesa valiente, no sé por qué; pero esa historia era lo opuesto a lo comúnmente narrado en los cuentos de Hadas. Trataba de como un grupo de piratas habían secuestrado a un joven y valiente príncipe, él no podía hacer nada contra sus captores y estos pedían una suma muy grande de dinero para liberarlo; sin embargo cerca de donde ellos se encontraban, vivía la hija de un antiguo paladín. Esta tenía un entrenamiento especial y sabía defenderse por sí sola. Aquel príncipe, que los piratas habían secuestrado, era su mejor amigo, ella sin pensárselo dos veces tomo la espada de su padre y partió en su rescate. Aquellos piratas no creían que esa muchacha fuera a ser un verdadero peligro y la subestimaron, siendo ese su gran error. La joven mato al capitán del barco y no se detuvo en ningún momento, hasta que todos los piratas yacieran en el suelo con sus cuellos cortados.
Después de eso ella libero al príncipe y este, en agradecimiento, le pidió que fuera su esposa, ella aceptó convirtiéndose en la reina y guarda espalda personal del rey, no falta decir que vivieron felices para siempre el fin.
A pesar de lo mucho que amaba a mi madre, eso no impidió que muriera de una neumonía cuando yo tenía doce años. Luego de eso solo fue la frialdad constante de mi padre. Creo que fue después del fallecimiento de mi madre que yo empecé a estudiar geografía e historia, como también la astronomía, supongo que fue después de ello que decidí ser un explorador.
3
Solo hubo un pequeño silencio que no puedo decir cuánto duro; pero ella sonrió un poco y me conto una historia muy interesante.
- Ese cuento de hadas es muy lindo John, debió ser muy especial para ti si no querías que otra persona que no fuese tu madre lo contase en voz alta, me recuerda una historia de mis tierras, un cuento de hadas si así lo quieres
- Me gustaría oírlo Linnet- le pedí de forma amistosa a lo que ella asintió y viéndome con cariño comenzó a contarla
- El cuento comienza después de que una Dragón se desposara a la fuerza con el joven Príncipe del reino, su madre, una Reina valerosa y bondadosa, no pudo detenerla, la Dragón la asesino para después casarse con su hijo, de esa relación forzada nació una niña que tenía todos los poderes de su madre; pero también la inteligencia y bondad del padre, la pequeña Princesa pasaba mucho tiempo practicando distintos tipos de combate, que iban desde la esgrima hasta el tiro con arco, como su madre no le interesaba criarla debidamente, fue su padre el Rey junto con una mujer que amaba de mucho tiempo antes, quienes lo hicieron, ese dulce Rey le inculcó los valores morales que había tenido su abuela y le hizo distinguir el bien del mal, la amante y madre del alma de la princesa le enseñó a pelear y a ser una mujer digna cuando creciera. Fue gracias a su padre y a su madre del alma que la joven Princesa pudo ver lo que su madre le estaba haciendo a su reino y lo que había sido el mismo en tiempos de su abuela. Cuando la joven Princesa creció y se encontraba en edad de ser Reina, fue que conoció a un muchacho maravilloso del cual se enamoró, aquel joven plebeyo la amaba y fue su primer amigo; pero por desgracia no podía consentir estar al lado de la hija del monstruo que mataba a su gente y que los torturaba con impuestos altos, como también realizaba acciones criminales contra otros varones indefensos; pero la Princesa continuó acercándose a él para conocerlo mejor, aquel hombre maravilloso le enseñó de a poco una vida lejos de los lujos del palacio y como la humildad podía ser la señal de grandeza más importante que el nombre o la corona, también la princesa le enseñó a ser más valiente y decidido en la vida, como también a que aceptara ese valor interno que poseía. la joven Princesa decidió que quería casarse con ese muchacho; pero su madre creyó que era demasiado valiente para ella, sin decirle nada a su hija fue y quemó su granja, asesino a sus padres o madres en nuestro idioma, también lo secuestró, para ponerlo en un calabozo en donde decidiría hacerle lo mismo que le hizo a su marido, cuando la Princesa vio lo que su madre había hecho decidió castigarla, usando un poco de ingenio logro crear algo con lo cual poder herir a su madre y creó una pistola, cuya munición eran balas de metal explosivo, el día de la coronación se enfrento a su madre y esta, al ver como su hija se ponía en su contra, intentó asesinar al Rey; pero la princesa pudo asestarle un tiro en el pecho, luego ella se convirtió en una Dragón que la asesinó lentamente desmembrándola. La Reina Dragón agonizo durante varias horas; pero al final murió debido a la pérdida de sangre, el Rey abdico ese día y su hija la Princesa se convirtió en Reina, mientras que aquel adorable muchacho fue coronado como su Rey, el reinado de esa muchacha fue largo y grandioso. Su reino volvió a ser hermoso, las nuevas Reinas tuvieron hijas y – se detuvo en ese momento adoptando una expresión de tristeza, como si algo le hubiese dolido recordar, supongo que fue el hecho de contar un cuento de hadas de su tierra natal en un lugar distinto. Linnet se recompuso de inmediato para decir- vivieron felices para siempre el fin
4
Linnet se calló por un momento y luego me vio con cariño para después esbozar una sonrisa muy tierna, pensaba que debía haber sido la primera vez en toda esa aventura en la que miraría a Linnet de una manera muy femenina; pero después me daría cuenta que no me encontraba ni cerca de verla en toda su femineidad.
- ¿Qué opinas del cuento?- me dijo con una voz muy suave- ¿te gustó?
- Es un cuento muy hermoso Linnet, es cierto que no se mucho de la cultura de tu mundo; pero esa historia es demasiado preciosa, una lástima que mi mundo la desconozca- le respondí totalmente desanimado, no solo por ello sino por esa pequeña vulnerabilidad femenina que vi en ella durante esos pequeños minutos
- Si- me respondió con una voz muy baja, mientras su cabeza también se inclinaba en señal de pesar - una verdadera lastima
- Al menos la protagonista de la historia podía llevarse bien con su padre- señalé con pesar
- Tú y tu padre no se llevan bien ¿verdad?- me preguntó ella retomando su animo
- No, al menos no mucho últimamente, él siempre creyó que era demasiado soñador y poco práctico, él es un doctor de medicina y solo entiende de cosas concretas, mi madre era más soñadora, no sé cómo fue que ellos dos se llevaron bien en un principio- le conté sintiendo un pequeño dolor interno en mi corazón, el cual tuve que reprimir cuanto antes
- ¿Siempre fue así?- me preguntó ella mirándome con dulzura
- No, antes era muy amable conmigo, no me entendía; pero al menos no buscaba que fuese su viva imagen, cambió después de la muerte de mi madre. Allí se mostro más severo y menos amable, con el tiempo nuestra relación se distancio bastante y yo encontré una gran amistad en Tim- aquella confesión hizo que mi corazón volviera a dolerme, sin embargo aparentaba mucha rudeza delante de ella, no debía mostrar un lado sensible delante de nadie, aunque ya lo hubiese hecho antes
- Ya veo- murmuró Linnet sobándose el mentón con su mano derecha
- Linnet, es hora de acostarse y deseo descansar un poco, hasta mañana que continuemos con la búsqueda, creo que hemos terminado de comer o por lo menos yo no veo comida en tu plato, así que pienso que deberíamos dormir- le dije de inmediato tratando de dar la conversación por terminada, antes de que mis emociones me ganasen por completo
- Completamente de acuerdo querido, nos vemos mañana- me contestó ella mirándome con cariño, al parecer entendía lo que pasaba y lejos de regañarme, me comprendía a la vez que me respetaba
Ella apagó las velas de un soplido y se acostó a mi lado, dormimos esa noche de espaldas.
5
Esa noche tuve un sueño muy hermoso en donde me encontraba en un bello jardín, lleno de flores blancas, y allí se encontraban dos niños. Uno era un muchacho de piel blanca y una gran sonrisa, tenía el cabello rubio largo y vestía igual que Linnet, la otra era una niña pequeña que llevaba un hermoso vestido color rosa, su cabello era negro o posiblemente castaño y con rulos muy bien armados, también podía ver a la madre de aquellos dos chicos, ¿era mi esposa y esos dos niños eran mis hijos? No podía saberlo con claridad, porque su rostro no era visible. Había una gran luz blanca tapándole el rostro y su vestido era de color dorado; pero no podía ver con claridad quien era. El sueño termino cuando las primeras luces de la mañana iluminaron mi rostro.