Con la ofrenda de valor puro y la luz del faro guiándolos, el grupo de amigos se dirigió de nuevo hacia la cueva bajo los acantilados. La noche estaba en su punto más oscuro, pero el resplandor que emanaba del faro les proporcionaba una luz reconfortante y esperanzadora. Sabían que la batalla final con la Sombra del Abismo estaba cerca y que la vida de Emily y el destino de Havenbrook dependían de ellos.
Cuando llegaron a la entrada de la cueva, un susurro inquietante les dio la bienvenida. Alex tomó la delantera, levantando la linterna que habían creado con su valor, y el grupo entró en la oscuridad, avanzando con determinación. A medida que se adentraban más en la cueva, el susurro se hacía más fuerte, como si la Sombra del Abismo supiera que estaban llegando.
La cueva parecía más amenazante que antes, con sombras danzantes y formas extrañas en las paredes. Finalmente, llegaron a la cámara central, donde habían visto por última vez a la figura oscura. Allí, en el centro del pozo, la Sombra del Abismo los esperaba, sus ojos brillando con una malevolencia fría.
—Sabía que volverían —dijo la Sombra, su voz un eco de múltiples susurros—. Pero es inútil. Este lugar es mío y vuestra valentía no es suficiente para detenerme.
—No estamos solos —respondió Alex, levantando la linterna—. Tenemos la luz de la estrella y nuestra ofrenda de valor puro. No te dejaremos llevarte a Emily ni a nadie más.
La Sombra se rió, un sonido que resonó en las paredes de la cueva, haciendo eco en la oscuridad.
—La luz no puede existir sin la sombra —dijo—. Y vuestra valentía se desvanecerá ante mi poder.
Con un grito de desafío, Alex y sus amigos avanzaron hacia la Sombra, levantando la linterna para que su luz iluminara el pozo. La Sombra retrocedió momentáneamente, pero luego avanzó de nuevo, su forma oscura extendiéndose como una marea negra.
Lily cerró los ojos y se concentró, recordando las palabras del diario de Thomas Grayson. Con voz temblorosa pero firme, comenzó a recitar el antiguo ritual:
—"En nombre de aquellos que no temen, en nombre de la luz que desafía la oscuridad, te ordenamos que regreses a donde perteneces. Sello del valor puro y la luz de la estrella, por el poder de la unidad, te confinamos para siempre."
La luz de la linterna brilló más intensamente, proyectando un resplandor cegador. La Sombra gritó, su forma distorsionándose y retorciéndose. Alex, Tom y Jamie se unieron a Lily, repitiendo las palabras del ritual. La cueva tembló y el susurro se convirtió en un rugido de ira y desesperación.
Con un último grito, la Sombra del Abismo se desvaneció, absorbida por la luz. El pozo dejó de emitir su oscuridad y la cueva quedó en silencio, solo el eco de la luz persistiendo en el aire.
Los amigos cayeron de rodillas, agotados pero aliviados. Sabían que la batalla había terminado y que habían logrado lo imposible.
—Emily... —susurró Jamie, mirando alrededor—. ¿Dónde estás?
Un leve gemido se escuchó desde el fondo de la cueva. Se levantaron de inmediato y corrieron hacia el sonido. Allí, en una pequeña cavidad, encontraron a Emily, asustada pero viva. Jamie la abrazó con fuerza, las lágrimas corriendo por su rostro.
—Estás a salvo —dijo, entre sollozos—. Te tenemos.
Emily, todavía temblando, miró a sus amigos con gratitud.
—Sabía que vendrían por mí —dijo débilmente—. Sabía que no me dejarían sola.
Con Emily a salvo, el grupo salió de la cueva, sintiendo el aire fresco y limpio de la noche. El faro seguía brillando intensamente, su luz un faro de esperanza y triunfo. Sabían que habían derrotado a la Sombra del Abismo, al menos por ahora, y que Havenbrook estaba a salvo.
Al llegar al pueblo, fueron recibidos como héroes. La noticia de la desaparición de Emily y el coraje de los amigos se había difundido rápidamente. Sarah, la madre de Emily, corrió hacia ellos, abrazando a su hija con lágrimas de alivio.
—Gracias —dijo Sarah, mirando a los amigos con gratitud—. No sé cómo agradecerles lo suficiente.
—Lo hicimos juntos —dijo Alex, sonriendo—. Y juntos siempre seremos más fuertes que cualquier oscuridad.
Esa noche, bajo la luz del faro y las estrellas, Havenbrook celebró la valentía y la amistad. La Sombra del Abismo había sido derrotada, y aunque sabían que podrían enfrentar otros desafíos en el futuro, estaban seguros de que, unidos, podrían superar cualquier cosa.
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