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Sexo

El pecho de Tanying subía y bajaba precipitadamente debido a su respiración que trataba controlar debido a su furia. Nunca en su vida había sentido ganas de estrangular a una persona hasta satisfacerse, pero ahora quería estrangular y golpear aquel hombre que no hacía más que aprovecharse de ella una y otra vez. "Maldito espero que te pudras en el infierno ", maldigo Tanying internamente. _ ¡Ahg!_ chilló Cuando otra fuerte palmada estalló nuevamente en su trasero sin piedad.

_ Controla tus pensamientos_ advirtió y exigió _ responde mi pregunta.

_ No eres loco, no lo eres _ grito Tanying mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Pero internamente lo maldecía silenciosamente." Loco demente maldito sicópata, juro que me la pagaras ".

_ Buena chica _ alabó Maximiliano abriendo la puerta de una habitación sin saber los pensamientos de la chica.

_ Suéltame ya _ exigió Tanying entre sollozos.

De un momento a otro su cuerpo fue arrojado sobre una gran cama el colchón era tan suave y flexible que su cuerpo se balanceó. Sin decir una palabra Maximiliano se marchó de la habitación dejando cerrada la puerta con seguro. Dejando a la chica que llorara hasta que se durmió.

Frustrada por la situación Tanying no había hecho más que gritar y golpear la puerta desde que se había levantado. Aun así solo había pasado una sirvienta a dejarle el desayuno con un par de guardaespaldas que no le permitía que tuviera ninguna oportunidad de escapar. Cuando imagino que podía escapar por las ventanas su decepción fue grande al ver que estaba con seguro anti robo Maximiliano se había asegurado que no tuviera ninguna manera de escapar._ Ojalas un traile, atropelle tu coche _ volvió a gritar mirando la puerta y como si su voz invocara al mismísimo demonio la puerta se abrió dejando mostrar las hermosas facciones del hombre que se mantenía inexpresivo mirándola desde el portal de la puerta.

_ ¿Qué acabas de decir?_ pregunto arqueado su ceja derecha sin dejar de mirar a la chica. Su mirada penetrante hizo que Tanying se sintiera intimidada como si ella se tratara de una simple pulga, sin mostrar ninguna de sus emociones Tanying volvió a decir sin apartarle la mirada:

_ Dije que ojalá un traile atropelle tu coche.

El rostro de Maximiliano se oscureció por completo." Esta chica sí que era valiente para desafiarlo una y otra vez "pensó. De un momento a otro estaban tan cerca ambos que sus respiraciones chocaban.

_ Atrévete a decirlo otra vez _ la desafío Maximiliano sin apartar la mirada de los ojos de la chica.

Tanying trago fuerte y todo su cuerpo no pudo evitar temblar.

_ Dije que ojalá un traile atropelle tu coche _ afirmó haciendo resaltar cada sílaba. Esta fue la gota que derramó la paciencia del hombre sin duda ella no le tenía ningún miedo y no le importaba ofenderlo una y otra vez, ahora se atrevía a desearle la muerte. Apretó los dientes con frustración, y enfatizó cada sílaba lentamente:

_ Al parecer alguien no ha aprendido la lección de que no se debe desafiarme.

Tanying sentía que si no guardaba distancia de aquel hombre iba a morir algunos de estos días. Pero tampoco está dispuesta a dejarse intimidar. Sonriendo sarcásticamente Tanying dijo:

_ Sr. Cash al parecer su única especialidad es intimidar a una pobre y débil chica como yo ¿Acaso no tiene cosas más importantes que hacer?.

Con en ceño fruncido Maximiliano la miro de pies a cabeza y respondió:

_ ¿Tú? Una pobre chica débil._ Y se echó a reír como si lo que acabará de oír fuera el chiste del año.

_ ¿Crees que soy ingenuo?.

Vaya la chica sí que sabía como usar su vocabulario si no supiera realmente quién era le hubiera creído. Con todos los antecedentes que tenía ni siquiera el más tonto la podría considerar una chica débil, pensó Maximiliano con sus ojos fijos en la chica. Aunque no se podía negar que la chiquilla traviesa tenía lo suyo por más que lo intentará negar tenía curvas perfectas, su cabello, ojos, nariz, cejas. Todo en ella era perfecto. Sin tan solo su comportamiento y actitud fueran bueno sería más que perfecta. Sin embargo a pesar de las observaciones de Maximiliano tenía una sonrisa malvada.

_ Suficiente no me interesa lo que pienses me largo de este bendito lugar antes de que me vuelva loca _ anunció Tanying apartando el hombre de un empujón, que tomó desprevenido a Maximiliano haciendo que su cuerpo se balanceara.

Cuando estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta un montón de sirvientas aparecieron con todo tipos de vestidos, zapatos, maquillaje, accesorios que dejaron pasmada a Tanying parpadeando inocentemente volvió a mirar al hombre que se encontraba dentro de la habitación. Sonriendo inocentemente con tono de burla Tanying dijo:

_ Sr. Cash no sabía que era de los dos bandos, no es de extrañar que haya estado soltero veintiocho años. Oh perdón quise decir aún sigue.

Hubo un momento que la gente murmuraba que el heredero de la familia Cash le gustaban los hombres, ya que nunca se lo había visto con ningún tipo de mujer. Esos rumores se aplacaron cuando comenzó a aparecer con la famosa actriz Alison Su en las portadas de las revistas y todos los medios de comunicación. Sin embargo Tanying pensó que al hombre le gustaban ambos sexos. Los empleados que escucharon aquellas palabras quedaron de piedra, nunca nadie se había atrevido a ofender a su jefe al tal extremo, pero esta chica le había dicho de todo. Al ver lo tensa que estaba la situación todos deseaban desaparecer por arte de magia, Tanying era la única que reía como tonta que ni siquiera se había prescatado de la cara de póker que tenía su futuro esposo.

_ Puedo mostrarle detalladamente cuál es el sexo que me atrae verdaderamente Sra. Cash _ murmuró Maximiliano acorralándola contra el portal de la puerta. Luego deslizó su mano detrás de ella para peñiscarle el trasero. Tanying no dijo nada se quedó pasmada ante lo que acababa de pasar, después de lo que pareció una eternidad la joven finalmente volvió en sí. _ Maximiliano Cash, maldito sicópata ¿cómo te atreves? .. juro que te mataré _ grito Tanying. Después de usar toda su fuerza Tanying se sintió frustrada y avergonzada al verse incapaz de soltarse de su agarre para poder golpearlo.