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La Obsesión de la Corona

—Tu cama está fría —habló una voz en la habitación que hizo que abriera los ojos de par en par por el miedo. Nerviosa, se giró, tragando suavemente al ver una sombra en su cama como si alguien yaciera allí. El hombre que había estado tumbado se sentó, emergiendo de las sombras donde había estado esperándola. —¿Qué haces aquí? —preguntó ella cuando sus pies tocaron el suelo y él se impulsó hacia arriba para empezar a caminar hacia ella. Sus rasgos guapos se veían más oscuros de lo habitual por la falta de luz en la habitación. —Vine a encontrarte —inclinó la cabeza—, ¿a dónde fuiste? —Salí a caminar —fue la rápida respuesta que hizo que él sonriera, una sonrisa que a ella le daba más miedo. Ella dio un paso atrás cuando él se acercó a ella. Eso no lo detuvo de acorralarla, y su espalda golpeó la pared detrás de ella. Levantó la mano hacia su rostro, y ella cerró los ojos, asustada. Ella tembló cuando sus dedos trazaron un camino desde su sien pasando por su mandíbula y cuello. Su cabello rubio estaba suelto. —¿En medio de la noche? —ella no le respondió sabiendo que él podía descifrar sus mentiras a través de sus palabras. Él se acercó más, lo que hizo que ella girara su rostro lejos de él y sus palabras vibraron en la piel de su cuello—, ¿fuiste a verlo, mi dulce niña?

ash_knight17 · 奇幻言情
分數不夠
554 Chs

Dudas- Parte 1

Al escuchar las palabras del Rey, la sala del tribunal que ya estaba en silencio con apenas algún leve susurro se quedó muerta. Madeline quería que la tierra la tragase para nunca más ser vista aquí de nuevo debido a las demandas del Rey en cuanto a la liga que había pedido a James que cosiera. Su rostro se había vuelto completamente rojo, y si alguien la miraba, sabrían que Calhoun hacía tal demanda al sastre no por nadie más sino por ella. 

—¡Estaba siendo escandaloso! —Madeline solo miraba al suelo, sin atreverse a mirar ni a James ni a Calhoun en esos momentos. Había venido aquí para que el Rey no lo matase sin razón alguna, pero no sabía que él tenía planes de mortificarla indirectamente frente a todos en la habitación. Solo Calhoun parecía tranquilo, ya que él era quien había dado la orden, y Theodore, siendo la mano derecha del Rey, apenas cambió su expresión de su cortés comportamiento como si no estuviera afectado por las palabras del Rey. 

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