Al otro lado.
Gu Jingze ya hizo que alguien siguiera a Lin Che,escuchó que ésta fue a un hotel primeramente. Después de eso, Lu Beichen se la llevó.
Inmediatamente llamó a Lu Beichen.
Lu Beichen sabía que llamaría. Intencionalmente preguntó por teléfono: —¿Qué hace que el gran director general Gu me llame a mí por su cuenta?
—Basta de tonterías. Tráemela de vuelta —dijo Gu Jingze sin ceremonias.
—Oh, Dios mío, ¿te la devuelvo? ¿Sobre qué base? La intimidaste e incluso le impediste salir de casa. Si la quieres de vuelta, ven a buscarla tú mismo. No te la estoy enviando.
—Lu Beichen, te estoy dando otra oportunidad. Tráemela de vuelta—repitió bajando la voz Gu Jingze.
Lu Beichen se rió, se imaginó que Gu Jingze se veía muy gracioso ahora.
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