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Leeah Vetner, 24 años, un día hizo una promesa con una persona cuando era niña. Los años pasaron pero ella nunca la olvido. Perdió todo contacto con esa persona, ella espera tener un re encuentro de fantasía para llegar a una vida feliz. Pero, no sera tan facil llegar a eso... Autor: Esta es una historia original, incluyendo sus personajes y relatos. cualquier parecido con la realidad es solo pura coincidencia. _Créditos de portada a su respectivo autor_
Corriendo para encontrar refugio de esta fría lluvia, Leeah entra a su cafetería favorita que le queda a tres calles del trabajo.
Bajando su paraguas guardándolo en el paragüero, se froto las manos mientras intentaba calentarlas con su aliento caliente. Observo el interior con sus colores cálidos, inhalando ese olor querido, se limpió la suela de los zapatos en la alfombra de la entrada, la cual cumplía esa función.
En el lado izquierdo estaba la barra y a la derecha los asientos, incluso había un segundo piso en el lado derecho de la barra. Saludo al joven Bartender con una sonrisa, ya era una cara conocida para ella. Entonces se dirigió a su lugar favorito, era una esquina que pasaba desapercibida.
Este lugar le gustaba ya que quedaba en un rincón con vistas hacia fuera, dejándole una vista hermosa al atardecer en días soleados.
Momentos después mientras Leeah miraba hacia afuera la intensa lluvia con su mano apoyando su cabeza, llego el bartender con una bandeja.
-El de siempre para la señorita Lih, espero sea de su agrado.
Dijo el bartender con una sonrisa mientras colocaba el café Au Lait y dos Croissant en platillos en la mesa.
-Que bien me conoces Nic, ya no tengo ni que pedirlo yo misma, ojalá así fueran todos los chicos.
Respondió Leeah en un tono relajado mientras estiraba sus brazos hacia arriba mientras su cabello un poco húmedo caía por sus mejillas, con la débil luz cálida iluminando un costado de su hermoso rostro. Era verdaderamente una vista hermosa de presenciar.
Nic quedo hipnotizado por esta vista, no era la primera vez que la veía, pero no podía dejar de perderse así mismo cada vez.
Nic era un amigo de Leeah, con 22 años, su verdadero Nombre era Nicolás Tendher, su familia era dueña de esta cafetería, y él había crecido prácticamente en esta. Por eso cuando dejo la Universidad decidió quedarse a ayudar al negocio familiar. Aunque tenía un trabajo como fotógrafo, lo consideraba solo un pasatiempo, y ser bartender era su verdadero ser.
-Si salieras conmigo podrías recibir este trato tanto como quieras todos los días.
Leeah solo respondió con una sonrisa a la declaración de Nic, ya que estaba acostumbrada a estas palabras viniendo por parte de él. Ya habían sido 7 años desde que se conocieron, cuando ella salía de la preparatoria descubrió esta cafetería, así que por sus visitas regulares llego a conocer a Nic, lo consideraba como un hermano menor.
-Nic, acércate un poco.- Leeah hizo gestos con una mano indicándole que se acercara.
-Hmm? Que pasa...- Nic acerco su cabeza, Leeah también acerco la suya, no estaban tan lejos de distancia. El pulso de Nic se estaba acelerando, su valentía de antes se había esfumado al tener el hermoso rostro de Leeah tan cerca. Si solo se acercara un poco más…
-Buen chico, trabajas tan duro.
Leeah como si no le importara coloco su mano en la cabeza de Nic con una sonrisa, acariciando su cabello un poco ondulado.
Nic sintió todo su cuerpo calentarse y justo cuando una idea traviesa se le cruzo por la mente, quería cerrar más la distancia entre ellos.
-Bueno es hora que te esfuerces en el trabajo, mira llegaron clientes, esfuérzate.
Leeah le dio un pequeño golpe en la frente con su dedo, aunque en realidad no dolía, Nic se hizo el herido. Sacudiendo su cabeza como si quisiera despejar su mente, ahora su mirada estaba clara como antes, como si nada hubiese ocurrido.
-Que disfrute su café señorita Lih, si necesita algo solo llámeme que vendré enseguida.
Nic hizo una pequeña reverencia como un profesional, y se alejó a atender a los clientes que recién habían entrado.
Leeah vio su figura desde atrás y solo soltó una pequeña risa. Cuando su miraba se volvió a concentrar a fuera su expresión se atenuó, sus ojos perdieron su enfoque y comenzó a recordar…
La lluvia estaba fuerte en estas fechas por esta zona del país. Cada vez que llueve así, le trae recuerdos de cierto día hace 17 años. Un día como este, era el mismo clima, pero diferentes lugares, y diferentes fechas.
_ZAND_
