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JANETTE LA MOSQUETERA DETECTIVE

París, 1870. el crimen y la corrupción atormentan lo que alguna vez fue la capital del imperio Napoleónico, en medio de aquella decadencia, un muchacho llamado Jean Garnet Trustan conoce a un fantasma llamado Janette quien porta las ropas de los heroicos Mosqueteros del Rey, siendo la única esperanza en un decadente y corrupto imperio, Janette, con la ayuda de Jean, dedicara toda su vida, o no vida en este caso, a luchar contra las fuerzas del mal y traer la justicia una vez mas en la devastada ciudad de París

crazor_productions · 奇幻言情
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CAPITULO 8: LA LEYENDA DEL FANTASMA DEL CUARTO 106

Se encontraba leyendo el periódico con su ceño fruncido, me encontraba volviendo del almacén con unas manzanas, al parecer Janette amaba dicha fruta, cuando vi como Janette daba pequeños gruñidos molestos al leer un artículo del "Mensajero de Paris" furiosa tiró el periódico en la mesa a la vez que exclamaba.

- ¡Esos hijos de puta!

- Janette, ¿qué pasa?, ¿qué tienes amiga?- le pregunté a la vez que dejaba la caja de madera con las manzanas en uno de los asientos de aquella catedral

- Es esta noticia- me respondió Janette golpeando con su palma el artículo, me acerqué a leerla a la vez que ella me contaba lo que pasaba- la leyenda del fantasma del cuarto ciento seis, durante años un fantasma toca pelotas ha estado asustando a los inquilinos del famoso hotel "Flor De Liz" muchos dicen que es el espectro de una víctima de la Bastilla, siempre aparece a eso de las tres de la mañana, un hombre con camisa blanca, pantalones negros y botas del mismo color, de largo cabello blanco canoso y fino bigote blanco con una barba de chivo, tiene varias cadenas en su cuerpo, suele dar gemidos escalofriantes a la vez que mueve sus cadenas dándole un susto de muerte a los que se encuentran en dicha habitación

Me reí al oír eso y le dije

- ¿Acaso estas celosa por no ser la única fantasma que tiene la atención de los diarios franceses?

- No estoy celosa, estoy molesta y la razón de mi molestia es que no es un fantasma sino un charlatán- me respondió Janette totalmente furiosa

- ¿Por qué supones que no es un fantasma?- le pregunté sorprendido ante esa actitud

- ¿Acaso estoy molestándote con cadenas en este momento mientras hago gemidos espectrales?- me preguntó Janette cruzándose de brazos con una expresión de enojo casi infantil

- Bueno, eso quizás se deba a que tienes otras intenciones en mente, este espíritu a lo mejor quiere que lo dejen en paz en su habitación- le respondí con un tono afable para tranquilizar su evidente mal humor

- En efecto, él desea que nadie este en ese cuarto- señaló Janette con seriedad, sin embargo esbozando una sonrisa me dijo- Jean amigo, algo me dice que le daremos una visita a ese "fantasma"

Me sorprendía el enojo de Janette ante algo tan trivial como un fantasma que deseaba estar solo. No negaba que alguien, que si es un espectro, debía tener motivos validos para querer investigar este problema; pero no veía nada sospechoso o malintencionado en este caso, solo una historia de fantasmas, nada más.

Caminábamos hacia el hotel, Janette estaba callada y con una expresión seria a la vez que yo me encontraba en silencio, sin embargo antes de poder hacer una sola pregunta, u observación, ella me dijo

- De seguro te preguntas por que le doy tanta atención a este asunto en particular ¿verdad Jean?

- Bueno, si… es decir, entiendo que tus motivos tendrás; pero hasta donde yo puedo ver el fantasma no está haciéndole un mal a nadie, solo… debe querer que lo dejen en paz- le contesté un poco confundido ante lo que estábamos por hacer

- ¡Oh Jean!- rió Janette calmando su mal humor otra vez- que poco sabes de la vida y de la muerte, los fantasmas tenemos seres queridos en lo que ustedes llaman "el paraíso" que esperan por nosotros, solo aquellos que tienen un motivo valido real como el querer velar por alguien en vida, encontrar a un ser querido o solo ayudar a los demás, son los que tienen permiso de quedarse en el mundo de los vivos, caso contrario son llevados al cielo en caso de haber sido buenos muchachos o al infierno si fueron malos. Incluso las almas que penan en el mundo de los vivos lo hacen por motivos que consideran validos y muy por lo general son seres hostiles con los vivos. Aun así no suele pasar mucho tiempo antes de que estos sean llevados al infierno por sus actos

- Por ende, dices que el fantasma del hotel no es un fantasma como tal- aseguré a lo que Janette riendo me dijo

- Si fuese un alma en pena, no se limitaría a asustar a los huéspedes de esa habitación, los mataría, siendo un fantasma que desea quedarse en el mundo de los vivos, una habitación me parece algo tonto y sin sentido para dejar atrás a sus seres queridos, nuestro fantasma es de carne y hueso Jean

- ¿Y tú porque deseaste quedarte aquí Janette?- le pregunté intrigado a lo que ella se detuvo, se había adelantado un poco por lo que estaba dándome la espalda, con un tono de pesar me dijo

- Deseaba ayudar a los demás… y hay alguien a quien quiero encontrar, me dijeron… que estaba por aquí, que aun vivía, por lo que decidí estar en el mundo de los vivos hasta encontrarle y verle una última vez- después de contestarme mi pregunta continuo camino en silencio hasta llegar al hotel

Ni bien llegamos al hotel, Janette se dirigió a donde estaba el encargado, un hombre de cabello negro peinado para atrás, su cabello se veía resplandeciente, llevando un traje negro con una camisa blanca y un moño de color negro. Al ver a Janette fue que dijo

- Madame, que grata sorpresa el verla aquí

- ¿Sabe quién soy?- preguntó Janette con tranquilidad a lo que el recepcionista le respondió

- Claro que si, Monsieur Jineville habló maravillas de usted en su periódico debido a como pudo resolver el crimen de su madre exonerando a su padre en el proceso- después añadió- ahora ¿a qué se debe el motivo de su visita?

- Leí la noticia de su fantasmagórico amigo en el cuarto ciento seis- le respondió Janette sonriente- por lo que deseo ayudarlos en lo que me sea posible

- ¡Madame!, ¡es solo un cuento de fantasmas que decidimos publicar!- exclamó el recepcionista sorprendido- ¡no ha dañado a nadie y aumenta la publicidad de nuestro hotel!

- Si querías un fantasma, aquí tienes uno- le respondió Janette volviéndose transparente delante del encargado quien empezó a temblar de nervios y, quizás, un poco de miedo- con una justa paga puedo venir aquí a hacer algunos de mis trucos sin por ello tener que asustar a nadie

- Aun así madame- insistió el recepcionista cuando Janette le dijo

- Si su fantasma toca pelotas asusta a una persona con problemas cardiacos entonces ahí si tendrán un problema serio en sus manos y una publicidad nada grata para su hotel- después con una sonrisa maliciosa añadió- por lo que me gustaría hablar con él cuanto antes, así evitamos una posible tragedia

Con la palma de su mano abierta y su codo apoyado en la mesa del mostrador, Janette retomó su forma física diciendo

- Ahora la llave del cuarto embrujado, por favor

- Si madame- dijo el recepcionista con un tono de resignación entregándole la llave con el numero 106 en la misma

- Gracias- sonrió Janette a la vez que se retiraba al cuarto , con una sonrisa de disculpa agradecí al recepcionista y la seguí

Pronto íbamos a descubrir la verdad acerca del espectro de la habitación 106