La Gioconda, o mejor conocida como la Mona Lisa, es una de las adquisiciones más importantes del museo del Louvre. Siendo de origen italiano, aquella pintura era también un símbolo del orgullo de Francia al poseer la original a la vista de todos. Siendo su precio calculable en algunos mercados negros a más de un millón de Napoleones. Como ciudadanos Francés les puedo asegurar que mis dos orgullos más grandes dentro de mi muy maltratada nación eran el Arco Del Triunfo junto a esa pintura de origen napolitano.
El Tigre podía tener motivos muy validos para querer hacer sus fechorías; pero que se atreviese a querer robar la pintura más valiosa de una nación en sufrimiento me era algo inexplicable, inentendible e imperdonable.
- Por favor, explícate- le pedí intentando controlar mis ímpetus violentos al oír tal atrocidad.
- Hace una semana atrás, mientras abría su museo, el encargado encontró un papel clavado con una daga cerca de donde estaba la pintura, esta decía "la próxima vez no será una daga, El Tigre ha hablado" todo daba a entender que estaba interesado en robarla, aun así el encargado se negó a contactar con nosotros, contrató un personal de seguridad aun más extenso y preparado para este tipo de situaciones. A la semana siguiente pudo ver, al abrir las puertas del museo, como dicho personal de seguridad estaba maniatado y amordazado. Asustado, acudió a nosotros quienes estamos sobre la pista de aquel ladrón de forma constante; pero hasta la fecha nos es imposible el poder llegar a él, por eso pensamos…
- ¿Pudiste ver la nota de amenaza?- le preguntó Janette con severidad- es posible que estemos ante un imitador o un señuelo de algo más grande
- O quizás estemos ante un hombre que se cree impune ante sus propios actos ganando el favor del pueblo para cometer sus fechorías después- señalé molesto debido a la actitud tan protectora de Janette con ese ladrón- fuese o no fuese el Tigre, Janette, creo que es nuestro deber salvaguardar la Mona Lisa
- ¡No dije que no me interesase el caso!- exclamó Janette molesta, ruborizándose un poco por algún motivo en especial- solo que no debemos sacar conclusiones apresuradas sin antes ver todas las evidencias
- Estoy de acuerdo con ello; pero es casi seguro que es ese rufián Janette- dijo Sabresse sacando la nota del bolsillo- por favor, acepta el caso
- Lo haré- le respondió ella tomando la nota y leyéndola por completo- solo para salvaguardar esta pintura que pienso ayudarlos; pero no esperen que lo mate como lo hice con los sospechosos de los casos anteriores
Mirándome con cariño añadió
- Hace unas semanas atrás entendí lo importante que es el preservar la vida del oponente dándole una nueva oportunidad en la vida aun si eso significa arriesgar tu vida o tu orgullo
Tras decir eso, Janette acepto el caso y nos dirigimos al museo del Louvre para poder atrapar al misterioso Tigre.