CAPÍTULO 192- Primer día de clases.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 192

(Tiempo atrás.)

Daniel, de 15 años, estaba en un salón de clases.

Era su primer día de clases en la preparatoria.

Había 30 estudiantes en el salón de clases, incluyéndolo, y las miradas de todos posaban sobre él, lo que lo ponía demasiado nervioso.

La profesora de inglés les pidió que se presenten.

Daniel estaba parado, pues era su turno de presentarse.

—M-mi nombre es Daniel y tengo 15 años. Me gusta jugar videojuegos y ver anime... E-es todo.

Las chicas de su grupo no dejaban de observarlo, incluso la profesora.

Eso ponía demasiado incómodo a Daniel y desviaba mucho la mirada.

—P-puedes tomar asiento. Siguiente.

Se sentó y colocó su cabeza sobre la mesa.

—Sonia, Valeria y Cris están en mi grupo… No será tan difícil estar aquí.- Pensó mientras intentaba tranquilizarse… Esa presentación fue horrible… Él estaba realmente nervioso.

Se moría de vergüenza, pues él sabe que su presentación fue horrible y poco interesante.

Aunque, con lo poco que dijo, y combinado con su timidez, todas las chicas, incluyendo a la profesora, les pareció muy adorable y se volvió bastante popular sin intentarlo.

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(11:49 de la mañana de ese mismo día.)

Daniel estaba sentado en su mesa, comiendo un sándwich que le hizo su abuela.

Estaba satisfecho con lo que él tenía para comer, pero eso no evitaba sentir envidia de sus compañeros de clases.

Observó a algunos de sus compañeros comiendo hamburguesas, que compraron en la cafetería de la escuela.

Daniel estaba un poco celoso… Su abuela apenas tenía para comprar comida… No podía darse el lujo de comprar en la cafetería de la escuela… Debía conformarse con lo que tenía… Pero, a pesar de estar celoso, no le importaba mucho… Su abuela hacía su mejor esfuerzo, y Daniel no es un malagradecido, él estaba muy agradecido y orgulloso de su abuela… No se avergonzaba de ella, al contrario, Daniel estaba muy orgulloso de ella.

No le importaba que las personas se burlen de él por ser pobre, él siempre los ignoraba.

Aunque también había personas que intentaban molestarlo simplemente por envidia.

—Mira, es el chico lindo.

Dos chicos de tercer año entraron al salón de clases de Daniel y se dirigieron hacia él.

Uno de ellos tomó el sándwich de Daniel.

—¿Eh? Oye, ¿hay algún problema?

—Sí, lo hay, chico lindo. Yo quiero este sándwich.

Él se levantó y le arrebató el sándwich.

—Qué pena, pero este es mío.

El chico lo tomó de la camisa y lo observó con una expresión amenazante.

Aunque a Daniel no le daba miedo, ya estaba acostumbrado a los golpes.

—¡¿Quieres que te golpeé?!

—Hazlo, me da igual, ya estoy acostumbrado.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

La profesora entró al salón de clases y se acercó hacia ellos.

—Tsk. Debemos irnos.

—Te veré más tarde, chico lindo.

—Daniel.

—¿Qué?

—Me llamo Daniel, no "chico lindo". Gracias por el cumplido, pero no eres de mi tipo.- Dijo sonriendo.

Eso lo hizo enojar bastante, y estaba a punto de golpearlo.

—¡¿Hay algún problema?!

Escuchar eso le recordó que una profesora estaba en el salón de clases, por eso no golpeó a Daniel.

—Muchas gracias, profesora. Llegó a tiempo. Profesora, le prometo que haré todos sus trabajos. Se convirtió en mi profesora favorita.- Pensó Daniel.

El chico chasqueó la lengua y se alejó de él.

Daniel suspiró aliviado y se sentó en su mesa.

—Eso estuvo cerca.

Valeria, que estaba sentada frente a él, volteó a verlo.

—¿Por qué no se lo diste? Ahora te van a querer golpear peor.

—Mi abuela me hizo este sándwich… Me dijo que me lo comiera, pues no habrá comida hasta mañana… Y no quiero desobedecer a mi abuela.

—Te van a golpear, Daniel… Tendrás que defenderte, o te irá peor.

—No te preocupes, conozco una técnica genial que me salvará.

—¿Cuál?

—Cuando salgamos la verás.

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(4:10 de la tarde.)

Daniel salió de la escuela con su mochila en la espalda, listo para irse a su casa y hacer la tarea

Valeria, Sonia y Cris caminaban a su lado.

Él quería irse tranquilo, pero el destino le tenía preparado otra cosa.

Afuera lo estaban esperando esos dos chicos.

—¡¿Estás listo para morir?!

Pero, en lugar de tener miedo o furia, Daniel estaba tranquilo.

Él se tronó los dedos y sonrió.

—¡Eso debería preguntar…! ¡¿Qué es eso?!

Daniel fingió sorpresa y apuntó con su dedo índice izquierdo, cierta dirección detrás de ellos.

Ellos, como los idiotas que eran, voltearon a ver a esa dirección, y Daniel le entregó su mochila a Valeria rápidamente.

—Técnica de escape número 162: Correr como el cobarde que soy.

Se alejó corriendo de ellos rápidamente.

Ellos se dieron cuenta de que escapó, y comenzaron a perseguirlo.

—¡Maldito!

Valeria rio un poco y sonrió.

—Daniel nunca cambiará.

Ella no estaba enamorada de él, pero consideraba a Daniel su mejor amigo... Y perderlo realmente le afectó.

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(Presente.)

Valeria está acostada en su cama, viendo noticias en su teléfono, con la esperanza de encontrar alguna noticia sobre la situación actual.

Muchas personas a su alrededor desaparecieron, eso no era una simple coincidencia.

—Erick desapareció. Sonia y Cris también… Diana… Ángel... Daniel… ¿Qué está pasando?

Una noticia le llamó mucho la atención.

—¿Demonios en nuestro mundo?

Abre la noticia, y un vídeo se reproduce.

—¿Los demonios existen? La respuesta es sí. Desde hace un par de meses, cientos de personas han muerto de maneras horribles. Según los testigos, demonios devoran a los humanos. Y, aunque las pruebas son contundentes, una gran parte de la población cree que esto es falso. No, no es falso, los demonios existen. Se disfrazan de humanos. Tengan cuidado y no salgan de casa en la noche.

Apaga su teléfono y cierra los ojos.

—Tal vez… Tal vez estén muertos… Daniel...

De todos los desaparecidos, al que más extraña es a Daniel, pues él era su mejor amigo.

Y para Daniel, ella también es una gran amiga.

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(Pov- Daniel.)

(Mundo 1.)

—Ah...

Vaya, vaya... La hermana de Sandro... Por eso me recordaba a él, tienen cierto parecido.

Ah... No sé qué decir... ¡Esto es demasiado conveniente!

¿O será el destino? No lo sé.

Pero no importa lo que opine sobre ella, lo importante es que Sandro recuperó a su hermana.

Sandra y yo estamos sentados sobre un par de escombros, hablando.

Ella me contó sobre su vida y magia.

La magia de tiempo... ¡¡Esa magia es demasiado poderosa!!

Realmente quiero convenecerla de unirse a mi grupo, tenerla con nosotros será de gran ayuda, pero no es momento para preguntarle eso, ella debe reunirse con el pervertido de su hermano.

Espero que esa reunión no active una ruta incestuosa entre ambos.

Si eso pasa, le arrancaré el pene a Sandro y se lo meteré en el trasero por enfermo.

—Vaya, vaya... Ya veo… Magia de tiempo... Suena bastante increíble.

Rei vuelve a su forma humana.

—La magia de tiempo es una magia legendaria. Es muy poderosa.

—Cuando moriste, inconscientemente se activó tu magia especial, pero le tomó algo de tiempo reparar tu cuerpo… Es como la magia curativa, o algo parecido.

—La magia de tiempo funciona de diferente manera. Modifica el tiempo de vida de una persona. Si ella quisiera, con solo tocar a una persona, la mataría inmediatamente o, al contrario, si la toca, podría hacer más joven a esa persona, lo que le daría más tiempo de vida.

Una magia que es capaz de rebobinar cuerpos... Demasiado poder... ¿Es bueno o malo?

Es demasiado bueno, pero si esa magia es robada de alguna manera por los demonios, no solo este mundo, todos los mundos estarían jodidos.

Debemos protegerla aunque nos cueste la vida.

—Genial… Bueno, Sandra, creo que debes explicarle lo que pasó a Sandro. Iré a revivir a más personas.

Me levanto y me alejo de ella.

—Por cierto, si ves a Sandro, le dices que prepare sus maletas, nos iremos.

—S-sí.

No podemos quedarnos por más tiempo en este lugar, "él" podría llegar.

Si me encuentro de nuevo con Sufuco, no sé si seré capaz de controlarme.

Abuela, vengaré tu muerte, pero aún no, todavía no tengo el poder necesario... Pero lo conseguiré, te lo prometo.