«Contar mi pasado puede ser muy aterrador para mi, pero no decir nada hace que me sienta oprimido»—Lily, a partir de este momento no tendrás que sentirte culpable por decir algo que no está bien, estoy dispuesto a contarte todo sobre mí…—Shinji no es necesa…
Nací en un hospital público, sin saber quiénes eran mis padres. Me dejaron allí, solo y abandonado. No tengo recuerdos de mi infancia temprana, pero sé que fui enviado a un orfanato cuando tenía unos pocos meses de vida.
Recuerdo que cuando era pequeño, el orfanato era un lugar frío y sin amor. Los cuidadores eran crueles y no nos trataban como niños, sino como objetos. Me sentí solo y abandonado desde el principio.
Cuando tenía 3 años, recuerdo que me golpearon por primera vez. Uno de los cuidadores me pegó en la cara porque no había comido todo mi plato. Me sentí como si estuviera en un sueño, como si no estuviera sucediendo realmente.
A medida que crecía, las cosas solo empeoraban. Los cuidadores nos obligaban a trabajar en condiciones inhumanas, nos privaban de comida y nos trataban como esclavos. Me sentí como si estuviera viviendo en un campo de concentración.
Recuerdo que cuando tenía 6 años, uno de los cuidadores me obligó a limpiar el suelo con una escoba durante horas. Me decía que era un niño malo, que no merecía nada mejor. Me sentí como si estuviera en un infierno.
A los 8 años, comencé a sentirme depresivo. Me preguntaba por qué había nacido, por qué tenía que sufrir tanto. Me sentí como si estuviera viviendo en una sombra oscura que no podía sacudir.
Un día, cuando tenía 10 años, uno de los cuidadores me golpeó tan fuerte que me rompió la nariz. Me sentí como si estuviera muriendo. No me llevaron al hospital, simplemente me dejaron en mi cama, solo y abandonado.
A los 12 años, comencé a sentirme como si no tuviera escapatoria. Me sentí como si estuviera atrapado en un infierno sin fin. Intenté suicidarme varias veces, pero siempre me encontraban y me castigaban.
Recuerdo que cuando tenía 13 años, uno de los cuidadores me obligó a hacer cosas que no quería hacer. Me sentí como si estuviera perdiendo mi dignidad, como si estuviera viviendo en una pesadilla.
Finalmente, cuando cumplí 14 años, supe que no podía seguir así. Me sentí como si estuviera en un abismo sin fondo, pero sabía que tenía que seguir adelante.
(Mira hacia abajo, su voz se vuelve un susurro)
Eso es lo que viví hasta los 14 años. No sé cómo sobreviví.
(Su voz se rompe, y se detiene, luchando por contener las lágrimas)
Renn, empezó una buena amistad conmigo desde los ocho años, pero no fue hasta los 15 que salí del orfanato. Recuerdo cuando tenía doce años, vi como uno de los cuidadores hacía que uno de los niños comiera del suelo mientras él comía de un plato, su pie derecho se apoyaba en la espalda del niño mientras susurraba "cómelo, hasta que no acabes no podrás levantarte" el niño gritaba y lloraba… ahora que lo pienso, estoy seguro de que ese niño no sabía lo que ocurría, solo pensaba que se quería levantar e ir a jugar con sus "amigos"
( fue lo que hizo después de comer todo lo que había en dicho suelo ) Hay muchas escenas escalofriantes que recuerdo del orfanato, incluyendo las veces que vi como los cuidadores violaban a las chicas que ellos mismos cuidaban.
Muchos de los niños ahí presentes morían por falta de medicamentos y por golpes fatales a causa de los cuidadores, algunos morían por heridas y otros por desnutrición… a pesar de ser niños veíamos cosas que ningún adulto querría ver. Conocí a una chica la cual me hacía sentir diferente a lo que sentía normalmente, ella cambiaba mi mundo, ¿pero a que costo ? Uno de los cuidadores se dio cuenta de la conexión que había entre nosotros y nos llevó a una habitación solos, él me sentó en una silla mientras la jaló a ella por su camisa, arrastrando todo su cuerpo contra el áspero y rocoso suelo, después de llegar a cierto punto de la habitación preguntó;
"¿qué estás dispuesto a hacer por ella?"
No sabía qué responder, estaba tan asustado que temblaba del miedo, no quería que le hicieran nada, pero estaba seguro que igualmente pasaría algo… Estoy dispuesto a hacer lo que quieras 'dije con mis voz temblorosa' solo sonrío y dijo "observa" segundos después de haber dicho eso escupió a Sage, para luego patear su abdomen, haciendo que ella gritara y se retorciera el suelo, lo único que no permitió que él continuara fue la voz de alguien que se acercó a la puerta, era otro cuidador que venía a buscar Sage, 'Sage, es hora de irte', dijo suavemente. 'Vas a ser transferida a una familia que te va a dar todo el amor y la atención que necesitas'. Entro a la habitación y cargo a Sage junto al otro cuidador, solo pensé ¿ qué es esto ? ¿No le importa lo que acaba de ocurrir con ella? Mientras se alejaba ella alzó su mirada y me sonrió, despidiéndose con su mano, para luego cruzar esa puerta y desaparecer…
Después de unos meses pregunté por ella, a la única cuidadora que había en el lugar, era una chica que nos trataba de la mejor manera, cuando ella estaba parecía que la maldad del mundo ya no fuera reflejada en el orfanato, ella me dijo que Sage estaba bien, la familia que la adopto es una familia millonaria el cual la ama y la cuida con mucho amor…
Al cumplir quince años me escape del orfanato, para irme a vivir con Renn, él me dio de comer y me cuido, vivíamos con el dinero que sus padres dejaron antes de morir, viví con él hasta los dieciséis, fue entonces cuando conseguí mi primer trabajo y pude rentar un departamento para mi y gracias a eso e logrado vivir estable hasta la actualidad faltando pocos días para cumplir dieciocho años.
La última vez que supe de ese orfanato fue cuando cumplí diecisiete, uno de los cuidadores me reconoció al entrar a la tienda donde trabajo, quisieron ir por mí pero el dueño de dicha tienda no lo permitió y ahora es imposible que yo vuelva a ese infierno… es lo único bueno de todo esto, jamás podré regresar allí, igualmente recuerdo los gritos de los niños que eran abusados y maltratados, es algo que me perturba por las noches.