Después de lo ocurrido en la casa de la antigua familia Yu, la reputación de Yu Dong sufrió otro misterioso declive. A pesar de ser la víctima, todos pensaron que se había pasado en su forma de manejar la situación, pues no importa qué clase de personas fueran Qiu Bai y el viejo Zhang, seguían siendo sus ancianos y se suponía que debía ser más moderada, especialmente después de haber golpeado a Qiu Bai en la espalda con un palo ardiendo.
La mañana después de que Yu Dong se bañara y se limpiase, lo primero que vio tras el delicado rostro sonrojado de Ye Liu fue a Mu Xuan entregándole los diez taeles con una expresión desagradable mientras insinuaba sutilmente que Yu Doing no era filial y que estaba completamente loca por herir al anciano de su familia y a sus aldeanos.
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