Mientras estaba durmiendo, comencé a sentir como mi entorno dejó de ser frío, si no algo un poco siniestro, lo que provocó que me desperta y me sorprendí que por una extraña razón tenía mi armadura puesta, si embargo el yelmo estaba en el suelo.
Antes de tomarla comencé a sentir una fuerte presión, eso hizo que me tumbara al suelo sin la oportunidad de levantarme, trataba de ponerme de pie lo más que podía pero esa extraña fuerza me obligaba a permanecer en el suelo.
Poco a poco aquella fuerza comenzó a desaparecer, y que todo mi alrededor comenzara a iluminarse de 4 luces bastantes familiares, rojo, azul, verde y morado.
Me pondría de pie y mire al frente, pero me quede completamente paralizado.....lo que tenía de frente creia que no aparecerían ni que intervenían…..eran cuatro figuras, el verde era un dominio enorme bastante gordo y cubierto de diversas enfermedades, teniendo pus, olor bastante horrible y lo que pude ver, había gusanos dentro de su boca…..el segundo siendo este con un aspecto femenino, pero tan solo verla por una razón me sentía atraído y el aura que irradiaba eran hormonas muy difícil de resistir….. el tercero irradiaba odio, ira, rabia, violencia, su aspecto era de un hombre cubierto de una armadura enorme, lo que veo está hecha de bronce, y en su yelmo tenía un símbolo que había reconocido muy bien…. Y por último era un ser que no podía describir con facilidad, pero sentía aún masivo poder psíquico en el...
Esas 4 figuras no eran las entidades más poderosas de la ficción y de cualquier universo.
Eran los 4 dioses del caos.
Khorne, el dios de la sangre y la guerra.
Nurgle, seños de las plagas y de la muerte.
Slaanesh, diosa de la satisfacción y el placer.
Tzeentch, el dios de cambio y de la magia.
"Eres muy interesante, muchacho"…
Dijo el señor de los cráneos con su voz seria y cruzándose de brazos.
"Tu ambición si que me llama la atención, de querer de doblegar al mundo y que nos adoren como los dervaderos dioses", dijo slaanesh con su respectiva voz seductora y algo lujuriosa.
"C-como es que pueden estar aquí".
Dije bastante asustado, como no podría estarlo, si los hago enojar estoy completamente muerto, el especial a Khorne.
"Te hemos estado observando desde que llegaste a este desolado mundo que solo se pudre más, si bien ese no muerto trae muerte, pero no tiene mi bendición ni tampoco exparce alguna plaga, por lo que quisiera que tú hagas eso".
Dijo el abuelo Nurgle con una voz amigable pero algo ronca y distorsionada por las enfermedades.
"Te refieres al rey nocturno y su ejército de caminantes blancos".
"Con que así se llama esa criatura de hielo, lamentablemente para el no vemos de utilidad, su inteligencia es bastante cuestionable y solo piensa solamente en aniquilar todo aquello que no está muerto, en cuanto a ti, veo potencial".
Esta vez hablaría el dios del cambio.
"Podría saber el porqué un mortal como yo a tenido el privilegio de estar frente a su presencia?", (dije con duda y algo de temor, los dioses tienen que tener algún motivo de haberme traído ante ellos).
"Fácil y sencillo, conquista ese planeta y sus doblega aquellos se siguen a esos falsos dioses, el especial ese pretendiente que se hace llamar R'hllor", (hablaría el señor de los cráneos aún cruzado de brazos y con su voz bastante fría y estoica).
"Con mucho gusto cumpliré su voluntad, sus deseos son mi órdenes",( arrodillándome ante los dioses que solo dieron una sonrisa).
"Antes que te enviemos, quiero que le envíes esta espada a ese targaryen, cuál era su nombre??…. Ah, lo recuerdo, entregale esta espada a Viserys, el resto déjaselo la espada".
Eso me confió asta que una espada se manifestó al frente de mi, me sentía atraído hacia aquella espada, asta que lo noté, había un príncipe demonio en esa espada, y por otra parte, esa espada era idéntica a la espada demoniaca que había corrimpido al primarca de los hijos del emperador.
Una vez que tome la espada, el entorno cambiaría al frío que conozco, me despertaría ahora sin mi armadura, pero con la espada demoniaca de slaanesh en la mano.
Deduje que slaanesh quería reclutar a Viserys atra vez de la espada como lo había hecho con Fulgrim y manipularlo de que se una a mi.
Por lo que pensé en cómo carajos viajaría hacia Essos y darle la espada a Viserys, asta que me di un manotazo en la cara sabiendo que podía convocar a un señor del caos de Tzeentch y que él le de la espada.
Entré al sistema y convocaría a un señor del caos del dios de Tzeentch a cambio de 2,000 puntos, pero en vez de salir de un portal oscuro como siempre salen las unidades, se había abierto una grieta de color azul y de esta saldría el señor del caos se Tzeentch.
El señor del caos portaba una armadura de los guerreros del caos pero era de color azul con toques de rojo, portaba un cetro y un escudo, en su pecho y en su escudo estaba una figura de un ojo azul representado a dios del cambio, y el detalle más sobresaliente, tenía cuarto ojos en ves de 2.
"Como puedo ser de utilidad, gran elegido", (haciendo una inclinación y con un tono bastante educado).
"Como te llamas", (le pregunté al hechizero).
"No tengo nombre, gran elegido".
Me quede pensando que nombre darle asta que decidí llamarlo como Helios.
"Bien, desde ahora te llamaras Helios".
"Un nombre agradable y lo acepto".
"Muy bien Helios, necesito que tomes esta espada y vayas hacia Pentos, para entregarle a un hombre peli blanco llamado Viserys Targaryen, lo reconocerás cuando lo oigas hablar de querer recuperar el trono de hierro y toda esa mierda de su herencia".
Le entregaría la espada a Helios, y se fijó que era una espada de Slaanesh, sin embargo también había notado la presencia de un príncipe demonio sellado dentro de esta.
"Como ordene gran elegido, pueda que tarde, pero cumpliré con mi tarea", )dijo para abrir una grieta y entraría en está viajando hacia Pentos).
Noté algo bastante importante, olvidé ponerme la armadura, por lo que procedí a ponérmela junto con el yelmo.
Volvería abrir el sistema y después mire los puntos restantes que me quedaban.
"Si quiero matar al rey nocturno, tendré que gastarme todo los puntos, espero que valga la pena, (dije llorando al estilo anime y me fui a un lugar bastante amplio y comenze a precionar todas las unidades que podía invocar, así varios portales se abrieron, saliendo de estas bárbaros del caos, guerreros del caso normales y de cada dios del caos y varios demonios de los dioses, siendo así un enorme ejército.
Por un lado no me preocupo, ahora tengo el ejército más poderoso que este mundo puede haber visto, cada uno de los que había invocado tenían armas y armaduras bendecidas por los dioses, ese rey nocturno ya está jodido, y lo estará aún más si me hubiera invocado un príncipe demonio, preferiblemente los de Khorne.
En Pentos.
Helios había salido de la grieta viendo su alrededor, este cerró los ojos, concentrándose en encontrar la presencia de Viserys, tan solo sentir su presencia, rápidamente se teletransporto hacia el, viendo que se estaba preparando para viajar junto con los drothraki, por lo que había visto la mente de ese hombre, ese pobre diablo había vendido a su propia hermana a un grupo enorme de guerreros montados a caballos llamados Dothraki, eso llamó mucho la atención del señor del caos, pero debería ser rápido y entregarle la espada demoniaca y ver lo que la diosa del placer decida qué hacer con ese pelo blanco mimado.
Este se teletransporto un poco más cerca hacia Viserys, pero antes de aproximarse hacia el este uso su magia para cambiar de forma y teniendo la apariencia de un comerciante rico, por lo que ya disfrazado se hacerco a Viserys.
"Saludos, usted de casualidad es Viserys targaryen?".
"Así es, soy el único y verdadero rey legítimo de los siete reinos y del trono de hierro, a que has venido comerciante, (diría Viserys con una voz bastante arrogante y con un pequeño toque de locura como lo había heredado de su padre el rey loco).
"Solo e venido a otorgarle una espada, la espada más hermosa y filosa que cualquier otra".
Viserys se sintió atraído y le dijo que le mostrara la espada.
Helios sacó la espada que estaba cubierta de una manta y cuando se la mostró a Viserys, el targaryen no pudo evitar en mirar esa espada, era la espada más hermosa que había visto en su vida, tenía un filo muy diamativo, la verdad quería la espada.
"No se preocupe por el precio, la espada es toda suya, (ofreciéndole la espada a Viserys).
Viserys tan solo escucharlo tomó la espada, era bastante liviana, lo que había pensando que era hacerlo Valiryo, pero el hombre no sabía que esa espada lo convertiría en el ser más despiadado un seguidor de Slaanesh, mientras que el demonio sellado en la espada no pudo evitar que una sonrisa se manifestara en su rostro, no sabía el porqué su diosa se había fijado a este mísero humano que se crearía un dragón, pero cumpliría con su voluntad.
Continuará…