La Estrella Lejana hacía dos días que estaba en el espacio, cuando Hober Mallow, en su camarote particular con el teniente Drawt, le entregaba un sobre, un rollo de microfilme y un esferoide plateado.
Dentro de una hora a partir de este momento, teniente, será usted capitán de la Estrella Lejana, hasta mi regreso o para siempre.
Drawt hizo ademán de levantarse, pero Mallow le indicó con un gesto que permaneciera sentado.
No se mueva, y escuche. El sobre contiene la localización exacta del planeta hacia el cual ha de dirigirse. Allí, me esperará dos meses. Si antes de que transcurran los dos meses la Fundación le
localiza, el microfilme es mi informe del viaje.
»Si, por el contrario y su voz era sombría, no regreso al cabo de dos meses, y las naves de la Fundación no le localizan, diríjase al planeta Términus, y entregue la Cápsula de Tiempo como informe. ¿Lo comprende?
Sí, señor.
En ningún momento, usted, o cualquiera de los hombres, ampliarán en ningún sentido mi informe oficial.
¿Y si nos interrogan, señor?
Entonces, no saben nada.
Sí, señor.
La entrevista terminó, y cincuenta minutos más tarde un bote salvavidas
apareció al costado de la Estrella Lejana.