*Arealla*
El mes pasó lentamente. Pero pasó.
El tiempo sin Marcus había sido nada menos que una tortura. Y lo peor fue que fue por mi propia mano y su decisión. Pero si bien eso lo empeoró, también fue lo único que me mantuvo cuerdo. Podríamos volver a estar juntos en cualquier momento que quisiéramos.
Podría volver a la Luna Oscura. O podría venir aquí. Bueno, probablemente no pudo venir aquí. Muy probablemente lo matarían por poner un pie en nuestra tierra. Pero había una gran posibilidad de que pudiera llegar al borde de la frontera y alguien viniera y nos dijera que estaba allí.
Confié en que no matarían a mi pareja en la frontera.
Sin embargo, tenía que prepararme en caso de que sucediera. Me volvería loco, eso lo sabía. De las innumerables veces que Marcus había intentado hacerme entender todo, cuando pensábamos que yo era sólo un simple humano.
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