Para cuando Zhou Zishu y Wen Kexing se apresuraron a regresar, Gu Xiang y los demás ya no estaban allí.
Todo lo que quedaba era un desorden de cadáveres en el piso, que la gente del Monte de la familia Gao estaba limpiando.
A su alrededor había un gran círculo de curiosos espectadores.
Wen Kexing todavía no estaba acostumbrado a tener algo que le cubriera la cara, y estaba constantemente esperando que la máscara tan delgada como el ala de una cigarra cayera en cualquier momento.
Luego fue testigo de cómo Zhou Zishu, que tenía personas cazándolo justo momentos antes, se pavoneaba como si no estuviera involucrado en la situación... como si no fuera Zhou Zishu.
Por primera vez, Wen Kexing se dio cuenta de que era posible que una persona fuera tan obstinadamente descarada mientras albergaba una conciencia culpable; de hecho, la cara de Zhou Zishu se había vuelto más gruesa después de pegar otra capa sobre ella.
Wen Kexing lo siguió, chasqueando la lengua con asombro.
Algunas personas estaban examinando los cadáveres en el piso.
Mo Huaikong de la secta de la Espada Qingfeng estaba entre ellos con su expresión sombría, obviamente había reconocido el trabajo de Cao Weining.
Wen Kexing lo evaluó por un momento, luego se acercó a Zhou Zishu para murmurarle al oído: —Mira la expresión de ese viejo de apellido Mo. Cao Weining no puede haberse escapado con Gu Xiang, ¿verdad?
Zhou Zishu dijo: —Eres demasiado vulgar.
Miró los cadáveres en el suelo, frunció el ceño y tuvo una ligera premonición de fatalidad.
¿Qué tipo de personas eran los guerreros suicidas de los Escorpiones Venenosos? ¿Podrían esos dos poco confiables Cao Weining y Gu Xiang haber manejado la situación, mientras traían consigo a un niño pre-adolescente?
¿Estaban vivos o muertos? ¿Y a dónde habían huido?
Wen Kexing lo pensó y dijo: —Lo que sea que haya pasado con la Armadura Lapislázuli y los Escorpiones Venenosos, ha incitado una tormenta dentro de la ciudad. Si fuera Gu Xiang, esa niña tonta, estaría corriendo a algún lugar aislado.
Zhou Zishu lo miró y rápidamente se retiró de la multitud, diciendo: —¿Qué estás esperando entonces? Encuéntrala.
Los dos desaparecieron tan rápido como habían llegado, sin ser notados por la mayoría.
Wen Kexing le aseguró: —Ella está bien, esa niña Gu Xiang no es tan inútil como crees. Además, todavía está Cao Weining.
Zhou Zishu lo miró con el ceño fruncido y preguntó de repente: —¿Por qué el Maestro Wen del Valle está tan preocupado por si ese pequeño mocoso vive o muere?
Wen Kexing sonrió, pero una vez que su boca se curvó, sintió que la máscara en su rostro se arrugó un poco y amenazó con caerse.
Al tocarla apresuradamente para presionarla en su lugar, comenzó a parecer extraña a la vista.
En respuesta, preguntó: —¿Por qué, entonces, Lord Zhou está tan preocupado por si ese pequeño mocoso vive o muere?
Zhou Zishu dijo: —Él es mi discípulo.
Wen Kexing continuó: —Tu discípulo es mi discípulo. Entre nosotros dos, ¿Quién está siguiendo a quién?
Zhou Zishu dijo: —...Entre los dos, tú eres quien me está siguiendo. Deja las tonterías, ¿Pretendes obtener información del niño?
—Dame un beso y te lo diré —Wen Kexing se burló de él.
Desafortunadamente, la máscara de piel humana en su rostro era demasiado indecorosa para ser humana; lo que él pensó que era una mirada coqueta y carismática, fue realmente escalofriante.
Zhou Zishu giró su cabeza en silencio, repelido por esa expresión.
Sintiendo que trajo esto sobre sí mismo, preguntó: —¿No tienes miedo de que te crezcan llagas?
Wen Kexing respondió descaradamente: —Estaré completamente satisfecho incluso si se infectan.
Zhou Zishu lo ignoró una vez más, reflexionó por un momento y luego dijo: —Mirando los orígenes de Rong Xuan, el lugar donde los cinco clanes principales recuperaron la Armadura Lapislázuli debería estar dentro del Valle Fantasma. Con la noticia de la Armadura filtrada, ninguna persona en el jianghu se perdería el clamor de esta oportunidad. ¿No me digas que algún Fantasma fue tentado mortalmente y dejó el Valle por su propia cuenta? ¿No me digas que casualmente tiene algo que ver con el exterminio de la familia Zhang...? ¿No me digas que sientes lo mismo que el Fantasma de Luto Encantado, que Zhang Chengling "Logró casualmente" ver a ese Fantasma audaz?
Wen Kexing hizo una pausa y luego preguntó: —Entonces dime; si él no sabe, ¿A quién más puedo preguntarle?
Zhou Zishu se volvió bruscamente para mirarlo e insinuó: —A menos que haya otros sucesos graves de transfondo que incluso hayan sorprendido al Maestro del Valle Fantasma, que vive en la oscuridad y rara vez se aventura…
Wen Kexing no dijo nada.
Simplemente extendió un dedo, con una sonrisa descarada en su rostro, y señaló sus propios labios, mirando a Zhou Zishu muy expectante.
Zhou Zishu fingió que no había visto nada, lo contempló por un tiempo y preguntó: —Si encuentras a esa persona, ¿Qué harás?
Ligeramente, con un toque de risa, Wen Kexing dijo: —Desollarlo, quitarle los tendones y someterlo a un millón de cortes.
Al ver que Zhou Zishu lo miraba con una expresión complicada, Wen Kexing se echó a reír de nuevo y dijo de una manera que hizo que le picaran los puños para golpearlo: —Sólo lo dije para asustarte.
Zhou Zishu se rió secamente. —Aiyo, estoy realmente aterrorizado.
Wen Kexing pensó, este zorro evasivo.
Zhou Zishu pensó, este bastardo fanfarrón.
Los dos se lanzaron una sonrisa torcida que no reflejaba sus verdaderos sentimientos, y luego continuaron apurando su camino para encontrar a los otros tres mientras aún respiraran.
Al principio, Gu Xiang no corrió hacia ningún lugar aislado como Wen Kexing había predicho; después de todo, era más fácil asesinar a alguien donde había pocas personas.
El grupo de tres se limpió la sangre al azar y corrieron hacia el bullicioso mercado, pero, agrupados, se volvieron un objetivo demasiado obvio.
Antes de que transcurrieran treinta minutos, Gu Xiang lamentó esta decisión.
Algunas personas los detuvieron: se trataba de Feng Xiaofeng junto con su esclavo Gaoshan, mientras que detrás de ellos había un anciano y una anciana.
El primero se apoyaba en un bastón con su mano izquierda y la segunda con su mano derecha; el anciano estaba vestido de verde cebolleta, la anciana estaba vestida de rojo melocotón.
El viejo estaba cubierto de oro y plata, con aproximadamente diez libras de accesorios dorados y plateados sobre él.
La anciana estaba maquillada, con la cara brillante como el trasero de un mono.
Las palmas de Cao Weining comenzaron a sudar. Esta pareja de ancianos era más difícil de eludir que Feng Xiaofeng.
No eran otros que los legendarios "Abuela Melocotón Rojo" y "Abuelo Sauce Verde", una pareja vieja pero torcida.
A pesar de que estaban envejeciendo, podían hacer las cosas más inescrupulosas sin la menor vergüenza.
Feng Xiaofeng chilló de risa: —Zhang Chengling, después de todo, sigues siendo descendiente de una secta ortodoxa. Todos los héroes del mundo están ideando un plan para garantizar que se le haga justicia a tu familia. Pero aquí estás, huyendo con villanos poco ortodoxos de orígenes desconocidos. ¿Estás tratando de revivir a tu padre muerto enfureciéndolo?
La expresión de Zhang Chengling cambió de inmediato.
No era experto en debatir con la gente y siempre había sido torpe con sus palabras, así que simplemente gritó: —¡Tú... estás hablando tonterías, mi shifu y el Mayor Wen son buenas personas!
El gancho del Escorpión Venenoso había abierto una herida que aún sangraba en el costado de la cintura de Gu Xiang.
A pesar de que ya había tomado el antídoto, el dolor la estaba haciendo brotar cubos de sudor frío.
Se había quedado sin paciencia hace mucho tiempo, y escupió: —¿Por qué sigues hablando mierda? Feng Xiaofeng, abre paso a esta señorita, ¡No creas que no puedo cortarte sólo porque eres bajito!
Feng Xiaofeng gritó: —¡¿De dónde vino esta maldita muchacha insolente?!
Blandiendo un machete detrás de su espalda, se lanzó hacia Gu Xiang.
Cao Weining se apresuró a desenvainar su larga espada para bloquear el ataque, aún tratando de convencerlo mientras decía: —Mayor, A-Xiang es de una generación más joven. Si se corre la voz de que tomas en serio lo que ella dice, ¿No será eso perjudicial para tu poderosa reputación?
Feng Xiaofeng había centrado toda su atención en Zhang Chengling al principio, y sólo se dio cuenta de Cao Weining ahora.
Momentáneamente desconcertado, preguntó con curiosidad: —¿Cómo tú, un pequeño niño de la secta de la Espada Qingfeng, te mezclaste con ellos?
Cao Weining sonrió con pesar. ——Mayor, creo que ha habido algunos malentendidos...
Feng Xiaofeng caminó y levantó su machete en la mano, sólo para que Abuela Melocotón Rojo detrás de él lo interrumpiera: —Ya que las cosas son así, Lao Feng, debes controlar tus agallas. Pequeño niño de la secta de la Espada Qingfeng, encontraste a este niño y lo trajiste de vuelta, eso es muy bueno y se considera una buena acción. Esta vieja abuela piensa que tienes un futuro brillante por delante.
Cao Weining tuvo que levantar la guardia sin alertarlos, al mismo tiempo que impedía que Gu Xiang empeorara la situación.
El sudor frío en su frente casi goteaba. Sólo pudo decir: —Sí, muchas gracias, Mayor...
Abuela Melocotón Rojo agitó su mano altivamente y ordenó con un tono arrogante: —Zhang Chengling, ven con nosotros.
Al escuchar esto, Zhang Chengling inmediatamente retrocedió dos pasos, mirándola con los ojos muy abiertos y cautelosos.
Cao Weining se movió medio paso hacia un lado para esconder a Zhang Chengling de su vista, y procedió con sus intenciones al preguntar: —¿Mayor está ayudando al Héroe Zhao y al Héroe Gao a encontrar a Chengling? Es mejor si aclaramos esto primero.
Abuela Melocotón Rojo se rió fríamente, y lo interrogó, con su mirada feroz: —Chico, ¿Tienes alguna razón para creer que estás calificado para preguntarme eso?
Cao Weining bloqueó de la vista a Zhang Chengling, y se retiró dos pasos, pero aún así dijo con precaución: —Que estos mayores me perdonen, este humilde de una generación más joven simplemente está ayudando a alguien más a cuidarlo, y no se atreve a entregar a este shidi a los demás tan descuidadamente. Incluso si tengo que entregarlo, el Héroe Gao o el Héroe Zhao deben estar presentes...
Abuelo Sauce Verde golpeó el suelo una vez con su bastón, y dio un respingo con frialdad.
—¿Crees que eres alguien fantástico? Tendrás que dejar a esta persona hoy; ¡Incluso si no quieres, igual lo harás!
Apenas había terminado de hablar antes de que él y Abuela Melocotón Rojo atacaran al mismo tiempo.
Agitando su enorme bastón, lo balanceó hacia Cao Weining.
Cao Weining no se atrevió a tomárselo a la ligera.
Retrocedió un paso, pero desafiantemente mantuvo su posición defensiva.
Girando la cabeza, le gritó a Gu Xiang: —¡Llévatelo primero, date prisa!
La mente de Gu Xiang giró rápidamente.
Ella sabía que Cao Weining era de la secta de la Espada Qingfeng; por lo que independientemente de la situación, estos viejos monstruos todavía eran aprensivos con Mo Huaikong y Mo Huaiyang, y aún tenían que mostrar algo de misericordia.
Como no le quitarían la vida, Gu Xiang no dudó y dijo: —Cuídate.
Levantó a Zhang Chengling y corrió en otra dirección.
Pero, ¿Cómo estaría Feng Xiaofeng dispuesto a dejarlos ir? Los persiguió de inmediato.
La mirada de Gu Xiang se endureció.
Sus manos se retrajeron abruptamente dentro de sus mangas, y empujó a un lado a Zhang Chengling, esquivó a Feng Xiaofeng y tomó prestado el impulso del empujón para saltar sobre el esclavo Gaoshan.
El martillo de meteorito del esclavo Gaoshan se lanzó hacia ella; Gu Xiang se agachó ágilmente, levantó la mano y arrojó un puñado de polvo blanco. Incapaz de esquivar a tiempo, el esclavo Gaoshan fue golpeado directamente en la cara.
Comenzó a aullar de agonía, incapaz de abrir sus ojos rojos e hinchados.
Se los frotó con las manos, pero la sangre salió de ellos.
Gu Xiang fue cruel en su ejecución, incapacitando sus ojos con un truco tortuoso que nadie había predicho.
Feng Xiaofeng se dio la vuelta para ver al esclavo Gaoshan.
Estaba horrorizado cuando preguntó: —A-Shan, ¿Qué... qué te pasó?
Rascándose vigorosamente los ojos, el esclavo Gaoshan sólo aulló tristemente como una bestia salvaje.
Feng Xiaofeng saltó sobre él y lo abrazó, con los dos rodando por el suelo; sólo con un esfuerzo inmenso logró sellar los puntos de acupuntura del esclavo Gaoshan.
Feng Xiaofeng le echó un vistazo a los ojos y se sintió muy angustiado al ver esee estado aterrador.
Él rugió: —¡No te atrevas a irte, pequeña zorra!
Pero, ¿Dónde había todavía rastros de Gu Xiang y Zhang Chengling?
Gu Xiang había determinado que no podían ir a los espacios llenos de gente, y corrió hacia las afueras desiertas con Zhang Chengling.
Estaba ardiendo de ansiedad.
Un momento estaba preocupada pensando en cómo su maestro y Zhou Xu eran impredecibles, ¿Podría al menos uno de los dos encontrarlos?
Y en otro momento estaba preocupada ya que se vio obligada a usar ese movimiento antes, ¿Feng Xiaofeng se enfurecería con Cao Weining? ¿Había condenado a ese chico tonto a morir?
Pero no tuvo mucho tiempo para preocuparse por Cao Weining, porque el tercer grupo de guerreros suicidas estaba al acecho en el bosque por el que tuvieron que pasar de camino a las afueras.
Gu Xiang lamentó la situación internamente. Estaba herida y no sabía cuánto tiempo podría aguantar, realmente no había una sola persona a quien acudir en busca de ayuda.
Colocó una daga en las manos de Zhang Chengling y lo empujó con todas sus fuerzas, gritando: "¡Corre!" Luego se levantó tan ágilmente como un gorrión, y se preparó para enfrentarse a los guerreros suicidas de frente.
En pánico, Zhang Chengling no pensó a dónde correr, y simplemente se apresuró hacia el bosque.
Mientras corría, sus lágrimas comenzaron a caer cuando empezó a pensar en lo inútil que era y en cómo siempre era una carga para los demás.
Primero fue su shifu, luego fueron Cao-dage y Gu Xiang-jiejie... pero la realidad no le dio tiempo para recordar y arrepentirse; unos pocos silbidos agudos sonaron en su oído, y tres o cuatro hombres de negro aparecieron desde diferentes direcciones, bloqueándole el camino.
Zhang Chengling estaba parado allí con una daga de filo corto que Gu Xiang le había dado, sosteniéndola como un niño con un juguete.
Los ganchos en las manos de los hombres de negro brillaban con una luz fría.
En el instante en que se acercaron, la ferocidad de Zhang Chengling fue repentinamente provocada.
Pensó, ¿Por qué quieren que muera? ¿Qué cosas malas he hecho? ¿Por qué pueden vivir otras personas, pero yo no?
Un hombre de negro se impulsó, y el anzuelo se deslizó hacia su pecho como un escorpión gigante.
Zhang Chengling puso su pie izquierdo hacia adelante y, de alguna manera, pensó en las palabras que Wen Kexing le había dicho esa noche, "Cuando una poderosa águila atrapa a un conejo, como un arco dibujado sin remordimientos, se debilita en la cima, pero surge cuando esta cerca del suelo".
De repente se dio la vuelta y se abalanzó; pisó el tronco de un árbol, tomando el impulso para levantarse, y saltó con todo su cuerpo hacia esa fría luz.
En ese instante, su mente estaba completamente vacía, salvo por cuatro palabras: lucha hasta la muerte.
La daga chocó contra el anzuelo del escorpión, con el sonido metálico golpeando su oreja.
La voz de Wen Kexing sonó una vez más en su oído: cuando las mutaciones son superficiales, el aura de tu espada es como la brisa, flotando inestablemente; cuando ocurre una metamorfosis ilimitada, todas las variaciones posibles se incorporan dentro de una.
Su daga fue detenida por el gancho; Zhang Chengling puso toda su fuerza en la mano retenida, la retorció y la envió hacia adelante, empujando con fuerza el filo dentro del pecho del hombre de negro.
Ese Escorpión Venenoso murió incluso antes de que pudiera hacer un ruido de dolor.
A Zhang Chengling le resultó un poco difícil de creer; en un instante, la alegría, el miedo, la falta de objetivos y muchas otras emociones surgieron en su corazón, pero incluso antes de que pudiera saborearlas, otro Escorpión Venenoso apareció frente a él.
Zhang Chengling levantó una mano para bloquear el golpe, pero descubrió con horror la herida de gancho que obtuvo del hombre anterior.
Justo después, todo su cuerpo se debilitó y se tambaleó. Incapaz de aguantar más, cayó de rodillas.
Zhang Chengling cerró los ojos desesperado, pensando: ¿Voy a morir?
Pero ese golpe fatal no llegó. Zhang Chengling esperó un buen rato, antes de echar un vistazo, sólo para ver una flecha plantada en el centro del pecho del Escorpión Venenoso.
Con los ojos muy abiertos casi saliendo de su cráneo, la persona se derrumbó y la voz de un hombre sonó detrás de él, diciendo: —Asesinar y provocar un incendio a plena luz del día, ¿Por qué no recuerdo que la cultura popular de Dong Ting se haya deteriodado así?