Desde la esquina salió un hombre demacrado con una cara fácilmente olvidable que no indicaba su edad. Nadie tenía idea de cuánto tiempo había estado allí, sin poder detectar su presencia en absoluto.
El hombre de rojo frunció el ceño. No tenía idea de por qué, pero cuando miró a este hombre poco llamativo, sintió un escalofrío que le subió por la espalda y le alzó el pelo de la nuca.
No pudo evitar cambiar su postura cuanto más se acercaba el otro hombre, sus ojos no lo perdían de vista, sin parpadear.
Preguntó de nuevo, con cautela: —¿Quién eres tú?
Por instinto, Zhou Zishu estuvo a punto de decirle "Simplemente un don nadie" como lo había hecho con Gu Xiang; pero cuando miró hacia abajo y notó el hematoma en el cuello de Zhang Chengling, pensó: He estado fingiendo en el palacio durante más de la mitad de mi vida, ¿Por qué tengo que ser cortés con estos aficionados?
Ya había suprimido su comportamiento de vagabundo grosero durante demasiado tiempo.
Le lanzó una mirada superficial a los hombres, incluido al hombre de rojo, que se había vuelto más tenso, y se echó a reír.
—¿Qué te hace pensar que tengo que responderte?
Los ojos del hombre se crisparon y sus manos se retrajeron debajo de sus mangas.
Además de su marca de nacimiento, cuyo color parecía haberse convertido en un tono de rojo más oscuro, si alguien veía sus manos en ese momento, descubrirían una capa de humo negro apareciendo sobre su piel.
Los hombres que estaban a su lado se desplegaron involuntariamente. Después de lanzar una señal con los ojos, formaron un círculo alrededor de Zhou Zishu y Zhang Chengling.
Zhou Zishu no les prestó atención, se inclinó para tirar del cuello de de la ropa a Zhang Chengling y lo levantó del suelo: —Ponte de pie, muchacho. No bajes la cabeza de esa forma.
Zhang Chengling lo miró sin comprender, todavía confundido ya que Zhou Zishu llevaba una capa adicional de disfraz.
El hombre de rojo seguía paciente: —Sólo queremos preguntarle algo al niño, amigo mío. No...
Meter la nariz en los asuntos de otras personas era con lo que estaba a punto de continuar, pero no podía, porque Zhou Zishu ya se había puesto a trabajar con una velocidad eléctrica.
Agarró el cuello del hombre que atrajo a Zhang Chengling a este lugar, exactamente de la misma forma en que el hombre de rojo había hecho con el niño.
El hombre farfulló asustado; sus habilidades de artes marciales no eran del todo incompetentes, pero este hombre de aspecto desnutrido se movía de una manera casi fantasmal, y su parte más vulnerable del cuerpo estuvo a merced de él antes de que tuviera la oportunidad de evadirlo.
Incluso un nuevo practicante de artes marciales sabría que el cuello y el pecho son las partes más vulnerables del cuerpo y deben ser vigilados con la máxima atención; esos eran los lugares que uno protegería inconscientemente.
Una persona que se atrevía a apuntar al cuello de otra persona era muy inexperta o tenía mucha confianza en su habilidad.
Los labios de Zhou Zishu se curvaron sin un solo toque de alegría real.
—¿Soy tu abuelo?
El hombre en sus manos estaba inicialmente sorprendido, luego enfurecido; comenzó a gritar sin tener en cuenta su situación actual.
—Tú...
Pero eso fue todo lo que pudo pronunciar cuando Zhou Zishu fortaleció su agarre y convirtió sus vulgares palabras en gritos roncos.
Durante el pánico, levantó el brazo para golpear el pecho de Zhou Zishu, pero se dislocó antes de que pudiera ver que el hombre hizo un movimiento. Sólo se escuchó un miserable grito distorsionado entre ellos.
Zhou Zishu arrastró las palabras: —Respóndeme. ¿Soy tu abuelo?
El hombre de rojo preguntó enojado: —¿Qué es lo que quieres?
Zhou Zishu volvió su atención hacia él y sonrió cruelmente.
—Sólo algunos asuntos triviales que necesitan de la cooperación de este bastardo. No te metas en los asuntos de otras personas.
Las venas palpitaban en el dorso de su mano y el hombre se convulsionó un poco antes de quedarse quieto con los ojos en blanco, sin siquiera soltar un grito. No estaba claro si estaba muerto o no.
Zhou Zishu aflojó su agarre y el hombre se deslizó al suelo como si no tuviera huesos.
Al mismo tiempo, dos más cargaron contra ellos: uno dirigido al apenas capaz de mantenerse firme Zhang Chengling, otro dirigido a Zhou Zishu con un gancho en la mano que olía a carne podrida.
No se molestó en esquivar y en cambio, pateó al atacante en el pecho en un ángulo alucinante. La fuerza de esa patada hizo que el hombre escupiera sangre mientras volaba hacia atrás para golpear convenientemente al atacante furtivo de Zhang Chengling, haciendo que ambos cayeran.
Zhou Zishu frunció el ceño, levantando a Zhang Chengling por el cuello de la ropa con disgusto. Tiró al niño a un lado como a un pequeño gatito y dijo con impaciencia: —Espera aquí, pequeña molestia. Y no te muevas.
Zhang Chengling sintió que su cuerpo era tan ligero como una pluma cuando lo levantó y lo arrojó. Sus ojos se abrieron por un breve segundo mientras articulaba en silencio, "Shifu..."
Otros hombres continuaron atacando a Zhou Zishu mientras el hombre de rojo permaneció quieto.
Zhang Chengling ni siquiera se atrevió a parpadear ante la vista frente a él.
Recordó las palabras de su padre cuando era pequeño, que las artes marciales tenían muchos caminos y estilos diferentes que seguir; algunos constantes e inquebrantables, algunos increíblemente agudos e impenetrables, algunos rápidos y apresurados como una tormenta.
Pero todo lo anterior implicaba técnicas visibles, y sólo la más magnífica no se podría ver, sentir u oír, siendo completamente indescriptible y sin rasgos distintivos como la lluvia en primavera a primera vista.
Su padre lo había descrito como "Rápido como pájaros sobresaltados, haciendo que el trabajo más ligero, sea el más pesado".
En ese momento, finalmente entendió lo que era estar "Haciendo que el trabajo más ligero sea el más pesado".
Cada uno de esos hombres llevaba un anzuelo idéntico que cuando uno lo examinaba detenidamente, parecía la cola de un escorpión.
Los ganchos brillaban tenuemente azules y cargaban un aura demoníaca. Zhang Chengling aún no sabía que estas personas eran los infames Escorpiones Venenosos, una banda especializada en asesinatos y robos que harían cualquier cosa desagradable y despreciable posible por algo de dinero.
Sin embargo, en este momento eran un completo desastre. Zhou Zishu parecía apenas moverse, su andar era demasiado flojo.
Tenía las manos vacías y su cuerpo se movía de una manera tan flexible que lo hacía parecer completamente desprovisto de huesos, pero ninguno de los atacantes podía tocar su ropa ni con un dedo.
Sólo cuando alguien lo tocó se dieron cuenta de lo verdaderamente peligroso que era.
Después de un rato, la cabeza de Zhang Chengling se sacudió con mareos.
Poco menos de una hora y trece Escorpiones fueron noqueados.
Zhang Chengling estaba increíblemente vigorizado ante esta vista y su puño estaba apretado con fuerza. Zhou Zishu desempolvó suavemente su túnica de pie frente al hombre de rojo y lo examinó por un buen rato.
Ladeó la cabeza y entrecerró los ojos: —Con esa marca de nacimiento en tu rostro y esa famosa mano demoníaca, ¿Seguramente debes ser el mensajero de la mala suerte, Sun Ding, el Fantasma de Luto Encantado?
La expresión del hombre cambió.
Zhou Zishu sonrió fríamente. —El Valle Fantasma tiene sus reglas y regulaciones, una vez que te conviertes en un Fantasma no puedes irte, excepto en ciertos momentos. Qué agallas tienes para venir a Dong Ting para atacar a alguien a la vista de cualquiera.
El hombre de rojo habló con los dientes apretados: —Hablas demasiado.
Se convirtió en una ráfaga de rojo que exudaba un olor con una combinación a pescado y cadáveres podridos, su ataque fue apenas visible para el ojo.
Zhou Zishu inmediatamente voló unos metros hacia atrás.
El hombre no recibió un golpe, pero Zhang Chengling pudo ver muy claramente: En el suelo donde Zhou Zishu estaba parado hace unos momentos había una marca profunda en forma de mano y las hojas de hierba que revoloteaban a su alrededor se marchitaron a una velocidad increíble.
El niño levantó la vista asombrado; ¡Así que este hombre realmente era Sun Ding, el Fantasma de Luto Encantado!
¡El asesino de Mu Yunge y Fang Buzhi!
Zhou Zishu rompió la rama de un árbol y con un grito, la atravesó en el espacio entre las manos del Fantasma.
La rama se marchitó rápidamente, pero Zhou Zishu, aún inexpresivo, presionó aún más. Parecía haber una afluencia de vitalidad vertida en la rama, haciéndola más flexible.
El Fantasma de Luto Encantado sintió que era casi un ser vivo y llevaba una fuerza adherente.
Alarmado, dio unos pasos hacia atrás, pero la presión de Zhou Zishu casi había llegado a su abdomen. Luchó por no caer y recuperar el equilibrio, con la cara pálida.
Zhou Zishu arrojó la rama del árbol a un lado cuando la energía mortal estuvo a punto de extenderse a su mano. Se arregló las mangas y se quedó allí sombrío.
El Fantasma, en una muestra de pragmatismo excepcional, desapareció inmediatamente sin dudar una vez que tocó el suelo.
Zhang Chengling gritó: —¡Está tratando de huir!
Zhou Zishu lo miró, luego se giró y se alejó indiferente. Zhang Chengling corrió hacia él y gritó: —¡Shifu!
Zhou Zishu se detuvo con las cejas fruncidas: —¿Quién es tu shifu?
Zhang Chengling lo siguió independientemente, tirando de sus brazos y mirándolo.
—Simplemente sé que eres tú quien me salvó. Mi shifu Zhou Zishu.
¿Quién más hablaría con esta ligeramente irritada voz mientras conversaba con él? ¿Quién más tendría estas manos huesudas pero cálidas? ¿Quién más tendría este estilo de pelea extraño y fantasmal? ¿Quién más en esa multitud lo seguiría aquí y lo rescataría?
Zhang Chengling fue inquebrantable en su juicio. Zhou Zishu no esperaba engañar a la gente por mucho tiempo de todos modos, pero todavía estaba decepcionado de que el mocoso lo descubriera.
—Tú... —Trató de deshacerse de esta cola de la manera más discreta posible.
Sus ojos se volvieron repentinamente fríos antes de que pudiera terminar la oración, con una mano tiró de Zhang Chengling más cerca de su pecho y su cuerpo se movió rápidamente a un lado.
Zhang Chengling no tuvo tiempo de reaccionar, sólo pudo sentir una ráfaga de viento que los rozó y los brazos que lo sostenían se endurecieron.
La voz de Zhou Zishu sonó fría: —¡Bastardo, estás buscando la muerte!
El cuello del atacante se rompió en un movimiento antes de que tuviera la oportunidad de saltar sobre ellos.
Cuando Zhang Chengling miró más de cerca, vio que este hombre era el primero al que Zhou Zishu había noqueado; quien podría haber imaginado que antes sólo estaba fingiendo su muerte.
El niño fue arrojado a un lado una vez más. Zhou Zishu se alejó sin decir una palabra, pero no había forma de que Zhang Chengling lo dejara irse de nuevo, por lo que siguió al hombre descaradamente.
Sin embargo, rápidamente se mareó ya que el hombre no se veía por ninguna parte.
Zhang Chengling sabía que le tomaría décadas el alcanzar las habilidades de qinggong de Zhou Zishu; estuvo de llorar, llamándolo miserablemente: —Shifu...
En ese momento, escuchó una risa leve y un hombre vestido de gris apareció de la nada, deteniendo a Zhou Zishu en su camino y envolviendo al otro con sus brazos alrededor de su cintura, de una manera claramente calculada.
Zhou Zishu no tenía idea de por qué su cuerpo fue detenido en el aire y antes de que pudiera darse cuenta, ya estaba en el abrazo del otro hombre.
Entonces oyó la voz familiar y más molesta de la Tierra: —¿Por qué tanta prisa, mi santo Zhou?
Cuando tocaron el suelo, Zhou Zishu gritó y se aferró a su brazo derecho. Wen Kexing le quitó la manga sin pensarlo dos veces, rasgándola intencionalmente para mofarse de su manga cortada¹.
Luego inmediatamente frunció el ceño; habíados pequeñas heridas en el brazo de Zhou Zishu, como si hubiera sido mordido por insectos.
—No es de extrañar por qué corriste tan rápido, resulta que el Escorpión te mordió.
Zhang Chengling tuvo una repentina revelación. Volvió a mirar a su atacante ahora muerto, con el rostro blanco.
Wen Kexing impidió que Zhou Zishu hablara e hizo un trabajo rápido bloqueando el flujo entre sus meridianos.
—Cállate.
Sacó un imán y retiró cuidadosamente las dos finas agujas enterradas en la piel del otro. Luego se inclinó y acercó su boca a la herida para extraer casualmente el veneno en la sangre de Zhou Zishu.
Tan pronto como eso sucedió, Zhou Zishu se puso rígido como una tabla.
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[1] Manga cortada es una jerga histórica para los hombres homosexuales, y Wen Kexing estaba tratando de insinuar que estaba seguro de que Zhou Zishu también lo era.