Hora: 23:11 PM
Fecha: 16 de agosto de 2020
Ubicación: Ciudad de México
Época: 2 años en el futuro
...…..
¿Dolor?, ¿Irá?, ¿Decepción?, Stan no sabía cómo se sentía en ese momento, había pasado todo el día meditando, tratando de darle sentido a aquello que sucedió hace poco. Su cabeza no dejaba de maquinar, ¿Por qué regresó?, ¿Por qué ahora?, ¿Por qué justo cuando estaba por olvidarla?, ¿Por qué justo cuando estaba por librarse de ese sentimiento?
Stan: mierda — (susurro, tratando de calmar sus pensamientos)
X: lo estás pensando demasiado.
Detrás del joven hombre, apareció un clon de sí mismo, era idéntico, los rasgos eran los mismos, mismo corte, mismo cabello, mismas facciones, misma mirada vacía. El segundo pelinegro, se acercó lentamente, mientras era afrontado por el primero.
Stan: por favor Michael — (dijo) — no actúes como si no estuvieras igual de confundido que yo.
Michael: lo estoy — (mencionó) — pero sigo tranquilo.
A quien ahora conocemos como Michael, se acercó totalmente al primer pelinegro, sentándose al lado derecho de este mismo, el segundo pelinegro, tomó un momento para pensar en sus siguientes palabras, mientras él también meditaba los sucesos actuales.
Michael: el darle vueltas al problema no calmará tu mente — (declaró)
Una vez terminó su frase, una tercera voz apareció detrás de los dos pelinegros, su tono era seco y también se notaba el odio que había en su voz — "la perra tiene la culpa" — declaró, haciendo sentir el veneno en sus palabras de forma intencional.
Michael: (suspiró) — no empieces Daniel
Daniel: ¡¿Me estás jodiendo?! — (cuestiono molesto) — ¡ella lo dejó hecho mierda y ¿Estás así de tranquilo?!
Michael: buscar culpables no solucionara esto — (dijo serio)
Daniel: ¡Y ¿Decirle que se calme lo hará!?
Antes de que estos dos continuarán discutiendo, una cuarta voz hizo presencia — "¡Dejen de pelear!" — su tono denotaba cierta molestia, pero también presentaba una clara preocupación. Ahora, habían cuatro entidades en el lugar, los cuatro con la misma apariencia, uno era real, los otros tres, no lo eran, al menos no del todo.
Daniel: no estoy de humor para tus estúpidos sermones David — (dijo haciendo notar su enojo)
David: ella debió tener una razón para hacer lo que hizo — (dijo) — no te alejas de alguien que amas así nada más.
Daniel: ¡¿Enserio crees que ellas nos amaba?! — (dijo con más molestia)
David: ¡Yo se que ella nos ama! — (protesto)
Michael: deténganse — (dijo sin éxito)
Daniel: ¡Tú cállate! — (reclamo) — ¡Solamente estás ahí parado sin hacer nada!
David: Tu tampoco ayudas mucho — (dijo también molesto)
Daniel: ¡¿Acaso planeas hablarme sobre ayuda?!
David: ¡Al menos inútil no soy!
Daniel: ¡Inútil el que te cuelga entre los huevos!
David: ¡Mi verga es más útil que tú!
Stan: ¡Ya basta! — (grito molesto)
Esto era algo normal para él actualmente, había aprendido a cómo convivir con estas entidades con el pasar del tiempo, sin embargo, con lo sucedido actualmente, no le daba espacio para lidiar con estas confrontaciones. El pelinegro se puso de pie, se alejó del borde del edificio en que se encontraba, camino a paso pesado, manteniendo una expresión de total molestia y comenzó a gritar.
Stan: ¡He pasado los últimos cinco años soportando sus niñerías! — (dijo con molestia) — ¡No estoy de humor para estar lidiando con sus estupideces! — (recalcó) — ¡Así que cierren la puta boca y dejen me en…!
El pelinegro no pudo terminar de hablar, sus palabras se atoraron, su pecho comenzó a dolerle y cayó de rodillas al suelo, las tres entidades se acercaron pero, no era como que pudieran hacer mucho, su respiración era pesada, estaba perdiendo fuerza, sus sentidos se bloquean, no quedaban más que él y sus pensamientos.
Daniel: ¡¿Estás teniendo un ataque ahora?! — (pregunto molesto)
David: ¡¿Por qué ahora?!, ¡¿Por qué ahora?! — (cuestiono preocupado)
Michael: respira — (dijo sereno) — trata de calmarte
Lentamente, el pelinegro recuperaba sus cinco sentidos, el dolor en su pecho comenzaba a disminuir y su respiración comenzaba a calmarse. Las tres entidades observaban como Stan se levantaba del suelo, era notable que ya estaba acostumbrado a este tipo de sucesos, ya que no parecía preocuparse mucho por ellos.
Daniel: sigues muriendo — (declaró con molestia)
A pesar de lo que había dicho el susodicho, Stan no le presto atención, en cambio, observó a lo lejos como una mujer estaba siendo seguida por un hombre, las tres entidades observaron como el pelinegro se colocaba su capucha, gafas de protección y pasamontañas mientras mantenía el equilibrio en el filo del edificio — "A trabajar" — dijo mientras se dejaba caer del edificio y las tres entidades desaparecieron sin dejar rastro de su existencia.
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Hora: 01:24 AM
Fecha: Error de Cálculo
Ubicación: Desconocida
Época: Error de Cálculo
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Stan no sabía cuánto tiempo había pasado, ¿Horas?, ¿Días?, él no estaba seguro, pero su cuerpo se mantenía siempre débil, ¿Por qué?, bueno, esto es a causa de la propia Isabel. La pelinegra había estado suministrando le pequeñas dosis de analgésicos para mantenerlo en un estado somnoliento, sin embargo, ella se dio cuenta que cada vez debía administrarle una dosis del mismo medicamento más alta que la anterior, ya que el cuerpo del chico lo procesaba mucho más rápido con forma mas tiempo estaba expuesto, esto significaba un peligro para su investigación, así que decidió comunicarse con el alto mando.
X: ¿Qué sucede Isabel?
La voz femenina resonaba desde unos altavoces, ya que la antes mencionada, había organizado una llamada con quién debía ser la autoridad mayor de toda la organización. Isabel no perdió tiempo y explico todo lo que había descubierto hasta ahora, como era imposible quitarle el amuleto, como tenía una regeneración instantánea, como cada vez que intentaba dañarlo con algo, al paso del tiempo este ya no tenía ningún efecto sobre él, para la pelinegra, era solo cuestión de tiempo para que las cosas se fueran al demonio.
X: Entonces mata lo — (dijo con indiferencia)
La expresión de la pelinegra cambio de una pensante, a una de desconcentración absoluta, ¿Había escuchado bien?, ¿Su jefa quería matar al chico por el cual estuvieron buscando sin descansar, por el cual murieron sus hermanas?, ella simplemente no podía creer eso y le confesó su incredulidad a la líder.
X: eso es irrelevante — (respondió) — no importa si lo asesinamos — (dijo indiferente) — al fin y al cabo, Stan siempre muere, ¿No?
Isabel: si, pero… — (trato de protestar pero no sé lo permitieron)
X: silencio — (ordenó) — matalo Isabel.
Eso fue lo último que dijo antes de colgar, la científica estaba completamente desconcertada, ¿En serio tenía que matarlo?, ella no quería hacerlo, es más, ella se negaba a hacerlo, él era el único que seguía con vida, el único que mantiene su esencia, la única opción que le quedaba. Isabel no lo mataría, no cuando está tan cerca de obtener una respuesta, así que debía de pedirle un consejo a un viejo amigo, uno que no ha visto en cinco años.
...…
Hora: 02:05 AM
Fecha: Error de Cálculo
Ubicación: Desconocida
Época: Error de Cálculo
...…
Isabel no se rendiría tan fácil, así que cobró unos favores para hacer lo que ella tuviera en mente, la pelinegra se encontraba en el módulo de la E.R.M. (Equipo de Reconocimiento Multiversal), ya que, aunque el Stan que estaba en su laboratorio no era el suyo, no era capaz de matarlo sin que su mente se sintiera atormentada.
Isale: ¡¿Sistemas?! — (pregunto)
X: ¡Verde! — (confirmó una mujer)
Isabel: ¡¿Energía?!
2X: ¡Verde! — (confirmó un hombre)
Isabel: ¡¿Coordenadas?!
3X: ¡Verde! — (confirmó otro operador)
Isabel: ¡¿Rastreadores?!
4X: ¡Luz verde! — (confirmó el último operador)
Todo estaba listo, era momento de hacer el salto, Isabel revisó por última vez su equipo, su brazalete para poder comunicarse se encontraba con ella, la batería estaba completamente cargada, volteo su mirada para ver su muñeca derecha, observando la razón por la que tuvo que hacer lo que hizo, el amuleto, que era el cráneo de un cuervo tallado en obsidiana. Una vez había revisado todo su equipo, levantó su pie derecho y entró en el portal de energía que estaba frente a ella.
...…..
Hora: 5:34 PM
Fecha: 18 de agosto de 2020
Ubicación: Ciudad de México
Época: 2 años en el futuro
.....…
Un portal de energía se abrió en la azotea de un edificio y de este, salió Isabel, una vez estuvo fuera del portal este se cerró, y comprobó que su equipo funcionara bien. Noto que el lugar era más grande de lo que ella recordaba, encontrar a su amigo no sería tarea fácil.
Sin perder el tiempo, Isabel activó su alebrije, su vestimenta era similar a la de una parca, una túnica totalmente negra con una capucha que le cubría la cabeza, en su cabeza, un casco hecho de hueso era visible, parecía el cráneo de un cuervo, solo que el pico no estaba. La pelinegra abrió su túnica y está se extendió, la misma túnica se había transformado en sus alas, las cuales ahora se encontraban en su espalda.
Isabel: ¿Dónde estás Stan? — (dijo para elevarse por los cielos)
La pelinegra pasó los siguientes minutos buscando a su amigo, pero, no tuvo suerte, siguió y siguió con su búsqueda pero, nada resultó. Isabel revisó su brazalete, notando que ya había pasado una hora y aún no hallaba rastro de su amigo. Fue entonces que decidió dejar de buscarlo por el momento, había pasado mucho tiempo y el hambre comenzaba a molestar le, así que se ocultó en un callejón y su alebrije descanso.
Una vez hizo contacto con el mundo, vio que el lugar no había cambiado mucho desde que se fue, sigue siendo el lugar que recordaba. Fueron pocos los pasos que tuvo que dar para entrar a una cafetería y ordenar algo, sin embargo, después de realizar su orden algo sucedió — "Demonios" — pensó, desde hace ya un par de horas atrás, Isabel no había dejado de tener un mal presentimiento, su mente le gritaba que algo no estaba bien, que algo era diferente, debía estar alerta.
Isabel se sentó en una de las mesas para esperar su orden, mientras divagaba en sus pensamientos — "¿Cómo voy a verte a la cara?" — se preguntó a sí misma — "Han pasado cinco años desde que desaparecí, no sé si me perdones esta vez" — dijo mientras su expresión no cambiaba — "Pero espero que entiendas que lo hice por ti" — pensó — "Lo hice para que estuvieras con vida, sacrifique nuestra amistad por ti" — sus pensamientos fueron interrumpidos por un camarero que llegó con su orden.
Su comida era un café con pan endulzado en miel y también un emparedado de huevo — "Aún recuerdo cuando veníamos a comer aquí" — pensó mientras observaba el lugar — "No ha cambiado nada" — observó a través de la ventana — "Espero puedas perdonarme, por todo el dolor que te hice pasar" — fue lo último que pensó y comenzó a comer, hace tiempo que ella no disfrutaba de una comida así, en el laboratorio ella se mantenía despierta con bebidas energéticas y comía muy poco, prácticamente nunca salía a tomar el sol, pero, el regresar a esa cafetería, le hace sentir la presencia de su amigo — "mierda" — volvió a tener esa sensación, ella estaba empezando a colmarse, ¿De dónde se suponía que venía esa incomodidad?
Tratando de organizar sus pensamientos y solamente disfrutar de su cena, siguió comiendo ignorando esa sensación hasta que desapareció, sin embargo, su vista se posó en la pantalla del televisor que había en esa cafetería — "El cadáver de un hombre con el del último perro se encontraba en la azotea del edificio y se especula que el mismo hombre se enfrentó a todos ellos" — escuchó, ella había olvidado cómo era encender el televisor y escuchar la muerte de alguien — "Se teoriza que los perros fueron enviados con la única misión de eliminar a dicho hombre a sangre fría" — la pelinegra decidió ignorar lo que decía el televisor y seguir comiendo — "El cadáver fue identificado como Stanislav Lazarescu…" — Silencio, era lo que ella percibía a su alrededor.
Isabel había dejado de prestar atención al bombardeo de información que proporcionaba su exterior, ¿Enserio había escuchado bien?, ¿En verdad escucho ese nombre?, ella debía comprobarlo. Dejó la comida a un lado y salió corriendo de la cafetería, ya no le importaba ser descubierta, no le importaba activar su alebrije a plena vista, lo cual hizo y se elevó por los cielos.
La pelinegra buscó sintonizar las frecuencias policiales con la ayuda de su brazalete, necesitaba encontrar con urgencia la ubicación, fue así que después de unos cuantos segundos, logró sintonizar el canal policial, obteniendo la ubicación del edificio. Voló a toda velocidad, llegando al edificio donde debería estar la escena y tenía razón, el edificio estaba rodeado de policías pero eso no le importaba, solo le importaba Stan.
Cuando piso la azotea solamente pudo acercarse con miedo al cuerpo que estaba siendo cubierto por un trozo de tela, su paso era lento, errático y tembloroso, cuando su mano estuvo a centímetros de la tela, se detuvo, ella no estaba segura de si quería ver lo que había debajo de ese plástico, sin embargo, el negar la muerte de su amigo, le hizo cruzar esa línea.
Sus pesadillas se hicieron reales, bajo la tela, estaba el cuerpo sin vida de su amigo, ella intentó negarlo, pero él estaba ahí, no había duda, era Stan. Su cuerpo lleno de heridas, la sangre que manchaba toda su ropa, pero, lo que terminó por destruir su corazón, fue ver cómo sus ojos, esos ojos que alguna vez le dieron felicidad, estaban marcados con ojeras y sin ningún rastro de vida — "¿Qué es ese ruido" — pensó en shock — "¿Por qué me duele la garganta?" — se preguntó mientras escuchaba a alguien gritar — "¿Soy yo la que grita?" — siguió pensando mientras ahora veía como gotas de agua caían sobre el rostro de su amigo — "¿Estoy llorando?" — fue entonces que se dió cuenta, ella era la que estaba gritando de dolor, era ella, la que estaba desmoronándose en ese momento.
Isabel: ¡¡¡ESTO NO ES POSIBLE!!! — (grito) — ¡¡¡SE SUPONE QUE NO DEBÍAS MORIR!!! — (reclamo en llanto) — ¡¡¡POR FAVOR DESPIERTA!!! — (suplico) — ¡¡¡DESPIERTA CARAJO!!! —
Ella no prestaba atención a su entorno, estaba tan sumisa en su llanto que no noto cuando la policía se puso detrás de ella, las autoridades gritaban que se alejará del cuerpo del pelinegro, pero ella no quería, Isabel quería morirse, quería que el mundo acabara con su sufrimiento.
Isabel: perdona me… — (susurro mientras lloraba en el pecho del pelinegro)
X: ¡ALÉJESE DEL CUERPO AHORA! — (gritó el policía sin obtener respuesta)
2X: ¡ALÉJESE AHORA MISMO!
En ese momento, Isabel se dió la vuelta al instante y antes de que los policías pudieran disparar, ella gritó. Fue un grito estruendoso, incluso los periodistas que estaban debajo del edificio se cubrieron los oídos, pero los cinco policías que estaban frente a la pelinegra, sufrieron la peor parte. El grito era idéntico al graznido de un cuervo, pero a una frecuencia dolorosa, los tímpanos de los oficiales estallaron, sus ojos también lo hicieron, mientras que sus cerebros, terminan por destruirse dentro de sus cráneos, asesinandolos al instante. Isabel tomó a su amigo ya muerto y lo envolvió en sus brazos, mientras lo abrazaba llena de arrepentimiento y culpa, solamente decía.
Isabel: perdona me…
En ese momento desplegó sus alas nuevamente, empezando a elevarse por los cielos, tenía el cuerpo sin vida de su amigo en sus brazos y mientras lloraba, empezó a alejarse de la escena del crimen.
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Hora: 03:10 AM
Fecha: Error de Cálculo
Ubicación: Desconocida
Época: Error de Cálculo
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X: ¡La Dra. Zaharie está regresando! — (notificó la controladora)
2X: ¡Activando el vórtice! — (exclamó)
Nadie esperaba algo en particular, solamente estaban sentados a la espera de que Isabel saliera del portal, sin embargo, no dieron crédito a lo que estaban viendo. Isabel estaba sollozando, tratando de suprimir el grito de dolor que quería soltar, las lágrimas corrían como cascada de su rostro, y en sus brazos, estaba el cuerpo sin vida de aquel, que fue su única familia verdadera. La pelinegra, con toda la delicadeza que ella pudiera ofrecer, dejó en el suelo de la base el cuerpo de su amigo y comenzó a caminar lentamente hacia la salida.
3X: señorita Zaharie…
Isabel: silencio — (no le permitió hablar)
Todos veían como la pelinegra estaba experimentando aquello que trató de evitar durante un lustro completo, el dolor en cada paso que ella daba era evidente, apenas y podía mantenerse en pie y evitar caer sobre sus rodillas. Tras varios y largos minutos de caminata, logró llegar al laboratorio, aún trataba de contener su llanto que se desbordaba a través de sus lágrimas, sin embargo, su cuerpo no pudo más, derrumbándose sobre sus rodillas, soportando el dolor que había en su corazón.
Poco a poco, ella levanto su vista, encontrándose con aquel Stan que estaba en su laboratorio, sin saber el por qué, Isabel abrió el domo donde estaba el pelinegro y lo liberó de las esposas, lo que provocó que la alarma comenzará a sonar. Lentamente y a paso errático, comenzó a acercarse al pelinegro, el cual se veía débil, casi sin vida, estaba muy drogado en ese momento, Isabel dio unos cuantos pasos más y se arrodilló frente a él para que la viera.
Isabel: por favor — (dijo) — te lo suplico — (dijo con voz frágil) — dime cómo funciona.
El pelinegro levanto su mirada y por un instante, no vio a Isabel, no vio a una científica, vio el alma de una mujer, que había sido estrujada por el dolor durante años y que ahora, estaba desesperada por una respuesta, pero, ¿Qué respuesta?, era lo que se preguntaba Stan en ese momento. Lentamente y con la poca orientación que él tenía, levantó su mano para acariciar la mejilla de Isabel.
Stan: lo siento… — (dijo)
Estas palabras rompieron finalmente a Isabel, comenzó a llorar mientras golpeaba el pecho de Stan repitiendo una y otra vez la misma frase — "¡¡ES MENTIRA!!" — Mientras está escena se daba, una escuadra de soldados llegó al laboratorio y sin dudarlo, comenzaron a disparar a matar. El pelinegro levantó su mano y creó un pequeño escudo de energía, su cuerpo aún no había eliminado la droga del todo, debía esperar un poco más, pero, por lo menos, ya se sentía más consciente.
Isabel: ¡¡DEBES SABER CÓMO EVITARLO!! — (grito) — ¡¡CÓMO SEGUIR CON VIDA!! — (exclamó) — ¡¡CÓMO EVITAR TU MUERTE!!
En sus gritos se escuchaba la desesperación, la ira, el sufrimiento de su alma, era como escuchar los gritos de una víctima frente a su asesino mientras imploraba ayuda. Poco a poco la conciencia de Stan se aclaraba, sus fuerzas estaban regresando, su cuerpo estaba por eliminar toda la anestesia que había en su sistema, pero entonces Samanta llegó. Sin perder más el tiempo el empezó a crear cenizas alrededor de él e Isabel y la castaña sabían que planeaba escapar.
Sam: ¡DETENGANSE!
La pelicastaña hizo aparecer al instante su traje, pero Stan estaba siendo mucho más rápido que ella. Para cuándo Samanta lanzó la daga que tenía dentro de su Kimono, Isabel y Stan habían desaparecido dentro de aquella ceniza, lo que hizo que la daga simplemente atravesara y se incrustara en el otro extremo de la habitación. Nadie pronunció palabra, el sonido estridente de la sirena era lo único que gobernaba la habitación, aún estando en estado de shock, Samanta dejo descansar a su alebrije, esto era malo y ella lo sabia.