Al final fue más fácil de lo que Lerrin habría esperado reunir a los Lupinos. Una vez que la decisión fue tomada y la mayoría de la mente de la manada había acordado que era el único camino a seguir, los demás fueron arrastrados a la corriente de sus familias y manadas. Lobos de ambos lados del claro, porque había algunos que se habían quedado con Reth desde el principio, se dirigieron hacia el centro.
No fue hasta que se reunieron como tribu —de ambos lados de este conflicto— que la emoción del momento golpeó a Lerrin. Suhle estaba en algún lugar de esta multitud. Y si las cosas no hubieran salido mal, la habría encontrado, llamado al frente para que fuera parte de su círculo. Pues la fusión requería que los lobos se tocaran entre sí, para alinear sus cuerpos y corazones con sus mentes.
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