Un viaje esperanzador

Erick se quedó con cerca de 90 soldados en el castillo de Miramar, mientras que el resto regreso Esforzesqui.

Glorgan Kagric había cambiado su profesión en este tiempo, de administrador de cuentas, a un rico mayordomo.

No había otra persona a la que se le pudiera encargar contabilizar los impuestos de forma precisa, Tarantir sabía que probablemente robaría algunas monedas; sin embargo, mientras se mantuvieran bajo un rango aceptable lo dejaría pasar.

Los impuestos de las dos primeros meses fueron utilizados completamente para la contratación de cerca de 500 hombres para dividirlos en pequeños fuertes desde Miramar a Esforzesqui.

Ya que había prometido su protección a las aldeas, si fallaba en eso mientras ellas seguían pagando sus impuestos, se sentiría un poco decepcionado.

Lamentablemente, no se podía costear la construcción de nuevos castillos en la zona, su dinero había estado sufriendo un gasto gigante.

Es por eso que los siguientes meses fiscales, se usaron los tributos para reponer sus fondos y mantener las nuevas cargas económicas.

Entonces, a finales del año 1010 las noticias más interesantes llegaron a Tarantir, pero esta vez no fueron enviadas por magia, sino que vinieron traídas directamente por Alifel de Darían.

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Para traer estas noticias Alifel emprendió un gran viaje que le tardo más de un mes, su especialidad eran las mutaciones por lo que no tenía hechizos prácticos para los viajes de largas distancias.

Así que tuvo que atravesar Kaedwen, Aedrin, Lyria y Sodden para llegar recién a los territorios que le dieron como referencia para la reunión.

No muchos días después y ya cansado del viaje, Alifel dio con el castillo de Miramar.

En sus puertas colgaban el símbolo que, reconoció de las cartas de Tarantir, la había nombrado como la cruz de los templarios.

Supuso que había llegado a su lugar de destino.

Se acercó lentamente por el camino, el castillo no tenía las puertas cerradas, así que se aproximó al puente que daba entrada hacia la puerta del castillo.

Guardia: "Alto allí"

Uno de los guardias al costado de la garita lo detuvo.

Guardia: "¿Quién es usted? y ¿Qué busca?"

Alifel saco entonces un collar que le dijo Tarantir que presentara al llegar, era un collar brillante de acero, su forma era la de una cruz igual a la de las banderas que estaban en sus banderas.

Alifel: "Vengo para encontrarme con Tarantir Alzurson ".

Guardia: "Espera aquí señor"

El guardia fue a buscar a su superior, unos 5 minutos después volvió acompañado con hombre que a simple vista era mayor a él.

Capitán: "Buen día, soy el capitán Reinaldo, quien es usted mi señor"

Alifel: "Alifel de Darían, vengo para reunirme con Tarantir Alzurson, tal vez no se encuentra aquí"

La duda era fundada, ya que parecía no haber alguien con suficiente rango para tomar decisiones.

Capitán: "No, Lord Alzurson no se encuentra aquí, pero será recibido por el señor Erick, comandante de la guarnición".

Alifel estaba agradecido por la invitación, había estado más de 6 horas a lomo de su caballo, al entrar un ayudante se acercó a él para tomar las riendas del caballo.

El capitán caminaba delante de él hasta que llegaron a la torre del central, las banderas de la cruz templaría estaban por todos lados.

Lo raro es que al llegar al lugar donde tendría que haber un trono para el señor del castillo, había una mesa muy larga que tenía varías sillas muy bellamente decoradas, pero todas eran iguales entre si.

En el Medio de la mesa Estaba un hombre alto, que al voltear hacia él pudo ver sus ojos y sus marcas.

Era un brujo, él era tal vez uno de los hechiceros que más brujos había ayudado a crear, así que era fácil reconocer sus características, pero no siempre recordaría sus nombres.

Capitán: "Le presento a Alifel de Darían mi señor"

Unos segundos después.

Erick: "Es un placer, Tarantir me aviso de que llegarías pronto, soy Erick de Daevon, aunque entre compañeros de la orden puedes llamarme Erick, por ahora soy el comandante de este castillo".

Alifel respondió el saludo con la misma ligera reverencia.

Erick: "Por favor siéntese, en breve nos traerán una jarra de vino"

Alifel: "Gracias, ¿eres un brujo de Morgraig?"

Era una pregunta que tenía en la mente desde que vio a Erick y siendo un brujo, le era imposible guardar su curiosidad durante demasiado tiempo.

Erick: "Si, hace ya muchos inviernos, pase por el proceso, pero deje de volver después de mi tercer viaje, decidí pasar los inviernos trabajando, igual y todos los brujos que pasaron la prueba conmigo murieron".

Alifel pensó durante unos cuantos segundos.

Alifel: "Debes tener cerca de 40 años, fue a mediados de esos años que terminaron de suceder las fallas totales durante los experimentos, las pruebas eran todavía muy inestables".

Erick asintió, justo llegaba un sirviente con una fuente de con bocados, así que la conversación se interrumpió hasta que dejo todo sobre la mesa.

Erick: "Tuve suerte, se puede decir, hace no muchos años terminé con Tarantir y Bagdur, desde allí mi historia tomo una dirección diferente".

Alifel termino de comer uno de los alimentos.

Alifel: "lo veo, Tal vez ya lo debas saber, pero la Orden de los brujos está en sus últimos respiros, es la razón de mi viaje".

Erick estaba un poco sorprendido, no tenía mucho sentido para él lo que acaba de salir de la boca de Alifel.

Erick: "Como puede la orden Caer, si es que estamos más fuertes que nunca aquí en Toussaint".

Ahora era Alifel quien estaba confundido.

Erick: "Creo que no tenemos la misma información, cuanto te refieres a que la orden está a punto de caer, te refieres al castillo de Morgraig, ¿verdad?".

Alifel asintió.

Alifel : "Si, la orden sé ah dividió en varias organizaciones llamadas escuelas, ya no queda casi nadie en el castillo de castillo de Morgraig"

Erick: "Ahora entiendo, Si tenía esas noticias, pero como vez la orden sigue viva aquí en Toussaint",

Alifel no había estado muy pendiente de las acciones de Tarantir, durante los últimos años el trabajo de toda su vida estaba derrumbándose, al punto en que solo termino con cerca de una docena de brujos.

No podía ni siquiera defender su castillo con esos números, Tarantir había ayudado económicamente, transfiriéndole recursos para asegurar el castillo con algunos hombres contratados.

Mientras que le pidio en varias ocasiones que viajara a Toussaint, su actual residencia, pero ahora entendía el porqué de sus insistentes pedidos.

Si lo que Erick dijo era cierto, la orden tenía una nueva ubicación donde florecer.

Erick: "Tarantir se encuentra en el castillo Esforzesqui, más al sur, por ahora mis responsabilidades me absorben, pero mañana te mandaré con una escolta hacia él, por ahora descansa, el viaje que has hecho es demasiado agotador".

Alifel: "Gracias, aceptaré con felicidad tu ayuda".

Después de un ligero agarrón de manos para demostrar su amistad, Erick se retiró, no sin antes avisarle a un guardia para que lo llevara a la habitación.

Alifel estaba feliz aunque no lo mostraba, había recuperado la esperanza de no perder algo por lo que había dado su vida entera.