Cuando Wen Yadai escuchó esto, un destello se reflejó en sus ojos. Ella apartó las manos de Wang Tianli, quien le agarraba los brazos.
Su mirada le insinuó que estaba enojada interiormente: —Te recordé que podrías provocar a cualquier persona a excepción de Xiao Liuliu. ¿Por qué no me escuchaste?
Ella había hecho un gran esfuerzo sólo para que alguien cercano a ella trabajara directamente en la oficina del presidente.
A pesar de que Wang Tianli no era muy competente en otras áreas, era muy buena para hacer su propio trabajo. Además, pocos en la compañía conocían acerca de su vínculo comoparientes lejanas.
En definitiva, Wen Yadai se habría beneficiado si Wang Tianli hubiese continuado trabajando en la oficina del presidente.
Wen Yadai había estado ayudando a su prima lejana todo éste tiempo.
Sin embargo, nunca pensó que Wang Tianli perdería los estribos de esa manera.
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