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El Renacimiento de Omega

``` —¿Qué podía ser peor que la muerte misma? —Pues morir sabiendo que nadie te echaría de menos, sabiendo que tu muerte era un favor para todos los que alguna vez conociste. —Así fue exactamente como me sentí el día que morí. —Era el hijo amoroso del Rey Alfa de Eclipse, en una época donde el vínculo de pareja se consideraba sagrado, un hijo nacido fuera del matrimonio no era nada menos que sacrílego... —Fue su culpa, él amó a alguien más que a su compañera... —Fue su culpa, tuvo conocimiento carnal de una mujer humana. —Todo fue su culpa, mi único crimen fue nacer de su lujuria. —Pero, ¿por qué ese Rey Alfa que era mi padre estaba perfectamente seguro, mientras que yo era odiado, despreciado y culpado por todo en su lugar? —¿Por qué tenía que ser la ficha de cambio de mi padre, utilizada para lograr sus objetivos? —¿Por qué no pude obtener un rechazo como todos los demás, sino que en cambio fui asesinado por mi propio compañero? —¿Por qué fui asesinado antes de tener siquiera la oportunidad de vivir? —Tenía mil preguntas y sin embargo no había nadie para responder y así fue exactamente como morí... —Entonces, ¿por qué mis ojos se abrieron de repente a ese día, un mes antes de mi muerte? —¿Fue a causa de mi pequeño secreto? —Un secreto que no le contaré a nadie más que a ti... —Por el título de mi relato, debes pensar que soy un lobo Omega... —No, te equivocas... No soy un lobo Omega, soy un lobo Alfa y mi nombre es Omega. —Segundo libro en la serie Renacimiento de los Hombres Lobo. —No es una precuela o secuela de 'El Némesis del Rey Alfa', ambos libros no están relacionados salvo por el escenario del mundo y el concepto de Renacimiento de los Hombres Lobo. —El arte de la portada obtenido de internet, todos los créditos al artista original. ```

JHeart · 奇幻言情
分數不夠
583 Chs

Actuación Difícil (Cap.247)

—Yo... yo lo vi... —Menarx balbuceó tembloroso

—¡La bestia de la que habló Kaideon... no estaba en las Dunas Blancas! Se dirige aquí... hacia Fortaleza Cielos! —Menarx forzó a decir con urgencia, jadeando después.

Forzar las palabras en su estado claramente le dejó una tensión pero eso no detuvo en absoluto a Menarx.

—No puede ser... —el Señor Cassian exclamó con la respiración entrecortada, intercambiando una mirada con los Señores Kirgan e Imagor.

Neveah no estaba segura por qué, pero la Guardia del Rey no parecía haber esperado tal peligro cerca de su terreno.

—Me gustaría decir que no... ¡pero lo jodidamente vi! ¡Con mis propios ojos! El maldito monstruo merodea nuestras tierras... ¡sin un ápice de miedo! —Menarx siseó, su tono debilitado por el dolor pero todavía firme e insistente.

Menarx estaba agitado, furioso al pensar que su gente estaba en peligro, se movió hacia adelante en un intento de sentarse y Neveah sostuvo su buen hombro para calmarlo.

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