Zhuang Keer estaba un poco aturdida cuando vio a Ning Xi que acababa de salir de la ducha. Ning Xi estaba vestida en pijama, su pelo negro naturalmente rizado aún un poco húmedo, y su piel blanca brillaba de rosa. Fue suficiente para que el corazón de Zhuang Keer se acelerara…
Zhuang Keer volvió a sus cabales y dijo: —Bueno… Deberíamos tener el mismo tamaño de sujetador, así que te traje el mío. Son nuevos y no los he usado antes. Lo mismo ocurre con la ropa. ¡Aquí tienes un poco de sopa de jengibre, toma un poco!
—¡Está bien!
Ning Xi se cambió y sostuvo el tazón de sopa de jengibre caliente en sus manos, sintiéndose muy cómoda. No tenía ganas de moverse.
La habitación de Zhuang Keer era muy confortable, compuesta principalmente por un cálido amarillo con sábanas de encaje y un colchón de felpa. La forma en que se vestía era muy femenina. Le trajo a Ning Xi un vestido rosa y un abrigo marrón hasta la rodilla, ambos hechos de materiales realmente cálidos.
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