La villa de la familia Chen en Ciudad de Río permanecía brillantemente iluminada por la noche.
Chen Baoguo miró toda la información que le habían proporcionado sobre Ye Chen y frunció el ceño.
—¿Este chico es en realidad el hijo de Ye Tianzheng? ¿Cómo podría haber alguien así en la familia Ye?
El Anciano Ming también intervino:
—Maestro, el único problema ahora es el Grupo Justicia Celestial, ya que algunas personas han declarado claramente su posición y se moverán para protegerlo. —¡Si matamos a este chico, definitivamente habrá problemas!
Los ojos de Chen Baoguo se volvieron fríos. —¿Y qué si tiene el respaldo de la familia Zhou? Este chico se preocupa por las dos mujeres que están a su lado, ¿verdad? ¡Yo mismo las secuestraré y las mataré frente a él! ¡Lo dejaré experimentar la verdadera desesperación!
El Anciano Ming vio que el hombre viejo ya había sido cegado por la ira. Pensando rápidamente en algo, dijo:
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