Sintiendo la mirada poco amigable, Song Yifan miró en dirección a Li Sicheng. De inmediato, sus ojos se encontraron. Song Yifan claramente vio la advertencia y el disgusto en las pupilas del hombre y se sorprendió un poco. Si estaba en lo correcto, este joven debia ser la nueva leyenda de los negocios Li Sicheng.
Por otro lado, cuando Su Qianci vio la mirada poco amigable de Li Sicheng, se sintió incómoda. Había olvidado por completo que Li Sicheng también estaba presente. Él no parecía estar encantado con eso. Pero de ninguna forma Su Qianci renunciaría a la oportunidad de tocar con su ídolo.
Ella solo tuvo esta oportunidad en sus dos vidas combinadas. Además, ella no tenía la mejor suerte, por lo que podría no tener otra oportunidad en el futuro. Apretando los dientes, Su Qianci le dio la espalda a Li Sicheng.
Los ojos de Li Sicheng se oscurecieron. ¡Esta mujer tenía agallas!
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