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La luz

"Mierda, rápido que alguien busque si solo ha pasado esto aquí o en más sitios" sugirio Darío.

Rápidamente sacamos todos los móviles. Algunos intentaron llamar a sus familias, mientras que yo, al haber muerto mi madre al darme a luz, y mi padre que me echó según cumpli los 18, me metí en Twitter e Instagram, y lo que ví me hizo pensar que estaba en una pesadilla.

Según lo que vi, la luz se había visto en todo el mundo, y todos se habían desmayado y habían tenido un sueño similar al mío, pero solo alrededor de un tercio de la gente se había despertado. El resto estaba muerto.

Dos tercios de la población mundial. 6.6 mil millones de personas, muertas así como si nada.

"No jodas" grité "¿Vosotros también habéis soñado con un orbe?"

"¿¡QUE!?" contestó Jesús, a quien nadie le respondía las llamadas que estaba haciendo "si, ¿cómo lo sabes?"

"Esto no ha pasado solo aquí. Ha pasado en todo el mundo. Dos tercios de la población mundial ha muerto, y todos los supervivientes han soñado con un orbe" contesté.

"Estás de coña, eso es imposible" dijo Morgan mientras se levantaba y miraba alrededor con los ojos abiertos como platos "mierda las llamadas no funcionan. Esto es todo una locura, no me creo que todo el mundo haya muerto. Yo me vuelvo para mi casa.*

Morgan se fue corriendo, y Teresa, con lágrimas en los ojos, le siguió.

"Joder, ¿deberíamos irnos nosotros también" preguntó Iván.

"Usa el cerebro" le contestó de mala manera Jesús, mientras le agarraba de los hombros y le sacudía. "Dos tercios de todas las personas han muerto, ¿Qué crees que va a pasar ahora? ¿Todo se va a solucionar mágicamente? No, esto va a ser un caos. Si solo cuando hay un apagón hay saqueos y la gente se vuelve loca, ahora que hay muertos por todas partes que crees que va a pasar?"

"Mierda tienes razón" dije "necesitamos algo para protegernos. El otro día vi una armería, a lo mejor podemos ir allí, está por esta dirección, deberíamos llegar en 20 minutos si vamos rápido."

"No me creo que esté pasando esto, ¿No es mejor quedarnos aquí en vez de ir a una armería?" Dijo Petra, no muy convencida- además nunca he usado un arma.

"Es mejor prevenir que curar. Antes de irnos, a lo mejor deberíamos pasar por esa tienda de supervivencia" dije señalando la tienda que teníamos enfrente "seguramente podamos conseguir algo con lo que defendernos."

Sin perder el tiempo, nos dijimos a la tienda. A nuestro alrededor había gente en todos los estados de ánimo posibles. Algunos lloraban, otros corrían asustados a sus casas. Había un niño pequeño abrazando a su madre, mientras su padre seguía sin despertarse.

En otro lado, vimos a un hombre de unos 25 años, con ropa andrajosa, buscar en los bolsillos de la gente que no se había despertado y sacar todo su dinero de los bolsillos.

"Mierda tenías razón, esto se va a descontrolar" dijo Darío, mientras apretamos el paso.