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ESTARA BIEN

Adriano siguió corriendo, sin atreverse a parar en absoluto. Recordó las palabras de Eduardo. Si podía salir y encontrar a su padre, podría salvarlo. Escuchando los pasos detrás de él, Adriano se escondió rápidamente detrás de un cubo de basura.

Nunca había tenido tal experiencia y todo su cuerpo empezó a temblar. Al ver que Rebeca se acercaba, el niño estaba tan asustado que no se atrevió a respirar. Esa mujer ya no era su madre, sino un demonio.

Adriano vio como Rebeca ataco a Eduardo y lo golpeaba cruelmente. Rebeca dijo que Adriano era la oportunidad para quedarse en la familia Ayala y convertirse en la dueña, pero debido a su estupidez había perdido todo.

Su madre lo odiaba. Esta era la emoción que Rebeca sentía por él. Su madre nunca se había preocupado por él. Adriano estaba muy triste, pero no pudo decírselo a Eduardo, porque estaba más herido que él.

Eduardo no podía morir. Adriano se acurruco y se escondió detrás del basurero, viendo como Rebeca corría locamente. No se atrevió a salir ni a emitir ruidos. Adriano no salió hasta que perdió de vista a Rebeca y solo después corrió hacia la dirección de la casa de la familia Ayala.

No sabía la dirección, pero recordó lo que Eduardo había dicho. Le dijo que buscara una oportunidad para llamar a su padre. Adriano corrió al supermercado y pidió llorando que le prestaran un teléfono.

Muchas personas vieron esta escena e inmediatamente llamaron a la policía. La policía llego en poco tiempo. En el momento en que vieron a Adriano, el director sintió que su corazón estuviera a punto de saltar del pecho.

-Señorito Adriano. Por dios, ¿Por qué tienes este aspecto?

-Estoy buscando a mi padre. Llama a mi padre. Salva a Eduardo. Date prisa. -Adriano agarro con fuerza el puño del director.

El director no tuvo más remedio que darle el teléfono al niño. Cuando Álvaro recibió la llamada de Adriano, su corazón casi se detuvo del nerviosismo.

- ¿Dónde estás?

Cuando Adriano escucho la voz de Álvaro empezó a llorar.

-Papa, salva a Eduardo. Há perdido mucha sangre.

Álvaro sintió un dolor en su corazón. Al mismo tiempo, Javier y Víctor también recibieron esta noticia. Sin embargo, cuando llegaron al cuarto, solo vieron un charco de sangre en el suelo. No encontraron a Eduardo.

- ¿Dónde está? ¿Dónde está mi hijo? -Álvaro estaba a punto de volverse loco.

Durante los últimos días, había estado buscando a Eduardo y Samara día y noche. Finalmente recibió noticias de Eduardo, pero ¿Por qué desapareció otra vez? La policía analizo rápidamente la sangre en el suelo y descubrió que pertenecía a Eduardo.

Mirando la sangre en el suelo, Álvaro cayo.

-Señor. -Josué estaba tan asustado que su rostro se puso pálido.

-Papa. -Adriano grito llorando. Estaba muy asustado por la desaparición de Eduardo. Había sido su culpa. Había corrido demasiado lento y retraso el rescate de su hermano. Adriano lloro con tanta fuerza que se quedó sin aliento. Toda la escena era un caos. Javier mantenía la calma.

-Continua la búsqueda. Incluso si no podemos tener más noticias de Eduardo, todavía podemos encontrar a Rebeca. Esta mujer no puede seguir libre. Encuéntrenla rápidamente.

Sin decir nada, Víctor se dio la vuelta y se fue. No podía aceptar que Eduardo tuviera un accidente. Pero la sangre era demasiado llamativa. No pudo evitar recordar que había sido secuestrado cuando era niño.

Su madre se había vuelto loca con este secuestro. Ahora que Eduardo y Samara estaban desaparecidos, no podía quedarse allí sin hacer nada. Tenía que encontrarlos. Víctor se fue rápidamente.

Javier limpio la escena, dejando que unas personas ayudaran a la policía a comenzar la investigación. Josué envió a Álvaro al hospital. El médico le hizo un examen general y dijo que había sufrido un sincope solo por la fluctuación emocional.

Adriano fue llevado a la casa Ayala, pero estaba tan asustado que no podía dormir pacíficamente. Rebeca destruyo la vida tranquila de toda una familia. Cuando Álvaro se despertó, todavía estaba pensando en la sangre dejada por Eduardo.

Perdió tanta sangre, ¿su hijo todavía estaba vivo? Si Samara viera todo esto, ¿se sentiría destrozada? Álvaro se sintió un inútil. Decían que él era el hombre más poderoso de Ciudad H. sin embargo, esa mujer había hecho daño a su mujer y su hijo, pero no podía hacer nada.

Josué no sabía cómo consolar a Álvaro, por lo que solo dijo:

-Puede ver al señorito Adriano. Ha tenido pesadillas.

Álvaro recupero un poco de fuerza y fua a la habitación de Adriano. El pequeño se acurruco en un rincón de la cama. Después de que encendiera la luz pudo ver que la cara del niño estaba cubierta de lágrimas.

-Papa. -de repente abrazo a Álvaro y lloro. -Eduardo no va a morir, me dijo que corriera y te encontrara para salvarlo y me esperaría. ¿Pero por qué ha desaparecido? ¿A dónde se fue?

Álvaro no pudo responder a las preguntas de Adriano. Este hombre poderoso, después de perder a su esposa e hijo, tenía los ojos rojos y húmedos.

-No le pasara nada maslo.

-Es mi culpa, corrí muy despacio. Si hubiera hecho ejercicio, podría correr más rápido y salvarlo. Todo es mi culpa. -Siguió diciendo Adriano.

Álvaro se sintió aún más deprimido.

-Niño, no tiene nada que ver contigo. Eduardo seguramente estará bien. -Álvaro no sabía si estaba consolando al niño o a sí mismo.

Adriano se durmió en los brazos de Álvaro, pero aun así no durmió bien. Álvaro no se atrevió a volver a la habitación, temiendo que pensara en Samara cuando estuviera en la cama. Hace 5 años, cuando escucho la noticia de la muerte de Samara, se sintió tan triste como si llegara el fin del mundo. 5 años después, cuando Samara y Eduardo estaban otra vez en esta situación peligrosa, no podía rendirse porque su esposa y su hijo todavía lo estaban esperando.

Por un incidente tan grande en la familia Ayala, la Montenegro y la Ribeiro también habían usado sus fuerzas y relaciones para buscar a Rebeca y Anabel. Estaban convencidos de que mientras encontraran a estas dos mujeres, podrían encontrar a Samara y Eduardo.

Pasaron los días y la herida en el pecho de Álvaro se curó. Adriano ya no tenía pesadillas y empezó a hacer muchos ejercicios. Álvaro contacto a los hospitales de todo el país para obtener una fuente de sangre para Adriano. Mientras Adriano se estaba recuperando, Josué recibió nuevas noticias.

-Señor, la familia Montenegro ha encontrado a Alana.

- ¿Dónde está?

-En la casa de la familia Montenegro.

Álvaro dejo todo su trabajo y rápidamente llego allí.

-Javier, quiero ver a Alana. -Álvaro sabia lo importante que era Alana para la familia Montenegro. Verónica quería rechazarlo, pero Javier la detuvo.

-Mama, le debemos una explicación a Samara.

-Pero puede que sea la hija de tu hermano mayor. -a la señora Verónica le importaba más su decendencia.

La familia Montenegro no tenía muchos hijos y ella no podía perder ninguno de ellos. Incluso si era una hija ilegitima, tenía que protegerla. Sin embargo, Álvaro dijo fríamente:

-No me importa quien sea ella. Todo lo que sé es que tiene que ver con la desaparición de mi mujer y mi hijo. Ahora, sea como sea, tengo que llevarla conmigo.

La señora Verónica todavía quería detenerlo, pero escucho a Javier decir:

-Mama, somos la familia Montenegro. Todavía no sabemos si Alana es la hija de mi hermano. Pero si ella hizo esto, tiene que asumir la responsabilidad. ¿Puede ser que la gloria de nuestra familia sea cambiada por tantas vidas solo para proteger a una criminal?

La señora Verónica se sintió muy avergonzada al escucharlo.

-Pero, si es mi nieta.

-Aun así, ella debe ser castigada por violarla ley. Sin mencionar la situación de la señorita Samara y Eduardo, tenemos que investigar si este asunto está vinculado con ella. Pero la verdad es que fue culpable la última vez e incluso quería matar a un niño de 4 años. Esto no se permite en nuestra familia. Creo que, si mi hermano estuviera vivo, no te permitiría protegerla de esta manera. -Javier se sintió muy triste.

No podía creer que esa mujer era de la familia Montenegro. Pero no podía ignorar la justicia por el bien de la hija ilegitima de su familia. Porque eran de la familia Montenegro. No podía ensuciar el honor que sus antepasados habían ganado.

La señora Verónica finalmente dejo de bloquearlo. Cuando vio a Álvaro llevarse a Alana casi se puso a llorar. Cuando Jaime escucho que Alana había sido llevada, empezó a luchar como un loco, pero era inútil.

Álvaro se llevó a Alana a la casa Ayala. Lógicamente, la familia Ayala no tenía derecho a detener e interrogar en privado, pero el estatus de Álvaro era diferente. Además, la desaparición de dos personas estaba relacionados con Alana, por lo que la comisaria solo envió a algunas personas para participar en el juicio.

Sin embargo, Alana siempre se mantenía callada. No importaba lo que Álvaro preguntara, ella no respondía nada. Sus ojos que fueron heridos por Eduardo habían sido cubiertos por una venda. Cuando escucho a Álvaro preguntar sobre Eduardo, Alana se burló y dijo:

-Ese bastardo debería estar muerto.

Álvaro le golpeo en el estómago. Alana sintió un dolor como si sus órganos internos estuvieran rotos. El dolor la hizo gemir y la sangre broto de la comisura de su boca. Los presentes se asustaron mucho por la escena. Un hombre tampoco sería capaz de soportar ese golpe. Álvaro estaba furioso y deprimido.

-Te lo pregunto otra vez, ¿Dónde está Anabel? ¿Dónde está Eduardo? ¿Dónde está Samara?

-No te lo dire. Nunca volverás a ver a Samara. Incluso si puedes verla, ella nunca volverá contigo. Anabel nunca estará de acuerdo en que estéis juntos. -Alana rio cruelmente, pero en el momento siguiente, se volvió loca y lanzaba espumarajos. Esta escena sorprendió a todos.